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viernes, 3 de junio de 2016

LA SIERRA DE SAN VICENTE



Busca que te rebusca en internet, y tanto buscar, enlazar, vueltas por acá, vueltas por allá … ¿qué pasa?, pues que de una forma u otra, terminamos tropezando con nuevas opiniones, nuevas fotos, nuevas gentes, lo que viene a conducir a ¡nuevas rutas!, a fin de cuentas, es lo que a nosotros nos interesa. Una vez visto esto, lo cargamos en nuestro apreciado chintofano y ya le dejamos que cante; cantando y pitando, sale esto, ya veréis …
De nuevo y esta vez para mi, amanece muy temprano, cuando Benito estaba echando la segunda tralla, escribió un – guasa – ya andaba yo danzando para poder contestarle, pues tenía que preparar la DKV para llevarnos a nuestro punto de salida y retorno, San Román de los Montes.
A la alameda – sitio de costumbre – llegó el Abuelo, que dice que no tiene muchas ganas de salir porque le duele un gemelo, mientras llega Largo-te – que fue el segundo de los participantes – ya voy yo – con mi poder de convicción – envolviendo al Abuelo, con prosa – que no me falta – y mucha mucha verborrea, total, que cuando se dio cuenta, ya le había echado la bici a la DKV, solo faltaba pasar por Talavera la chica a buscar a er Viti, ¿er Viti?, ¡si! ha dicho que sale, y este si lo dice ¡sale!.
Una vez todos arriba, nos dirigimos a nuestro punto de salida – el camino no os lo cuento – bajamos nosotros y a nuestras bike’s, nos atusamos y ¡en marcha!.
Uff ¡qué confusión! si yo pensaba que íbamos a las antenas … respiros profundos y alabanzas al cielo dando gracias por esta marcha atrás … es igual, lo que haya que hacer ¡pues se hace!
Nos dirigimos pues, por la ermita de S. Román hacia reguerones, y en el punto bajo, donde solemos ir hacia Cazalegas, desviamos nuestros manillares buscando una nueva dirección, una nuevas pista ancha, fácil, que según el Abuelo, con esta y otra ya será dos las veces que hemos venido por estos parajes.
Después de ver y controlar granjas de posibles clientes, llegamos a una pista ciclista hormigonada y bajo un puente por el que transita una comarcal, entramos en rampa en Castillo de Bayuela, con su bonito y bien conservado rollo jurisdiccional, ubicado en la plaza del Ayuntamiento, es denominado – el rey de los rollos de la provincia de Toledo – , sintiéndolo mucho, tenemos que dejarlo atrás, y salir del pueblo por su zona sur, entre callejuelas, con grandes casas, como grandes son los sillares escalinatas de entrada y las jambas que sujetan los grandes portones de entrada de ganados en otras épocas … en la periferia, y siguiendo como siempre las órdenes del chintófano, nos encaminamos a una vereda, que a priori tiene buena pinta.
Ya metidos en faena, sendereando, esquivando piedras y a buen ritmo gracias a la pendiente que en este caso nos ayuda, llegamos a un paraje ¡increible!; no saluda un puente de un arco de medio punto – puente de los molinos – sobre el arroyo Saucedoso, donde una ruidosa cascada ambienta la paz del entorno, es mejor ver.
Seguimos adelante, esta vez subiendo, sendereando, entre piedras; un bonito y disfrutable entorno, entre nuevas explotaciones ganaderas nos llevara hasta nuestro siguiente hito … Garciotum, que nos recibe con una corta pero explosiva cuesta llegando ella a superar la quincena porcentual y que directos nos llevará a los pies de la iglesia, con su repique de campanas a cuartos; lo sentimos, no podemos parar, ¡no tenemos las uvas!
Salimos del pueblo por su zona deportiva, zona de parrillas de recreo, para comenzar una larga subida, con hormigón en curvas – como pinta esto – entre grandes cantos graníticos, algunos de ellos amarillos – merece visita – y bajamos de nuevo hasta el arroyo Saucedoso para pasarle esta vez sobre el puente de los pilones, entrando una vez más en ya nuestra conocida Cañada Real Leonesa … ancha pista que nos acompañará durante poco más que un par de kilómetros y desviarnos enseguidita a otro camino.
Aquí todo suena a nuevo, estamos en la zona de la falda sur de la sierra de San Vicente, rodeados de encinas y robles, rodeados de vegetación regada por cristalinos regatos que rebosan agua, grandes bolos graníticos en muchos casos esculpidos por la mano del hombre para dar espacio y forma a los angostos caminos, que entre sobras, charcos y duros sube-bajas nos conducirán al siguiente hito … Nuño Gómez.
Entramos en el pueblo por una fuerte pendiente hormigonada desde el depósito del agua, y por una calle lateral casi sin darnos cuenta salimos, para por una anchurosa pista con pendiente en contra nuestra llegar a la periferia del siguiente hito, y que servirá de punto-retorno, además de punto break, mucho más importante si cabe.
Entramos en el pueblo – seme olvidaba – Pelahustán, y buscamos su plaza, buscamos su iglesia, atamos nuestras bike’s a los abrevaderos y hacemos el ya ansiado break; nos confundimos con el paisanaje, comentamos, cambiamos impresiones y de nuevo … AL ATAQUE!!! – no es poco lo que nos queda por recorrer
Antes de salir del pueblo, y tras dar un par de vueltas incluso pasando junto al potro de herrar, llegamos a su rollo jurisdiccional, no menos importante que el visto en Castillo, aunque sí un poquito menos voluminoso.
Visto esto, salimos del pueblo, y junto a los cargaderos de ganado, donde las guías ganaderas y las pujas interrumpen la paz del lugar, nos desviamos para entrar en otro camino que nos llevará a una larga vereda para el paso de tan solo una rueda, picando hacia arriba que estirará el pelotón hasta el punto de abandono en un camino ancho. Nos juntamos, como no.
¡En marcha!, bajamos rápido por caminos transitado por ganados, ganados vacunos, lo que corría por allí no sabemos si sería agua, el aroma desprendido cantaba ¡a mierda!, pero de la buena … ¡mal por culo! – dijo el Abuelo – que viene a significar – tira pa adelante pero ¡espabilando! – y eso hicimos, para llegar a un hormigonado que a fuerte ritmo y rozando – de nuevo – cunetas nos llevará casi sin darnos cuenta a un bajo punto, que en breve se convertirá en … uff ¡vaya tostaaaa!
Comenzamos la subida, ¡gracias al cambio! – decía el Abuelo – las bike’s, tensan los cables de cambio, aumenta la cadencia en proporción al porcentaje, incluso el graciosillo de la Z-15 subió a rueda – por no dar un calentón a la citraca – un par de curvas en herradura para salvar varios metros en curva de nivel, y ¡El Real de San Vicente!
Calles angostas y totalmente desniveladas nos esperaban en este bonito pueblo ya en la falda alta de la sierra de San Vicente. Real, de campamento militar, antiguo, de épocas romanas, nos abría sus puertas con el día totalmente encapotado, algunas gotas nos adelantaban lo que podía avecinarse. Los tambores indios con flash que sonaban bajar de la sierra, nos comunicaban que la cosa estaba muy cerquita, no obstante, fieles a nuestros principios, ¡aquí nadie se rinde hasta el final!
Por una difícil bajada, de las de ¡pié a tierra! transitamos, para desembocar en una nueva vereda que, con pendiente a nuestro favor nos llevó a través de pedregales, hiervas y encinares hasta un camino ya conocido.
Entrando por la trasera de nuevo de Castillo de Bayuela, donde pastoreaban a dos chistos para su engorde y sacrificio, allá para San Martín, entramos en el pueblo. Justo al entrar, y casi sin otro aviso distinto a los que ya traíamos, descargó sobre nosotros una nube … pero ¡a calderos! o ¡garrafas!, yo no sé lo que allí caía, no me entretuve en mirar al cielo, nuestras embarradas bike’s limpias quedaron, como si hubieran pasado por un túnel de lavado, tanto corría el agua a través de nuestros cuerpos, que nuestras zapatillas a forma de marmita llenas quedaron, los discos del freno chillaban como si miedo de algo les diera … pero igual que vino, se fue; y nosotros continuamos – más bien, no paramos
Anduvimos por unos canturriales que terminaron con la gotita de fuerzas que nos quedaban, desembocando ellos en la subida jurásica – bajada – que después de pasar lo pasado, parecía una autopista. Cuatro pedaladas más, dos sube-bajas – justos de fuerzas – y, San Román … de los Montes ¡damos fe!
Una vez más, bicis a la furgo, cambio de piel – como las culebras – y a casa ¡es buena hora!
Compañer@s, ¡pedazo ruta nos marcamos!, no pasará el mes de julio sin haberla repetido, estáis invitados.
Guadalupe ¡a la vuelta de la esquina! ¡ánimo!
Me despido de esta, no sin recordaros una vez más …
AL ATAQUE!!!
Os dejo unos vídeos de la ruta:





jueves, 2 de junio de 2016

LA RETRATAORA DE JULIANITO



Guau Julián … magníficos paisajes nos dejaste, tienes razón, sorry o burry
La próxima vez ¡gambones!, pero anda con ojo a ver junto a quien te sientas en la mesa a comer.
Saludos compañero …
AL ATAQUE!!!






martes, 31 de mayo de 2016

BENDITOS ALARES




De nuevo tenemos una invitación de nuestros amigos de Navahermosa y aledaños, ¡con cartel incluido!, esto pinta bien, vamos a sondear el terreno e intentar una buena representación de nuestro querido Club por tierras anchureñas, -guasap- en marcha … Gri, gri; pues alguien ha de ir … veremos a ver.
Muy temprano estaba la pequeña Castellana en marcha – tan solo íbamos dos esta vez no es necesario ni más, ni mayor despliegue – hemos quedado poco después del amanecer en la puerta de la disco que tiene tanto aire, al piecito de los Navalucillos.
Mientras escuchamos los 40, llegan como centellas 3 coches procedentes del pequeño carreterín, con los dientes por fuera dispuestos a comerse la ruta además del asadillo de Carmelo, ¡miedo me dá!
La hora se nos va en el coche, esta carretera no le quitan ni una curva, lo justo pa Benito, menos mal que esta vez no ha venido, porque Largo-te estruja a la Castellana hasta el punto de no dejar parar mi culo en el sillón ¡coño eso es el ñañas! – qué recuerdos, visto y no visto.
Al fin, Los Alares, aparcamiento de costumbre – junto a Carmelo’s Pub –, presentaciones, la mayoría de las caras son conocidas, me preocupa el asunto – hola Gus, hola César - Jesús, Antonio y Felipe – , otras nuevas – Yo Gus, yo César - Julián y Ferrer –; preparativos de última hora y ¡adelante!
¿Adelante? ¡arriba!, coño como empieza esto, no recordaba la última vez, en el deporte lo primero es calentar, esto es ¡abrasarse!. Miramos a las altas cumbres, de dónde venimos el día parecía arrancar soleado, aquí está totalmente nublado, cosa que nos beneficiará.
Empezamos a serpentear, cuestas arriba, cuestas abajo, jaras, encinas y coscojas – hemos de seguir viniendo para que los caminos se mantengan vivos – pequeños regatos llenos de agua, cuestas de infarto, incluso, allá a lo lejos se veía la fuerte de siempre, no la han cambiado, no.
De nuevo bajamos, hacemos fotos, senderos preciosos, senderos de infarto, piedras, y pizarras, el pelotón se estira y los chintófanos locos no dejan de transmitir datos, los kilómetros a medio gas van cayendo. Y a poco tras una larga y ancha pista – de las que aquí pocas – una urbe, que no llegamos a pisar, ya que en el establo con aroma a macho cabrío hemos de desviar nuestras bike’s para … ¡seguir subiendo!, es lo que hay.
El paisaje se antoja si cabe más bonito aun – que en veces anteriores – las lluvias caídas durante toda la primavera han dejado el campo totalmente verde y con agradables olores de diversas plantas aromáticas en plena expansión.
Entre tanto y por una bajada repleta de cortantes pizarras llegamos a El Enjambre, y a la entrada del pueblo hacemos un breve break para lo que ya sabemos todos … subida al Castillazo , y si no al Castillazo, al menos si a su plataforma – bifurca-caminos –
Salimos del pueblo por las pequeñas escuelas rurales, Antonio y Felipe toman la delantera a buen ritmo, de cerca les siguen Largo-te y Ferrer, cerrando el pelotón a tiro de piedra vamos Jesus & I.
Subimos poco a poco, pedalada a pedalada, salvando las duras curvas de nivel que nos situaran por encima de los 1000 metros; para llegar a la parte alta y encontrar un nublado día que nos deja caer unas gotas, que junto al cansancio nos harán tomar la decisión de no subir al pico y bajar sin más al siguiente hito, Piedraescrita.
Bajamos pues, ¡fuerte!, joder con la costumbre, estos tíos igual que suben bajan, yo entre tanto intentando no perder la estela delantera, con varios roces en cuneta aunque rápida recuperación … llegamos a la carretera y salimos enseguida para, entre pinos y unos bonitos verdes senderos llegar al pueblo justo en el momento en el que el panadero andaba repartiendo su cocida y rica mercancía, lo cual una vez más nos recuerda, que el codillo y el asadillo de Carmelo, debe andar ya casi cercano a la mesa.
Hacemos un corto break, cogiendo agua de la pequeña y habitual fuente junto a la iglesia; entramos en el pequeño y coqueto templo y nos culturizamos con las leyendas en pancarta colocadas para explicación de los foráneos.
Abreviando señores – dice Jesús – que todavía tenemos que subir a la Quesera – de nuevo por encima de los 1000 mt. – y también quedan pendientes los rompe-piernas.
Lo dicho, poco a poco vamos ascendiendo, salvando incluso la portada – cadena – que allí sigue perenne, para en breve adentrarnos en la zona de los pinos, y desde aquí a la torreta donde comenzará nuestro descenso, no sin que antes Jesús nos advierta de la obligación de colocarnos los cinturones de seguridad … si estos lo dicen ¿qué nos esperará?, poco tiempo fue el necesario para averiguarlo …
Fuertes bajadas – no conocidas – estos nos rompen la cintura, el chintofano pita, silba, se agobia, se acojona, ¡esto no es una bajada! ¡es un cortafuegos!, las pastillas del freno silbando y apestando a calentito, a poco – no me extraña – punto bajo, diversos sube-bajas, de nuevo regatos, de nuevo cambios de dirección, y … los rompepiernas.
Parecía ir todo bien, pero tuvimos una pequeña avería, que cojonuda nos vino a algunos para relajar las patas – al menos a mi – no obstante, en el cercano sureño horizonte, parece atisbase un hilito de humo, que parece salir de la chimenea de Carmelo y que a voces nos anda llamando …
El grupo se junta, compacto pues, ya solo nos queda partir el pequeño tomate de los rompe-piernas que huella dejan y fuerte súper-rápida bajada para de nuevo hallarnos en … Los Alares.
¿Qué se puede comentar de esta ruta?, lo suyo es venir y vivirla.
¿Qué se puede comentar del acompañamiento?, ¡maravilloso! Compañeros, encantados de volver a pedalear junto a vosotros, orgullosos de hacerlo, y eufóricos al fin de ruta. Solo queda decir, respecto a este tema … acordaros de nosotros cuando la repitáis, no somos tan sabios como el diecisieteavo Jesús, que la debe haber visto en todas sus estaciones, boca arriba y boca abajo, como los grandes Antonio y Felipe con esos gemelos tipo Kebab, como el luchador y constante Ferrer, como el detallista Julián y sus preciosas fotos de paisajes y flores … ¡qué decir de mi compañero Largo-te! … no hay palabras.
Sin palabras me quedo, pero aun os debo contar, que nos dimos una duchita en la pequeña fuente con termo eléctrico, y que como no, pasamos a degustar el famoso asadillo de Carmelo, que junto a unas fuentes de ensalada y un tierno y jugoso codillo al horno repusieron la energía en nuestras cansadas piernas.
En breve nos vemos compañeros, en esta y otras más, y me despido como siempre de vosotros, no sin recordaros una vez más …
AL ATAQUE!!! 

jueves, 19 de mayo de 2016

EL CAMPO POR SAN ISIDRO



Estamos en ferias, y como ferias que se presten, sin agua no pueden pasar; Maldonado dice que el sábado podemos salir tranquilos … veremos; lo que sí es cierto, es que los caminos a buen seguro estarán llenos de agua y alguno de los integrantes del club, por causa de la feria no saldrá, bien sea por trabajo, o por mojarse … en fin vamos a la tarea.
Esta vez arranca el día en la alameda más bien tarde, son las nueve de la mañana y ya ha amanecido hace rato, creo que esto lo deberíamos ir dando una vuelta, porque sale Joaqui y … no quiero pensar como nos puede poner. Pues eso, en el sitio de costumbre, estamos el Abuelo, Benito, Texinas, Cuerpo & I, bueno, también esta Cabe que esta barriendo el corral y saca los recogedores de las flores que caen del naranjo al contenedor, pero me da, que este no quiere venir con nosotros … ala, a la tarea.
El Abuelo quiere ir al pantano ¡pachasco!, intentaremos darlo un rodeo, en principio, salimos por la plaza y por la avenida de San Miguel vamos a buscar la carretera que nos sube a Gamonal para meternos de patas al campo.
De Gamonal y ya por los tan queridos caminos vamos dirección Velada, o más bien, los cordeles periféricos de Velada; como siempre bajamos por los caminos de las grandes fincas, caminos repletos de agua, linderos de gran y pletórica vegetación, que rebosa vida tras haber recibido el tan preciado oro que en forma de partículas de H2O cae del cielo.
Seguimos pues, entre grandes encinares, vacas, terneros y cigüeñas, avanzando por la verde dehesa, sorteando las rodadas que algún apurado conductor ha dejado en el camino, todo ello con pericia y equilibrio, que cada uno de los integrantes del pelotón demuestra tener de sobra aprendido y practicado, incluso el Abuelo con sus grandes avances consigue salir de tan duros atolladeros.
Llegamos a los albores del Dehesón, el Dehesón del Encinar, y por su carreterita vamos hacia La Corchuela, para llegar un poquito menos fuerte que la ultima vez, pero también evitando distracción; esta vez anduvimos pendientes de ver fauna, la fauna que vio el Abuelo, pero hoy no sale.
Avistamos el pequeño núcleo urbano, antes, paramos a ver como viene de cargado el arroyo, y nos hacemos fotos en su famosa pequeña ermita, para a poco cruzar el pobladito, y seguir por la cañada a buscar las tierras cercanas a mi querido pueblo.
El Abuelo va y me suelta – la vuelta que nos has metido por no entrar por el pueblo que hay junto al tuyo - ¡coño!, encima que os enseño sitios nuevos, además, acaso me has enseñado tu a mi Calera ... no digo más.
A ver, vamos por la cañada, pasamos el amazonas, cruzamos las grandes granjas cercanas a la carretera de las Ventas ¡ojo donde estamos!, vemos el cuchitril de las rapaces, os llevo por el camino selvático del charco de la tinaja ¿qué más quieres?, ¡joder esto es por innovar!, anda, vamos a comernos el break junto a la vía del tren, ya veremos cómo llegamos al pueblo.
Toca pues disfrutar del break, rodeados de balasto, buen momento para desprendernos de los pinchos que se han adherido como garrapatas a nuestros calcetines, y quitar un par de hiervas de las transmisiones de nuestras bike’s, ¡tan solo un par de hierbas!.
¡Marchando!; mi idea era subiros por la casa de la rica, pero el reloj dice que debemos dar media vuelta ya, no obstante os voy a pasear por un par de calles del pueblo … ya que estamos aquí.
Subimos por la calleja angosta junto a la taberna de Cortina hasta la plaza, para bajar a la zona de Toledillo y encaminarnos al pueblo ese que el Abuelo dice que yo no quiero pasar ¡gasta cojones!; pasamos todo lo rápido que se puede no sea que me salga algún sarpullido, que estamos en tiempos de alergia, y por las rápidas pistas llegamos en breve a Alcañizo, que cruzamos por el puente ¡ojo con los sillares bolardos!, pasando por la plaza y su pequeño mercadillo y buscando ya la periferia, para abandonar el pueblo por su cercana ermita.
El inevitable regreso por la apestosa zona junto a la vía del tren, los exigentes sube-bajas que como pullas caen sobre nuestros hombros y que tanto daño hacen ya a nuestras cansadas piernas, motor de fuerza en nuestras embarradas bike’s.
A poco la kilométrica pista llana que directos nos dejará en el pueblo que hay junto al nuestro, a buen ritmo, tan solo interrumpido por una llamada a Cuerpo y otra a Texinas, que ya tuvo que cortar porque pasaba el momento de conferencia.
Creo que nos pasó igual, entramos por San Polo, y pasamos a todos gas, sin mirar en las esquinas, sin cruzar palabra con nadie (creo que no tenemos ni el mismo idioma), y salimos victoriosos por el cruce que hay sobre la vía, junto al huerto del pavo real, que al ver la chulería de semejante pelotón, saco sus plumas a pasear – no vaya a ser que me limpien a mi pava –
Pasamos cerca de las yinitas del Abuelo, y llegamos al pueblo con unos 70 km en nuestras patas; no está mal, que a la vuelta de la esquina tenemos Guadalupe, y esta vez hemos hecho ensayo hasta en agua, por lo que pueda venir.
Los valientes que se enfrentaron al reto, llegaron victoriosos al pueblo, cumpliendo con el precepto semanal, eso sí, con barro y  mimetizados con el verde campo, que mañana disfrutaremos en buena jornada en la ermita de San Isidro.
En fin compañeros, como siempre, nos vemos en esta y otras muchas más, no sin recordaros una vez más …
AL ATAQUE!!!