Sí que es cierto, sí. La verdad es que está esto un pelín abandonado,
no puedo prometer nada, las ocupaciones de cada cual, nos hacen incumplir
promesas en esta ajetreada y estresante vida … pero es lo que hemos elegido.
La primavera se está alargando, y es cierto que hasta el 40 de mayo,
eso, que esta ha salido guerrera, cosa que por otro lado es de agradecer, ya
que no creo que fuéramos capaces de aguantar un verano como el pasado con la
sequía que se pronosticaba.
El Club, no ha dejado de andar “montar”, hemos estado durante esta dura
primavera y desde que inició el año, en …
-
Sotillo …
en varias ocasiones ¡doy fe!
-
Por mis
tierras
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Parrillas
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Belvis …
en varias ocasiones
-
Los
Enebros, que tanto nos gustan, incluso encontrando nuevas vías de escape y
lugares de baño; en el Marrupejo y sus molinos
-
Nos hemos
relajado, dando una simple vueltecita por la vía, que en muy raras veces
también apetece
Pero también, hemos hecho nuevos descubrimientos … aquí os presento el
último y que una vez más nos ha hecho disfrutar como niños.
La
semana pasada salíamos por la zona de Sotillo, y en los sube-bajas visitando,
unos por primera vez, y otros repitiendo las zahúrdas tan exclusivas como las
que nos encontramos en la Cañada Real Leonesa – Cordel de las Merinas, antigua
autovía de ganados, mercaderes … decidimos que no podía pasar de esta salida,
sábado día 16, para ir a investigar nuevos hitos.
Nos ponemos en marcha, esta vez
con furgoneta, hasta la vecina y cercana Aldeanueva de Barbarroya, punto de
inicio y fin de ruta.
Ya en marcha vari@s son los
paisan@s que nos encontramos en las calles que atravesamos y que con buenas
intenciones nos animan ¡qué emoción!, no conocemos estas calles a estas matutinas
horas, la sombra se agradece y se muestra bastante fresca, aunque es de sobra
sabido que el día pinta caluroso, las predicciones meteorológicas no fallaran.
La intención es estar en ¡un
cuarto de hora! en la Nava, o al menos eso ha dicho Largo-te … uff ¡las
presentaciones! – coño la falta de
costumbre ya – estábamos los animosos hermanos Rincón – Phineas y Ferb – El
Abuelo, Largo-te como he dicho, y el presente … pocos, pero bien avenidos,
supongo que la envidia que despierte esta ruta, haga que el grupo poco a poco
se vaya animando.
Lo dicho, tras andar el conocido
camino dirección a la Nava, con las lecciones del mayor de los Rincones en
cuanto a naturaleza se refiere – que sabe un rato – observando el juego de
sombras que nos ofrece el amanecer en la vertiente opuesta a la corriente del
Uso – al que vamos buscando – y tras la magra, que a pesar de las horas, no
cambia, ni de porcentaje ni de dureza, llegamos al pueblo.
Le atravesamos, esta vez sin la
deliciosa y ya costumbrista parada, por toda la plaza, y por la calle de la
solana, que directos nos llevara al camino de la fuente del mismo nombre, y
como anuncia el cartel que allí la describe, importante punto de reunión donde
se contaban las historias de aquellos días, allá, desde los inicios del siglo
XX. Hacemos parada, como no puede ser menos, disfrutamos de la bonita y
recuperada arquitectura del lugar, con una corriente fuentecita y su fresquita
agua. Fotos del edificio, fotos de la cercana flora, fotos de los intrépidos
visitantes … pero hay que seguir la marcha, esto no ha hecho nada más que
empezar.
Seguimos por la falda de la
sierra de Sevilleja, vamos dejando a nuestras espaldas, el Mogorro y sus altas
antenas, ¡la conquista sigue adelante!; el sol empieza a calentar, y como no
puede ser menos la flora se deja disfrutar … estamos en pleno corazón de la
jara, aquí todo huele a ella, nos muestra su flor, nos muestra su olor, ¡coño!
y su pegajoso aceite, joder. Avanzando observamos que aún quedan charcos, ¡a
estas alturas! pero de tiempo y altitud … gracias al respeto por el medio
ambiente que reina en nuestras filas y el silencio de nuestra dura
peregrinación conseguimos ver un jabalí en pleno baño, con burbujas incluidas
que de un salto salió de la bañera y sin coger el albornoz, se perdió en cuestión
de segundos por la espesa maleza.
Después de haber subido, toca
bajar, más bien vooolaaaaaar ¡guau!, estamos en la orilla de Río Frío,
avanzamos siguiendo su curso hacia abajo, viendo los innumerables molinos junto
a su orilla – el molino del Tuerto, el
molino del Moral, el de Juan Sánchez, también el de las Peñas – si guardas
silencio aún se puede escuchar correr el agua, mover sus piedras, los tratos
del molinero con los que solicitaban sus servicios, el olor de la harina, y el
de el pan masado por la molinera … ¡que noooo, es coña!, pero que da bien.
Nos encaminamos a la importante
vertebra que une Ávila con Córdoba pasando por Talavera la N-502, ¡pero no
tenemos intención de rodar por ella!, sabéis que eso va en contra de nuestros
principios, “alquitrán=0”; bajamos por tanto a tocar con nuestras ruedas la
orilla del río Frío y nos encontramos con un pequeño puente – no habíamos visto
nunca, y ya hemos pasado veces – para salvar el cauce y subir un fuerte
repechón hasta coger de nuevo nivel – el nivel de la carretera – y poder
continuar por un camino – ya a partir de aquí nuevo para nosotros – entre
tapiales, y pequeños huertos, incluso por antiguos tramos del trazado de la antigua
carretera.
Cruzamos a nivel la carretera y
nos adentramos en un moderno cercado que a gran velocidad por un sinuoso
camino, repleto de encinas y jaras nos llevará hasta un pequeño abrevadero en
la periferia del pequeño pero acogedor pueblo de Gargantilla, donde el
paisanaje nos saluda caluroso a nuestro paso.
Pequeño pueblo, cuyo cruce es
breve aunque eso sí, bonito, y con alusiones constantes a nuestro entorno, como
el bar de “La Pata” digo de Isa, la calle de los Rincones o los Olivas, y una
bonita fachada, que recuerda a los pueblos sureños de donde procedían los
primeros pobladores de estos pequeños pueblos, y que a poco nos conducirá a
Sevilleja de la Jara, con sus difíciles trazadas calles, con su iglesia, y su
torre, con su ¡cabina! – si alguien tiene que llamar puede venir aquí – con su
pilón y sus carpas – que no se enteren los Joaquinones ¡qué máquinas! -; lo
cruzamos y pasamos por su pequeño ayuntamiento, y estamos en las afueras …
Ya empiezan las rectas finales,
ya empiezan los finales rampones, pero que directos nos llevaran a nuestro
objetivo, tras pasar por entornos espectaculares y siguiendo la señalización –
al collado del Uso – en breve estaremos por allí. ¡Nuevo hito conseguido …
puesta de bandera!
Hacemos break, maravillados por
lo que nuestros sentidos captan de tan bonito entorno, inmensas paredes de
piedra, escarpados senderos tallados por la residente fauna, pinar y como no …
El nacimiento …
Corto break, ¡hay que volver! y
desandar lo andado, aunque lo haremos por otro camino.
Todo lo subido ¡hay que bajarlo!,
la temperatura de nuestras pastillas subía a la par que la de los discos,
trepidante era la velocidad, que por sinuosos caminos nos llevó de nuevo a
Sevilleja de la Jara donde además de repostar agua en el pilón de las carpas,
hicimos un nuevo acopio de energías a base de manyorcas convidadas por el
pequeño de los Rincones, que se sentía con la necesidad de agasajarnos tras
haber pasado su aniversario.
De nuevo pusimos en marcha
nuestros ciclos hasta el punto del abrevadero de ganados con varias pilas donde
de nuevo tomamos la bifurcación buscando otro sendero para completar la ruta,
indicado el por el mulo que tranquilo pastaba esperando nuestra pasada para señalizar
el sentido de la marcha que debíamos seguir.
Rápidos sube-bajas rompe-piernas,
pondrán de nuevo la temperatura de nuestras extremidades a punto de cocción, y
en breve de nuevo en la orilla del Río Frío, esta vez conseguirá que nos
mojemos los pies, junto al abrupto merendero – quién llegará hasta aquí a
comerse el calbote digo yo – porque después hay que subir de nuevo y salir del
agujero a base de apretones de biela y golpes de riñón.
Fuerte bajada entre jaras y
regueros esculpidos por las fuertes lluvias en los caminos nos harán llegar,
esta vez, a la vía casi en la pizarrosa estación, junto a un meandro del Uso –
de nuevo – esta vez con más agua gracias a las aportaciones de pequeños ríos,
arroyos y regatos.
Mala decisión de nuevo tuvieron
los que nos adelantaron, y es que no es difícil conseguir untar el hocico del
potente de las potentes bielas grandes, para poner un fuerte ritmo difícil de seguir,
incluso en la gran vertebra de casi 1 km que a ciegas pasamos, entre charcos y
hasta ¡frío!.
Poco más que decir, puesto que
esto ya es vía, túneles largos, cortos, en curva, rectos, estaciones y
apeaderos para llegar a nuestro final destino allá en la fuente blanca junto a
Aldeanueva de Barbarroya.
Espero haber despertado envidias
– sanas – de los compañeros que quieran que gustosamente la repitamos y que
poco a poco se vayan incorporando de nuevo a filas.
Me despido agradeciendo a
nuestros fotógrafos – El Abuelo y Largo-te – que dejan constancia grafica de la
hazaña, lo cual la hace incluso más creíble. Lo dicho, eso sí, no sin
recordaros una vez más como costumbre era ….
AL ATAQUE!!!
Retomamos y reto menos.... el señor EDITOR retoma el blog y es de agradecer, su tiempo y esfuerzo le lleva. retomamos las salidas fuera, merece la pena conocer nuevos caminos y nuevos retos( que no mareamos dando vueltas al pueblo) bonita y buena ruta que sin duda repetiremos a ser posible con algún bikers más. Gracias señor EDITOR por la cronica y ¡¡VAMOS MAQUINAS!!
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