Poca
era la afluencia en la Alameda este sábado, y es que quien más quien menos
asomando el VW a la ventana … uff, vamos que se está más agustito en el sobre.
Total
que a la hora de costumbre hasta ahora ¡ojo! 8:30 a.m., (cuidadín que es sábado
que viene nigth hay cambios), estábamos: el perenne Abuelo, Largo-te, Texinas y
yo, y al rato por el norte aparece el presi con las ruedas flojas.
Partimos,
de momento incluso guaseando con er
Viti la idea no es muy clara; pero me viene a la mente la propuesta de hace un
par de fines de semana de Texinas, de por qué no hacer los enebros la revés … pues dicho y hecho, digo a hacerlo. ¡Ande las
llevas!
Salimos
por donde siempre, esta vez el Sarte está fuera del chumbano, y nos dice -
¿Ande las lleváis? ¡mira que os va a pillar! … ¿quién dijo miedo?, ¡ya estamos
fuera del sobre coño!
Pues
nada, subimos por el carreterín dirección Gamonal y por donde creo que ya hace
años que no subimos – siempre bajamos – tiramos, total, el camino es bonito,
vamos rodeados de encinas y con la subida da tiempo más que de sobra para
disfrutar del entorno, más teniendo en cuenta que el día está nublado y el
aspecto, color, y olor es especial.
En
este primer tramo del camino – casi no da tiempo a salir – se producen las
primeras ideas de abandono. El Abuelo tiene que volver pronto – tiene otra
quedada – y el presi aprovecha la vía de escape para, si es posible no llegar
ni tan siquiera al primer pueblo.
Pues
sí, los valientes llegamos al pueblo, y nos despedimos de el Abuelo como se
merece, - una patá en los cojones y ¡auste! – y desprisita que tienes que
cortar lo antes posible la ascensión del presi para hacerle más corta la
agonía. Y los un poco más valiente, le pasamos, y llegamos a Segurilla,
tranquilos y contando tonterías.
Caminamos
digo, rodamos hacia la cruz y comienza la bajada, más bien rapidita, y a poco …
vacas de campo corriendo camino abajo, y el pastor – vaquero, corriendo tras
ellas y más bien apuradillo. Menos mal que nos dio por preguntarle, porque si
no – es que estos de las bicis …
Por
favor, nos dijo, no corráis mucho que las hay que ya se han tragao el zaragallo
bendito y las podéis hacer malogro; ¡uy la virgen!, pues nada, a pastorear
tranquilitos detrás de ellas.
Miramos
por el retrovisor y bajan tres leones velainos a to zimbel … ¡che che, sin
prisas! a ver si no hemos corrido nosotros y ahora vosotros la vais a liar.
Que
de dónde venís, que a dónde vais … pues vale todos juntos, en principio mejor 6
que 3 ¿no?; en la p..a hora.
¡Cómo
subían las velainas!, ¡cómo llaneaban las velainas!, pa bajar, ya estábamos nosotros.
Menos mal que teníamos a Largo-te bajo la manga que fue el que se encargó de
mantener el listón y la reputación en su sitio.
Bajamos
al marrupejo, y nos mojamos los pies; seguimos por los sube-baja ya dirección Marrupe;
y ya en el marrupeño termino, les hicimos una 12-13 y acortamos por el otro
arroyo que teníamos que cruzar, ¡otra vez mojada de pies!; pero hasta Texinas
pasó dando caña y sin pensar en la humedad que iba a producir el momento.
Llegamos
a la carretera parejos a ellos, y cojimos el camino de bajada – hormigonada –
del aguijón san romaneño.
Pocos
minutos bastaron para recorrer lo que hacía unas semanas costó un pelín más,
más aún podía haber sido de no ser por las únicas gotas que cayeron del cielo
en la mañana saturdeña, pero que con la gran velocidad y sin limpiaparabrisas
eran casi molestas.
Una
vez abajo, buscamos una encina e hicimos – corto break – (es una nueva modalidad),
apenas había mordido dos veces a la manzana y ya estaban pidiendo que nos
marcharamos … ¡cago en diez! ¿ande cojones tienen estos el compartimento
duracel?. ¡Qué finos! si estuvieron buscando hasta esparragos.
Seguimos
por tanto por la dehesa ½ Pepinera ½ san romareña, pasando nuevos arroyos,
pasos canadienses mejiyoneados y currados. A poco carretera de Pepino y ¡subida
de las parrillas! la madre que lo parió, y el Largo que no atasca. A todo esto,
los otros dos integrantes del Club que le acompañaban, haciendo ejercicio anaeróbico
a tope, porque el aeróbico aquella misma mañana descubrí que era de mariquitas.
Seguimos
dirección – La Portiña – por los bonitos sube – baja y senderitos que directos
nos llevaran a la secundaria asfaltada subida de Segurilla. Punto también donde
el trío velaino nos deja para ir dirección – su pueblo - . Despedidas de lo más
curioso:
-
Largo-te: un placer chavales – ¡claro el
disfrutó como un mariquita con gusanos en el culo!
-
El Editor: <muy diplomáticamente> venga
chicos, nos vemos otro día … entre dientes … ¡auste!
-
Texinas: tanta paz llevéis como la que dejáis …
entre dientes … ¡cabrones!
Bueno,
se podía haber complicado un poco más el asunto con tan solo un chistido, y la
idea que llevábamos era subir por el Casar – ruta Tadeo – pero en un momento de
lucidez de Largo-te – era el único que estaba para pensar, los demás teníamos la sangre en las piernas y
en el cerebro había falta de riego – ; dice: podíamos ir por la veredita de los
motores y ver la fase final del puente que han construido sobre el Tajo. Una vez
más, dicho y hecho.
Pasamos
Talavera y nos dirigimos por el campus dirección “la veredita”; la disfrutamos,
porque estaba para ello, y pasamos debajo del totalmente construido puente,
pero sin parar, ya queríamos llegar al pueblo.
Lo
hicimos, si, pero fuimos por el camino de los barros – con historia incluida –
(ojo que lo había leído Texinas en un libro), y antes de llegar a los aflejes,
vuelve su conciencia a decir … creo que no deberíamos seguir adelante pues
están los atacadores de Charlie.
Asentimos
y Largo-se te encargó de enseñarnos – al menos a mi – caminos nuevos en torno a
nuestro pueblo y que de momento no había recorrido. Pasamos por su parcela y
observamos la cosecha que tan fructíferamente hará a Joaqui un potente agricultor
cuando le ingresen en la caja la subvención.
Ya
con los rostros cansados después del esfuerzo – dos de ellos – llegamos al
pueblo y en el zoco nos dividimos, Texinas dijo que no estaba ni pa las gordas,
que lo único que le pedía el cuerpo era, una buena siesta.
Nosotros
si que nos fuimos a por las gordas, y como en esta ruta no había salido Cuerpo,
pues no tenemos videos, y como los velainos nos llevaron a zampatarama, pues no
nos dio tiempo a sacar fotos, lástima llevaba carrete nuevo.
En
fin chavales, incluso nublado y a medio lluvia, los caminos están para
disfrutarlos, no dejéis de salir.
Yo
me despido una vez más recordándoos …
AL
ATAQUE!!!
No se puede relatar mejor lo vivido la mañana del sabado , menos el sufrimiento q eso, eso hay pasarlo ufffff q cabrones los velainos , q "velocidaes" . En fin mereció la pena y mucho.
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ResponderEliminarPues la verdad es que si que disfrute bastante y aunque los Cesar digan lo contrario también disfrutaron y dieron la talla con creces. Menudo ritmito el de los velainos, y que bien nos vinieron pa apretarnos un poco, una pena no ser nada más que tres y pudieran ver que habitualmente somos algunos más. Venga chavales este sábado va a hacer bueno y los caminos ahora si que están inflamables.... ¡¡ANIMAROS!!. Buena opción la de hacer esta ruta al revés. Bien de barro trajo la bici y aun sigue con ello encima. Una pena no haber hecho ni una foto pero jo nos dio tiempo como dice el Editor no nos dejaron ni de almorzar agusto jejeje. Un saludo y ¡ ¡ VAMOS MÁQUINAS! !
ResponderEliminarSeñor EDITOR mete el enlace del trak de la ruya...
En hora buena por la crónica, muy buena como siempre. Para vuestra tranquilidad, no es que no esteis a la altura de los velainos, es que sencillamente, llevabais a cuestas algunos kilómetros más que ellos, y tampoco es lo mismo subir por el camino de Gamonal a Mejorada, que por el de Velada a Mejorada. Vamos que les pillasteis en su punto álgido de ebullición. Y eso pues se nota. Además la cuesta del puente la vía se nota un huevo, que te pilla frío y no veas como pega, y la del canal no te digo na.
ResponderEliminarPor otra parte, mira yo me alegro de no asistir a la ruta, y es que a mi eso de hacerme comer deprisa o no dejarme comer agusto, me rebota mucho y me pongo de mu mala leche. En fin, haber si este finde me animo, que si no voy a tener complicado mantenerme en los 80 kilos.