Buena la mañana que amanece en el sitio de siempre, buena también la temperatura y muy muy buenas las intenciones para este día: “preparamos una rutita cortita, tempranito en casa, ducha y comida en comunidad”. ¡A disfrutar!, ¡AL ATAQUE!.
Muchos somos y hay caras nuevas, aunque también son notorias las ausencias que habiendo contado con ellas ya hoy hubiéramos sido un supergrupo, y es que faltó el incansable Chispi, faltó Isma el saltamontes, Viti el campa (esta vez controlado), y las ausencias de costumbre. Por otra parte tuvimos nuevas caras, y es que para un día tan importante como el de hoy no podían faltar las autoridades – Javi como compañero y representante del pueblo, e Iván en cuanto a control y protección (tan largo como el Largo e incluso más largo).
Salimos ná menos que -- <ver las fotos – no los voy a enumerar>. Como un impresionante pelotón, todos por la plaza en busca del cordel, y de aquí a Talavera cruzando el puente más viejo y luego el más nuevo, majestuosa obra atirantada que no tardamos más de 5 minutos en recorrer. ¿Fotos? andando que GPA se mosquea, parece que hoy hemos venido de paseo, poco más y alguno entra en el supermercado para hacerle a la mujer la compra. Seguimos callejeando por Talavera y pasamos de ir al Carrefour a robar a Isma, esta vez nos acompaña la autoridad, y entre uno vigilando y el otro expidiendo multas a diestro y siniestro a través de ventanilla ya casi nadie se atreve a cometer ni el más pequeño de los hurtos.
Buscamos vía asfalto (porque yo lo valgo “GPA”), el camino que nos conduce a la Portiña, tiempo donde el menos observador da cuenta de lo bien que va la bici, o mejor ¡moto! de Pakuarela, y es que la toca el embrague para cambiar a una velocidad más larga y le pide así como dos o tres, ¡está descabritá!, pero si la da un poco de tralla y ¡salta y todo!. ¡Qué maravilla! ¡Qué inversión! ¡Cómo va mi Orbea! cada vez mejor y no se estropea. Por la rivera de la Portiña llegamos a la subida (que cada uno la haga como pueda, porque el amigo Meji-llón se busca su particular trocha, y es que solo le hace falta ya berrear para parecer una cabra – si por algo no hizo la mili, y no por pies planos; el Abuelo poniendo como siempre los puntos donde corresponden <y esta vez no fueron sobre las “i-s”, le retuerce la oreja a la especial-lais y no hay forma de meter mano “en este asunto, porque para meter mano ya está Pakito”>) que nos llevará a la Atalaya de Segurilla, punto donde además de otras tontunas hacemos ya nuestro repostaje.
Ya de vuelta, y sin apenas subidas (que ya no subimos más Iván – vaya pies que tiene mi niño, solo con el peso se mueven las bielas), cruzamos Segurilla, Mejorada <con venta de pimientos incluida>, bajamos por el camino de la Atalaya (de Gamonal) a Gamonal y por la carretera y todos (hasta el novato) con los platos puestos, entrada triunfal en el pueblo.
Pública concurrencia en esta ruta, donde los hermanos Phineas-Ferb y Po-Cholo estuvieron muy a la altura, Javi demostró su buen hacer deportista, e Iván nos aguantó, El Largo-te como siempre sobresaliente (deportividad y compañerismo), El Abuelo y Benito los ganaderos pensando en sus subvenciones, GPA, qué decir traspasando fronteras, de Pakito ha quedado todo dicho, Meji-llón haciendo la cabra y jodiendo el rato del desayuno, y el Presi pensando en las sobremesas.
Espero veros pronto, a todos los nombrados muchos más. Saludos a todos y recordad una vez más … AL ATAQUE!!!
P.D.: de la comida no cuento nada por varios motivos entre los cuales se encuentran:
1. mis superiores me lo han prohibido
2. el que quiera saber, ¡qué asista!