Increíble la formación que se
presentaba en la Alameda el día en cuestión en busca de nuevas aventuras. Temprano
era y lloviendo a mares estaba, no era eso lo malo, lo malo es que toda la
noche había estado lloviendo, y sin tregua, y lo peor, que íbamos nada más y
nada menos que a Navalcan, <sobran las palabras>.
Como obtuvimos el premio al club
más numeroso, os relaciono quienes estuvimos: El Presi (sí el presi – aunque con el cortafríos en el bolsillo, ya os contaré),
El Abuelo – ¡como no! (aunque fantasmal en apariencia por los restos del
maquillaje presentes en su rostro de la recién pasada Jayoguin “Hallowen”),
Pakito con la DKV de los trastos de pintar, Meji-llón que nos espera en los
mesones de Velada, El Largo-te ¡de verano! <total, si me voy a mojar –
decía>, su hermanísimo Movi-Line <con todas las tareas hechas>, Benito,
con el paraguas de su abuela y el MP3 de Cantajuegos (un globo, dos globos,
tres globos …), Torres 10 - ¡con sombrero! ¡de pesca! Este se ha confundido de
deporte, y con la burra vieja, será cabrón, una de dos o no ha errao a la
nueva, o no quiere que se le ensucien los cascabillos de barro, aunque la elección
no será mala del todo, porque como se le descabrite la nueva entre el barro y
los charcos, lo mismo tenemos otro disgusto; tenemos compañía también
extracomunitaria ¡ha venido Isma!, joder si ha engordado y todo, la mar salá; viene
el Viti de la vecina Talaverilla con las vertederas enganchás por si tenemos
que pasar algún barbecho, están también los hermanos Phineas y Ferb con las
bicis recién lavadas y apunto; y como no el editor, aquí yo, aunque pasando lo
más desapercibido posible.
Nos encaminamos a la vecina
Navalcan (acojonaos), y una vez desmontamos nuestras burras, nos vestimos, a lo
calentito de los braseros de picón que nos habían preparado en la piscina, nos
vamos a la plaza para comenzar la prueba.
Colocamos los dorsales en las
burras, una vez identificadas y crotaladas con la especial sujeción preparada
para el evento a base de alambre-cillas de las bolsas del pan bimbo – les ha
tenido que costar una año entero de comer todo el club sándwich para el evento.
Arranca la prueba por las calles
de la localidad, repletas de paisanos voceando vítores y palabras de ánimo a
los participantes del importante evento (yo me acojoné un poco puesto que los
vítores parecían voces como si algo malo hubiéramos hecho – ¡mira la burra de’eseeee!
¡la virgen si lleva las aguaeras llenas de pimientosssss! ¡a ver si os atreveis
con la meriendaaaa! ¡teníais que llevar botijos en vez de bidonessss! … en fin
una serie que acojonaba, la verdad). En esta neutralizada salida ya nuestra
máxima autoridad (El Presi) nos deja clara la táctica a seguir, y el plan 25
metros.
La ruta tomó color (marrón), todo
estaba lleno de barro, todo lleno de agua, agua por arriba, agua por debajo,
venga y venga agua, de vez en cuando algo de tregua, pero si había tregua de
agua no había tregua en terreno, venga bajar, venga subir, y otra vez a bajar,
y otra a subir, que cabrones los navalqueños … que bien se colocaban pa’las
fotos, cuando más dura era la cuesta y la cara de más exteñio llevabas ¡ala …
foto!.
La ruta fue dura, pero preciosa,
porcentajes de vértigo, en bajadas y subidas, las bajadas, cortas, las subidas,
duras y eternas, vistas impresionantes y muy buena organización; una pequeña
comitiva escapada iba del nuestro grupo, y en lo más complicado de una de las
bajadas y tras pasar el avituallamiento, deslumbrante cortafríos en mano nos
animaba el Presi desde una cuneta, cadena partida, rota … ¡solo él y su burra
saben la verdad!
Últimos y bien acogidos fueron
los llanos que a más velocidad nos llevaron al punto de salida donde nos
esperaba la meta en zoco multitudinariamente repleto y musicalmente aderezado.
Todos a la piscina a dar un agua
caliente a las sufridas burras y un agua fría a nuestros magullados cuerpos ¿o
era al revés?, no, las voces de Pakito las oían hasta los sordos pobladores del
desguace de enfrente.
Terminada ya la ruta, a por
nuestro merecido break fin de prueba. Sopita calentita, caldereta super rica,
cervecitas, coca colas y postrecitos …. ¡rico, rico!
Premios varios, a casi todos los
asistentes, camisetas, gorras, guías, puños, “la karcher!, trofeos, trapos,
hierros y alpargatas … super-organización …
¡Enhorabuena! amigos navalqueños,
sois los mejores – después de nosotros – un 10 en organización, vistas,
recorrido … ánimo para la tercera edición, allí estaremos.
A mis compañeros, ya sabéis … ¡un
placer!
Me despido de vosotros, con mi
DYC ZUP en la mano, no sin recordaros una vez más …
AL ATAQUE!!!