Antes de meterme en faena con esta publicación, os comento el pedazo de
ruta de la que disfruté ya por segunda vez en tierras extremeñas … buena ruta,
increíbles paisajes, buena gente … bueno, bueno, bueno …
Estamos ya en los últimos coletazos del verano, ya en esta semana
entraremos en la nueva estación, y seguiremos montando en bici, seguiremos
disfrutando de este querido deporte que tanto nos gusta, en los paisajes que
nos ofrece el otoño … veremos de nuevo esos encantadores ocres, veremos a los
árboles de nuevo desnudarse llorando poco a poco sus hojas … bueno, eso, lo
veremos, y con un poco de ánimo posiblemente aquí lo expliquemos; ahora toca
esta …
¿Decimos Domingo de Ramos?, es
posible que alguno penséis – este está tonto - ¡pues no!, estrenamos nuevos
componentes en el equipo, estrenamos bicicletas, y estrenamos calcetines. Pues
eso, llegamos a la habitual alameda, y nos encontramos a ¡er Viti!, guau,
bienvenido, ¡pero si trae bike nueva! guau, también está el Abuelo ¡con bike
nueva! guau, bienvenido al mundo 29”, madre mía, cuanto estreno, por donde vive
el Presi asoma la gaita Largo-te, y desde la urba viene Texis … la congregación
poco a poco va aumentando, ya va mereciendo la pena, con un poco de suerte se
va animando alguno más.
Salimos por donde siempre,
dirección – la plaza – ya está montada la carpa, se percibe el aroma a fiestas
¡viva San Miguel!; dudamos, que si aquí, que si allá … al final vamos dirección
Gamonal.
Subimos la dura cuesta del canal
– dura – y en breve Gamonal – después de la pirula que le hace un camión al
Largo en el puente de la A-5 – confirmado, no podemos andar por alquitrán,
respeto al débil = 0 – pocas pedaladas y Gamonal … ya tenemos claro dónde ir,
es por ello que vamos a subir por la cuesta del malojo para llegar lo antes
posible a Mejorada.
Estamos todos más o menos
igualados, en cuanto a burras – grupo 29” – pero la potencia de la doble
destaca sobre las otras, empieza a estrujar las bielas con esas palancas que
Dios le ha dado, y en pocos metros ya nos pierde de vista, tanto es así que
tras coronar al piecito de la atalaya, se coloca como un fotógrafo profesional
– dando tiempo a la postura, a la posición del sol, al juego de sombras … le da
tiempo de todo – luego vamos llegando el resto y salimos en las fotos con los
rostros de sufrimiento mientras el ya ha bajado de pulsaciones a nivel – recién
levantado –
Avanzamos, cada uno como puede
para llegar en breve a Mejorada, que rápido la pasamos, y luego Segurilla –
rápido – que también en breve pasamos; por su ermita camino de la cruz, pisando
las tartas del concurso de repostería que han dejado en el camino las vacas del
pueblo – ya se ha escapaó – bueno, ya las limpiaremos.
Tomamos dirección Cervera, por la
zona de la Menejil, donde nos separamos, los más aventureros tomamos el sinuoso
senderito de la derecha, el resto sigue de frente, para intentar juntarnos un
poco más adelante.
No es cierto, bajamos a toda
velocidad, unos en busca de otros, pasamos el seco cauce del Marrupejo y
estrujando las bielas conseguimos hacer grupo justo antes de entrar en Marrupe,
donde haremos break junto al triste pilón que apenas recibe un pequeño chorrito
de agua.
Brevedad en el break, que aún
queda; cruzamos el pueblo para encaminarnos a la zona de los enebros ¡esta vez
en sentido contrario! … ¡a volar!
Poco después, y tras cruzarnos
con unos sufridores que hasta andando iban – estos son peores que nosotros –
llegamos al punto limpio de San Román, aunque más que punto limpio, parece …
bueno, cualquier cosa menos eso.
Avanzamos de nuevo, cruzando la
zona del arroyo – con agua – la zona de la encina del grallo, los estrechos
pasos canadienses, para llegar como balas – que se lo digan a la de la gorra –
a Pepino.
Hacemos parada junto al supermercado
igual que el de Manuel el Largo, para tomarnos unas frescas manyorcas, obsequio
del bote que guardaba a buen recaudo Largo-te.
Salimos de Pepino allá por donde
aran los bueyes, para encaminarnos a las canteras que darán paso a los
toboganes de la Portiña, que una vez más a toda velocidad se dejan disfrutar.
Seguimos ajando por la orilla del
charco, por su muro de retención, y de nuevo buscando el senderito para pasar
de nuevo la A-5, esta vez por un paso subterráneo, coger agua en la depuradora
y en breve a toda prisa llegar a Talavera.
Por el cordel fuimos hasta
Talaverilla, donde dejamos a er Viti un poco tiesto – creo – no sin antes dejar
a una avispa que le picara en el velorto e hiciera que anduviéramos buscando
los cristales de sus lupas por la cuneta del camino. Bueno compañero, hasta la
próxima … aunque no cuentes con nosotros el finde que viene – creo – yo quiero
hacer el talajara – me parto –
Se terminaron las
contemplaciones, la llegada al pueblo creo que fue en fórmula uno, no estaba,
no ví a Alonso por ningún sitio, pero la velocidad fue … ¡madre mía!
El Abuelo paró a ver el
campeonato de frontón, y nosotros fuimos a refrescar nuestros polvorientos
gaznates.
Chicos, una más, nuevas
incorporaciones, creo que no deberías dejar pasar la oportunidad, ¡uniros a
nosotros!, debemos hacer estas y otras más.
Me despido una vez más, no sin
recordaros como siempre …
AL ATAQUE!!!
https://youtu.be/zpoOUQ5BUaA