Durante esta semana has sido los Rincones quienes han puesto las
condiciones de salida para el fin de semana que está a punto de caer. Al final
y tras llegar a consenso, hacemos un nuevo plan a última hora por la poca
afluencia de personal y para que la otra ruta sea motivo de disfrute para todo
aquel que en esta ocasión no ha podido asistir.
¿Dónde vamos por tanto?, veréis veréis …
Amanecía de nuevo un día más en
el ya conocido por todos sitio de quedada, nuestra habitual Alameda … ya estaba
el Abuelo por aquí haciendo fotos, de todo, hasta los chorros de los aspersores
al amanecer.
Empiezan a llegar los integrantes
de lo que va a ser una gran ruta … un ¡gran día!. Estábamos por tanto: los ya
mencionados hermanos Rincones, eran unos … ¡coño que me voy por los cerros de
Úbeda!, - ya quisiera yo, estar por allí ahora – en fin Phineas y Ferb, el
Abuelo y el presente …
Salimos dirección la vecina
Calera, el mayor de los Rincones quieres subir el mecachón al revés, y la forma
es … pues la que es. Pasamos Calera y por las fincas traseras del pueblo
avanzamos dirección Tórtolas, hablamos de todo, incluso de política intentando
arreglar el desaguisado panorama que nos rodea … llegamos a la conclusión de
que – zapatero a tus zapatos, nosotros a montar en bici que es lo que nos
gusta.
Tras pasar por los caseríos de
Tórtolas, esperamos en la cuneta de la vía para observar con precaución a ver
si pasa algún tren … ¡y nos incorporamos!
Por esta, la ya famosa culona,
nos dirigimos hasta la finca de “el arco” donde vamos a abandonar el trazado
ferroviario para meternos en el verdadero berenjenal del día.
Bajamos a la carretera para
cruzar el río por el único sitio que nos permite este punto, y tras coronar la
parte más alta de este lado del mortirolo, nos metemos en el camino de las
parcelas sur río Tajo para en breve andurrear ya por las tierras de Canturias.
Esta vez no hacemos alto, que ya hace tiempo que no anda janquillo por estos
lugares – parece ser que se atrevió con toda la leña de encina de esta zona –
para seguir por el camino hasta que llegamos de nuevo al hito – bunker guerra –
y hace un nuevo alto para observar de nuevo nuestra bélica historia reciente …
bueno, aprovechamos para montar nuestra película, nuestras ametralladores y
varias historias más.
Debemos continuar, estamos en
plena época estival y ya vamos rondando las horas en las que Lorenzo cae del
cielo dando puñetazos; además, nos quedan un par de cuestas finas que nos van a
poner un buen puntito en las piernas y no nos podemos descuidar.
Dicho y hecho pues, seguimos
adelante y cuando llegamos a la bifurcación donde tomamos el camino Las
Herencias – Belvis de la Jara, nos damos cuenta de que ¡lo han cortado! ¡lo han
alambrado!, ¿nos hemos vuelto locos? ¿quién pone puertas al campo? ¿Quién corta
los caminos? … madre mía esto va a terminar siendo misión imposible … - es por
ello que no podía dejar de escribir este insignificante relato –
Seguimos la ruta, ya con caras
largas, para colmo, el camino empieza a estar poco andado, las zarzas empiezan
a invadir y a reclamar al igual que los parceleros el camino público.
A poco empezamos a avistar Las
Herencias, pero de nuevo nos complicamos la vida – que es lo que nos gusta – y
tomamos la trocha que directa nos encamina a los primeros trazos de la subida
del Cerro de la Mesa – el mayor de los Rincones no ha subido por esta parte y
le apetece - ¡al por ella!
La subida es un tanto complicada,
además de los regueros de costumbre y de su media pendiente, el camino ha sido
invadido por las florecientes hiervas primaverales, y que ahora se han convertido
en un molesto alto pasto e incomodos pinchos que bien se hacen notar.
En breve coronamos y … ¡de nuevo
sorpresa! ¡otro camino cortado!, en lo más alto del cerro, donde pasábamos ya a
la otra vertiente, han colocado un nuevo alambrado, con un “prohibido el paso
finca privada” – eso ahora está de moda – y un “zona vigilada” – también se ha
puesto de moda – y ¡con cámaras! … Santo Tomás parió por un deo …
Una vez todos juntos de nuevo en
la parte alta vamos barajando opciones, el pequeño de los Rincones, saca su
vena aventurera y nos busca un sendero, que vamos a hacer si, o si, bajo su
responsabilidad … dicho y hecho.
Subimos a pie el escarpado
sendero hasta tomar cota y poder de nuevo cabalgar sobre nuestros ciclos, las
vistas son impresionantes, vemos toda la vega del Tajo, incluido nuestro
pueblo, pasando por la vega del Guadyerbas, la del Tietar y toda la falda sur
de Gredos … maravilloso, pero seguimos, bajando fuerte y temeroso hasta Santa
Paula que directos nos llevará a la seca orilla del arroyo de los Frailes.
Cruzamos este debajo de la N-502
y por encima de la antigua N-502 para encaminarnos a una larga rampa que a buen
ritmo nos llevará hasta la zona de “lio carteles” en las inmediaciones del
Mecachon.
El Abuelo hace oídos sordos a
nuestras demandas, continua dando pedales sin parar a comer el bocadillo, ¡aquello
que no nos lo merecemos!, con lo agustito que estaba a la sombra de la encina
que cubre los famosos carteles y el airecito que corre. Hacemos los ya tensos sube-bajas
de la zona para afrontar la última fuerte – esta vez cuesta abajo – a gran
velocidad. En breve, abajo, ya en la vega, ya en el regadío de la zona de
Manzanas, toda la vega del Tajo, esta vez ya en nuestra mano.
Por el hormigonado camino de las
graveras hacemos nuestra aproximación a Talavera, no sin que antes un bobo pero
BOBO con un coche a toda velocidad – este ha confundido el camino con una
autopista, menudo jilipoyas – pasa a nuestro lado y por un descuido el pequeño
de los Rincones toca suelo, gracias a Dios, es solo un aviso, tocado pero no
hundido.
Llegamos a Talavera y cruzamos el
Tajo por el más viejo de los puentes, y por el carril bici, haciendo parada en
la fuente frente a los institutos, donde cogemos agua para nuestros secos
bidones, llegamos al camino que une Talavera con nuestro pueblo … bueno, y
llega más allá.
A buen ritmo llegamos a nuestro
pueblo, todos juntos, todos en pelotón como Dios manda, no como en aquellos
tiempos en los que G.C. se adelantaba para entrar siempre el primero en todos
los pueblos y dar con ello ciertas sensaciones.
Vamos de nuevo a una terracita a
tomarnos una fresca que directa entra como un sablazo en nuestras piernas,
recomponiendo los azúcares perdidos.
Compañeros, unas más, no faltéis,
nos están poniendo puertas en el campo, puertas en los caminos, y esta breve
lectura no servirá de nada si no seguimos pasando por ellos, si no nos ven
trotarlos, no podemos dejarlos de lado, son el legado de cientos de años
andados por ellos, no podemos abandonarlos, os espero por tanto, en esta y
muchas más, no sin recordaros una vez más … AL ATAQUE!!!
https://youtu.be/4jgpaqZ03ZM