Seguimos
investigando y ¡en grande!, el tiempo está genial y los caminos … se dejan, has
acertado estás leyendo una crónica del Club Ciclista Alberche, comenzamos.
Cada
uno utiliza su tiempo libre para lo que quiere, en el caso de nuestro amigo y
compañero Largo-te, es, por hacer disfrutar a los demás, ¡y lo consigue! … doy
fe.
Estábamos
en la alameda, el abuelo, Tadeo, Meji-Jones, Largo-te y yo. Apenas dos somos
los que sabemos dónde vamos <bueno tres, el chintófano también lo sabia>.
Salimos
una vez más por la plaza del pueblo – Tadeo ya lo va entendiendo – y por el
cordel nos dirigimos dirección Talavera, hablando un poco de todo, que si los
pajaretes, que si el tractorcejo, que si las placas tectónicas, etc. Y casi sin
darnos cuenta llegamos al puente de Carlos V – lección de Meji-Jones, el
enterao – y a poco Talavera.
Sin
prisa pero sin pausa, hoy tenemos bastantes kilómetros por delante, y
necesitamos espabilar. Cruzamos el Tajo por el puente de hierro y por el barrio
del Paredón vamos tomando dirección al duro Mecachon.
Presentaciones
oficiales, Tadeo, aunque parezca imposible, no conoce a Mecachón …
-
Mecachón, Tadeo
-
Tadeo, Mecachón
Seguimos,
digo subimos, joder, pero que largo es, aún así, Largo-te a media subida pega
un apretón y nos deja a todos sentaos de culo, poco a poco, gota a gota vamos
coronando, todos arriba y seguimos; ¡ojo! no es la última cuesta que vamos a
subir hoy, el día va a estar plagado de rampas, ciclables al más puro estilo
Texinas – que echamos de menos junto a su hermano Phineas – amplias y con buen
firme, pero duras.
Serpenteamos
la zona, Mecachón, el cortil, y muchas otras fincas con variopintos nombres, y
las no nombradas, pues ya se encarga Meji-Jones de bautizarlas. A poco y una
vez más con Meji-Jones susurrando a los yubacanes - ¡qué entendimiento con las
bestias! lo mismo susurra a los caballos que berrea con los cérvidos de la zona
– llegamos al Membrillo.
Pasamos
por la urbe llena ella de DKV’s y simpatía
en sus calles – por los cojones – breve pues, vendemos algunos pimientos y
seguimos. Subimos la segunda de las pendientes del día, casi nadie la recordaba,
unos por desconocimiento y otros por despiste, pero aún así hubo que subirla, y
tranquilitos, hoy el día es de sorpresas y no sabemos cuándo necesitaremos de
las energías que podemos guardar no abusando de excesos.
Una
vez arriba, avistamos un nuevo punto geodésico, curioso, ¡con terraza!, si le
decimos a nuestro compañero Pocholo que nos lo aluminice y cristalice podremos
conseguir un solano como los que utilizan las mujeres de mi pueblo para coser.
Media
raña por encima del Membrillo – la tapa del bote – un par de cruces y una
rotonda junto a una oliva y buena bajada hasta un establo de ovejas, dos
charcas junto al camino, un par de dudas – rápidamente resueltas – por un
camino junto a un pedregoso olivar y llegamos a la rivera del Sangrera, que por
primera vez cruzamos – en el día – con nuestras monturas sin mojar los pies, por
anchurosos caminos nos irá conduciendo para el resto de ruta serpentenando a
nuestros pies.
Grandes
fincas junto al camino, sembradas de cereal, junto a sus grandes masías, con
paredes resplandecientemente encaladas, establos y ganados, los kilómetros van
aumentando y a buen ritmo avanzamos. Llegamos al punto de corte con la
carretera de los Navalmorales y paramos para hacer nuestro break, no sin antes
cruzar de nuevo el río – que aquí se deja – y acampar junto a los puentes viejo
y nuevo de esta comarcal.
Frutas
y barritas, ¡y qué frutas!, mira que la mano de Tadeo – igual que la de todos
los cachorros de Joaqui – no es na de chica, y la manzana que se comió se salía
por todos los dedazos, así pasó, hubo que meterle prisa para que se la comiera,
a poco y necesitamos dos horas para la digestión.
El
camino corta la carretera y sigue, pero un nuevo cartel, y ya son tres en esta
ruta, advierte de que el camino es privado y de que no se debe pasar; advierte
además de que en él se hace lumbre – digo que es de servidumbre ¡puto
corrector! – y de que hay perros sueltos ¡peligrosos!; la madre que lo parió,
no vamos a poder salir de casa. El fin de semana que viene me levanto, me
visto, subo la bici a la habitación y doy con ella vueltas a la cama, creo que
no me molestará ningún perro, ni ningún guarda o propietario con afán de
conquista.
Pues
eso, camino hacia delante y junto a él, al menos con la deferencia de estar
alambrado y con las puertas cerradas nos encontramos con dos perros ¡mastines!
¡qué bocas! ¡qué dientes! igualitos que los anuncios de colgate, pero la cosa estuvo fácil, Meji-Jones y su sorprendente
don de comunicación con los animales, tal y como he descrito anteriormente,
logró apaciguar a las bestias, bastó con decirles que hoy no venía Charlie y se
dieron la vuelta.
Seguimos
avanzando – chiste fácil – y ya los terrenos nos van sonando un poco más, en el
norteño horizonte vemos ya tierras próximas a la Pueblanueva, a la derecha
grandes rampas conducen a la extensión Toledana con vistas al valle del Pusa,
pero nosotros hoy estamos centrados en el Sangrera, y tras pasar varias masías
más, llegamos al paso habitual – nuestro – de la veces que hemos subido al
pueblo.
Cruzamos
el río con algún percance – más bien chulería – el abuelo vio una trucha, y
desde su montura se tiró a por ella, sin éxito, pero … con determinación,
¡coño, con dos ….!
La
vuelta la haremos por terrenos ya conocidos, dejamos la ribera del Sangrera y
cogemos la de su afluente, el arroyo de Santa Cruz, punto justo donde se
asienta la edificación “casa de debajo de Santa Cruz” donde Jones aprovecha
para hacer un aperitivo a base de mosquito
con alas estercoladas sujeto en garganta; parece que al conocer ya estamos como en casa,
pero aun queda tomate por partir.
Subimos
dirección Talavera y en las fuertes rampas, varios objetivos conseguidos:
-
subida sin poner pie a tierra en algún caso
-
demostración de 29” donde hubo 26”
¡A
seguir que no queda mucho!. Trepidante bajada desde la carretera hasta las
inmediaciones del cerro negro, rápidos senderos y curvas con peralte, ¡pura
adrenalina!. Una vez en lo más bajo, y cuando parecía que estaba todo el pescao
vendido, dudamos en un par de cruces y ¡madre mía!, os parece que esto estaba
ya en su fin … pues no.
¡Qué
rampas hay en el cerro negro chaval! y a estas alturas, ¡como se atragantan!. Sin
saber cómo, aparecemos en la cárcaba que en la labranza del alto y pasamos
rozando la pared de la casa con el mismo nombre. Curioso fue, no saltamos
ninguna alambrada y al llegar al camino de bajada del cerro, encontramos una
puerta. Unos la saltaron, los que tienen formación e inspiración militar rectaron
¡qué profesionalidad!.
Fuerte
bajada con CASI algún percance y muy en breve, Talavera. Bonitas vistas de la
ciudad junto al puente viejo, y espabilando que apremia.
Por
el cordel, de nuevo el paso de Carlos V y la máquina busca-nueces del busca-teroros
Meji-Jones, y a muy bajo ritmo llegada al pueblo, no sin antes pasar por la recién
perfumada pardela junto al sifón … sobran las palabras.
Esta
vez si nos fuimos a tomar las gordas, a terminar la faena por todo lo alto, el
Abuelo fue directo a casa a por el delicioso cocido de Lejarreta porque tenía
que ir al Carrefour por la tarde … imprescindible.
Otra
para repetir, y seguro que a más de uno le gustará … es para los rodadores,
Phineas y Ferb, Joaquinón … ¡vamos coño incorporaos ya!, está el tiempo de
lujo, ni frío ni calor, los caminos ni te cuento, tenemos todos los
ingredientes para pasar buenos días, y seguimos investigando …
Me
despido, de esta esperando sean muchas más y como es habitual …
AL
ATAQUE!!!
Ruta gravada por
Largo-te, ¡BUEN TRABAJO COMPAÑERO! Sigue así: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8979774
Ehhhhh..... otro cachito nuevo. Que buena mañana la del sábado. Creo que esta es la mejor opción para ir a Pueblanueva, cuando terminen el puente sera algo más corta y quitando el ultimo trozo del cerro negro podemos subir a Pueblanueva, las que salen por las que entran. Jeje. Bueno chavales ya va haciendo calorcito asi que no hay excusas, ir preparando las burras y a los pedales. La crónica como siempre no se le escapa una al señor EDITOR pero es mucho mejor vivirlo en directo. Nos vemos en las próximas un saludo y ¡ ¡ VAMOS MÁQUINAS! !
ResponderEliminarTo mu bien. Pronto estaremos de vuelta
ResponderEliminar3 horas escribiendo y no sé q pasó con el comentario , bueno ahí dejo un resumen jjjjj
ResponderEliminar3 horas escribiendo y no sé q pasó con el comentario , bueno ahí dejo un resumen jjjjj
ResponderEliminarTo mu bien. Pronto estaremos de vuelta
ResponderEliminarLa que ha liaooo el polliiitoo...
ResponderEliminarBuena y currada crónica. Los comentarios algo peor, y es que sin saber porqeu esto lo repite, será por si no nos enteramos.
ResponderEliminar¡Que cuestas, chacho! o igual debería de decir "chache", mira que cuando supe de la ruta, te lo dije: "la que nos vas a liar". Desconocidas para mí, alto grado de exigencia, pude aguantar y subirlas aunque fuera sufriendo. Pero aún así, sigo pensando que me gusta más bajarlas.