Si nuestro grupo de salida es recogido, esta vez si cabe, lo es aún más;
resulta que los Rincones han quedado con unos amigos en subir a la sierra,
harán una ruta por la zona de la plataforma, con lo cual, esto pinta a poca
gente … no obstante nosotros – los que quedamos – saldremos ¿cómo no? … ahora
veréis …
Que si las ocho que si las ocho y
media … - ¿a qué hora salimos? - pues a las ocho y cuarto, ni pa tí ni pa mí.
En la alameda por tanto,
Largo-te, el Abuelo y el presente, ¡joder, que reducidas van quedando las
presentaciones!, pero bueno, de momento no faltan.
Vamos hacia allá, vamos hacia
acá, subimos a, bajamos de … venga anda, vamos a arrancar que aquí sentados al
fresco y observando los aspersores no hacemos kilómetros.
Salimos por tanto camino de
Calera, y antes de llegar … ¡aven sos! ¿qué te pasa Abuelito? – miramos extrañados
Largo-te y yo – me ha dejado Leja unas guindas lavadas y frescas encima de la
mesa y se me han olvidado … eso es lo que tiene la contemplación, te sales de
casa a contemplar los aspersores, a ver como monta en bici Eulalio, Jacinto,
G.C. … y luego te quedas las cerezas en la mesa ¡y lavadas! y ¡frescas! … tanto
culo, tanta teta, esto no puede ser, así no te centras, pa colmo te echas nívea
de chocolate y te quemas como una tira de panceta en la parrilla de la nave,
¡no jodas!
En fin, llegamos y pasamos
Calera, esta vez parece que corre prisa dejar atrás el vecino pueblo, y lo
hacemos por la travesía, que aunque somos contrarios – como todos sabéis – al alquitrán,
queremos que cunda la mañana.
Vamos dirección Alcañizo ¡qué velocidad!
– estos son los de la media de 23 – dije yo, madre mía la que me espera. Bordeamos
Alcañizo por la AL-50 y nos encaminamos siguiendo la señalización a Torrico; en
algún momento nos bailamos y cruce y llegamos a una puerta que nos obliga a
rectificar, pero ¿quién dijo miedo? … venga, adelante.
Por la finca de El Sapo vamos
entonando el camino para llegar al ya conocido camino de Guadalupe que une
Oropesa con Puente y que nos acercará al desvío de Valdepalacios.
Pasamos por la portera – esta vez
cerrada con un candado – y nos adentramos en el monte entre grandes y
centenarias encinas … creo que … nos bailamos otro cruce – madre mía que
engendro de ruta va a salir hoy – en fin, todo el campo es orégano, y en breve
tras cruzar varios pozos con chalet adosado, en el cercano horizonte alcanzamos
a ver Torrico, aunque esta vez no vamos a pisar su hormigonadas calles.
Directamente nos encaminamos por
la dehesa a buscar los cercanos caminos de mi pueblo, que a toda velocidad,
casi sin exprimir el jugo que dan nuestras bielas, nos presentamos por el S en
pocos minutos como el que no quiere la cosa – que yo la quería – y llegamos a
la conocida corredera de los toros, donde disfrutamos de un rico break aunque
¡aven sos! sin guindas, frescas y lavadas … bueno, ya se las comerá pies
grandes, porque vamos no he visto cosa igual, que llega a las 7 de la mañana de
juerga y se come lo que tiene preparado su madre para toda la familia en un pis
pas, casi sin esforzarse y tirando de los coscurros del pan de ayer.
Disfrutamos por tanto de merecido
break, observando – que yo ya lo tengo mu visto – la plaza, la torre, la … la …
la … - al final nos llevamos otra vez Eurovisión –
Venga vamos, que tenemos que
llegar a casa, vamos a intentar no en revesarlo mucho … ji ji
Vamos al vecino pueblo – coño se
me ha olvidado el nombre – el Abuelo quiere que no haga cabriolas ¡no jodas
macho! – en lo único que destaco un poco, un poco – en fin … seguimos y en
breve por el conejal entramos en el vecino pueblo; igual que entramos, salimos –
y que pasemos por la plaza dicen … auuuuuste – venga a cuesta blanca, por las
eternas parcelas, que dice el Abuelo que no ha pasado, y es que de noche – en otras
ocasiones – todos los gatos son pardos; cruzamos la vía y en breve por El
Cortijo – Torralba …
… tan pronto se entra, como se
sale, y de nuevo nos dirigimos la ya conocido encinar, para por los rápidos
sube-baja llegar al camino que nos conducirá de nuevo a Calera, hace mucho que
no pasamos por aquí y hay ya ganas de repetir …
Tanto hacía que no pasábamos, que
nos bailamos otro cruce, y tras dar varios cientos de pedaladas más llegamos a
las antiguas viviendas del moro que en breve nos sacarán al cruce junto a los
cabestros de Florito.
Ya poco queda por saber, la
vuelta fue por los caminos de la A-5 hasta el pueblo, donde calurosos echamos
unas gordas en fríos vasos de barro, y comentamos las futuras jugadas para en
breve ir preparando.
Buena ruta, buena compañía, se
sigue echando de menos más gente que nombrar en las presentaciones, no
obstante, espero ir provocando envidias – sanas – que os hagan volver al redil;
me despido esperando respuesta, no sin recordaros una vez más …
AL ATAQUE!!!