¡Qué tempranito amanece esta vez!
aunque seamos algunos perezosos a los que se nos peguen las sábanas, se ha
dicho que a las ocho puntuales hemos de estar en la alameda, y así cumplimos. Después
de que el abuelo no falle, que además de ser uno de los componentes de más edad
– y nos de a casi todos sopas – se acostara ayer – <digo hace un rato> –
a deshoras, si se nos ocurre a los más jóvenes fallamos.
Tras guasear en los días
anteriores y peleando varias asistencias para que el día fuera concurrido, pues
ya por anticipado sabemos que fallará – muy a pesar nuestro – entre otros los
Rincones, Torres, Cuerpo, y nos imaginamos (ojalá fuera lotería) que Pakito; sabemos de
la presencia de Po-Cholo – bienvenido – y nos ha prometido er Viti venir y con
acompañante si le complacemos con una buena ruta <veremos a ver que nos
inventamos pa complacer a er Viti – hueso duro>.
Pues nada, Largo-te, el Abuelo,
Po-Cholo, Meji-Jones, Benito, el Presi, er Viti (con antojo) y acompañándole su
fiel Saúl, además del que os escribe estas líneas.
Con su antojo en mente, y un poco
pensando en los que habitualmente están con nosotros, pero que
desafortunadamente hoy nos han fallado, salimos dirección Gamonal, de aquí a
Velada, el ritmo es bueno, bueno.
Al pasar Velada vemos una silueta
andando por aquellos cerretes que nos resulta familiar … a lo lejos la figurita
de Jilari, casi ella desapercibida, solo ella conocida por los más veteranos
del grupo llamándonos la atención con su grandes aspavientos. Bajamos por la
cuesta de S. Berecoldo, punto donde se acaban todas las conversaciones, y nos
es que llevaramos muchas, pero los cuerpos se inclinan hacia delante, las caras
de cuchillo, y miradas amenazadoras, todo ello unido a una cuesta ABAJO que
suele se cuesta ARRIBA … lo demás sobra.
Tras pasar el primer guardaganado
del baldío, saludando a la cámara cogemos el camino de Parrillas en el punto
justo de bifurcación de la ruta, hasta este punto, y desde este punto
compartiremos momento de ida y vuelta.
Nos encaminamos por el monte
buscando la siguiente población, no sin antes pasar por los ya conocidos
caseríos, por caminos y veredas comidas todas ellas por la hierba que
frondosamente y tras las muchas lluvias caídas durante el invierno se
encuentran a tope, antes de cruzar el arroyo donde Buba se bañó en tiempo de
más frío, conseguimos ver garrapatas – según Meji – como tapacubos de autobuses
¡grandísimas!; y al fin el primero de los ríos el Guadyerbas … sin pensarlo, al
menos la vanguardia de la formación, bicis al hombro y cruzamos, y ¡seguimos!
En la confluencia de nuestro
camino con la cañada Real, allá donde se ve el pequeño establo, pues allá
salieron a buscarnos nada más y nada menos que unos 50 chuletillas, digo 50
cabritillos lechales ellos, voceando Joooooose, Jooooose, que cabrones los
cabritos, ¡si conocían al presi! ¡qué ganerias! (como diría Sinpac) ¡y tos sin
marcar!, si yo creo que se me metió sin querer uno debajo del brazo … hay que
joderse, tanto le llegó a la patata, que le flaquearon las fuerzas y se dio la
vuelta. Pensaba el que en los arenales iba a haber menos arena si pasaba antes,
¡lo lleva claro este!
Nosotros, como el pollino del
suegro del abuelo (cuando parentesco), con las anteojeras y hacia adelante. Pasamos la vecina Parrillas, sin parar, sin
pensar, y casi sin saludar, solo conocen (en todos los pueblos) al abuelo a la
voz de “Lebreles, nunca os despreocupéis” ¡ande las llevas!
Obedeciendo las instrucciones del
inconfundible chintófano y del Chintofanero ¡que no atasca! seguimos nuestra
ruta. Vuelta a las encinas, vuelta a las jaras, la calor sacaba ya de ellas el
rico aroma que impregna el campo y que nos hace más llevadera la dura ruta.
Fuerte bajada las que nos llevará
casi sin saberlo al curso del río Tietar, y tras la diversión del momento en el
cruce como S. Fernando – unos en bici y otros andando – llegamos al punto del
break.
Disfrutamos de la naturaleza, del
agua al 150%, de la fauna, y subimos a la boca de la cueva, justo en el punto
donde el maricón de pantalones cortos nos dice que allí no se puede estar en
bici, y donde manos grandes casi a punto de convencerle, si no nos damos cuenta
antes aun siendo de día le había alumbrao …
Pues nada, delante de boca negra
las recién lavadas monturas se disponen en fila a retratar el momento.
¡Estamos en las cuevas de Franco!,
digo del águila ¡coño!
Bueno chicos, se acabó el
cachondeo, que lo que nos queda es de toma pan y moja … cruzamos de nuevo el
gran río, fuertes subidas cercanas a los cursos de los arroyos que serpentean
los cerros buscando el gran Tietar, hay que subir lo bajado, aunque volvamos
por otros caminos. Subir, subir, y más subir, y aunque parezca que el ritmo es
bueno, siempre está el abuelo par hurraquear el avispero.
Una vez en lo más alto, y
siguiendo de nuevo las indicaciones del chintófano, nos dirigimos a Navalcan. Frenética
la bajada a la población, hasta algún espontáneo conductor, se quedó flipando a
ver semejantes velocidades ¡en bici!. La superpoblada formación ya en 29”
aumentan el ritmo y ponen las piernas a muy altas temperaturas.
En la NO POTABLE fuente de
Navalcan cogemos agua, y seguimos ¡que hace calor! … pues con la calor y la
sudor traspasamos de nuevo los límites que impone el Guadyerbas en el anchuroso
escalonamiento de Navalcan, y nos dirigimos por los ya muy conocidos caminos a
buscar la subida de San Berecoldo.
¡Qué pasada! ¡qué velocidades!
¡en los arenales! si si, en los arenales, luchando para no soltar rueda,
tratando de mantener lo mas recta posible la montura, hasta que en un desliz,
el abuelo va al suelo (por tercera vez), y encima de él Benito y yo … parecía
planeado, accidente múltiple, yo no vi la luz de freno del abuelo, y Benito no vio
la mía.
¡A las monturas!, sigue el ritmo
¡frenético! y subimos San Berecoldo, cada uno como puede, el Largo, el Abuelo y
Benito, como no se debe.
Velada, Gamonal y el pueblo, no
hay fuerzas para más … bueno si, vamos a refrescar nuestros desgastados cuerpos
con unas gordas … ¡fresquitas! ¡rico rico! – como el gazpachito de sopones de
Benito.
Señores, ¡vaya ruta!, que
entrenamiento para nuestra cada vez más próxima Guadalupe … amigos no os perdáis
ni una más, además del entrenamiento, esto es pura diversión. Me despido de
vosotros, no sin recordaros una vez más …
AL ATAQUE!!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQ buena ruta . Q pena no estar x asuntos propios ,en fin , en la proxima nos vemos . El " periodista " bien excelente cronica y atento a todo .
ResponderEliminarComo a los tontos
EliminarBuenos los 76km del sabado, divertidos y novedosos. Esta el personal un poquito picado, sobre todo los que no estuvieron, ya sabeis el que pierde el dia se pierde caminos nuevos, pero como dice el abuelo no os despreocupeis !! VOVEREMOS!! esta ruta deberia ser una de las habituales en primavera y otoño se puede hacer bien. El invierno con el frio y mucha agua sera mas difícil y sobre todo con el tema de la caza. El calor nos paso factura, unos por ser la primera salida del año, otros por volver a salir y algunos por salir a las cervezas etc etc el dia antes. Nada ha ponerse en forma que llegan grandes retos. Un saludo y ¡¡VAMOS MAQUINAS!!
ResponderEliminarPos eso digo yo
ResponderEliminarBuena ruta pero k buena atenas cruce de rios" k buena esta el aguita" y calor mucha calor pero k wapa pa repetir
Ahora vais y lo cascais jejejejeje
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