Estamos metidos en verano,
estamos metidos en calores, varias son las rutas que hemos realizado estos
fines de semana posteriores a la gran cita anual Guadalupeña, hemos salido de
relax, hemos investigado, hemos vuelto a investigar, hemos abierto nuevas rutas
para cuando estemos todos, todas ellas, sin desperdicio alguno, llanos,
embalses, subidas, bajadas, puertos, túneles, zonas de sierra, zonas de jara,
un sinfín de posibilidades, - esto parece una agencia de viajes – os cuento, os
cuento …
ZONA DEL MONTE NORTE
TALAVERANO
El fin de semana posterior a la
guadalupeña ruta, salimos relajadamente, la idea es no hacer mucho, estirar la
piernas y no pasar calor, no obstante, er Viti tiene ganas de darse caña, tiene
la nueva montura y quiere retorcerla la oreja a ver qué es capaz de hacer.
Pues nada, dicho y hecho, salimos
dirección Talavera y subimos a la portiña, esta vez cogiendo el margen
izquierdo – a la izquierda de la compuerta - ¡ande las llevas!; recorremos la
orilla NO buscando parte de la SE para enlazar con el camino que directos nos
llevará a Pepino.
Subimos por el camino – donde
hubo trialera ¡no hay na! – y por una fuerte bajada llegamos al pueblo, punto
junto donde nos encontramos a E saúl – ande las llevas – y a Chele que van a
los castaños, se juntan las bicis, se huelen, marcan el terreno y ¡a subir!
todos juntos a Cervera.
Aquí nos divorciamos, ellos con
su erre que erre y nosotros hacemos un pequeño break; disfrutamos de las
tarteras dispuestas a tal efecto y hacemos aguas menores … lluvia dorada como
el maná que espera Pakito le sea vertido con suavidad sobre su body.
A propósito, en la salida … el
Abuelo, Largo-te, Torres – si Torres – er Viti, Tadeo, Charlie y Po-Cholo.
En ruta. Subimos a Segurilla por
la asfaltada cuesta hasta los depósitos, donde nos desviamos, corolobonito, un
poquito de dificultad a la ruta, ¡poquito!, además de ¡zarzas! que rozaduras
nos harán, el abuelo se puso como Cristo el día de Jueves Santo.
Adelante con algún percance Z-15,
pero nada que el don de palabrerío de los más largos no pueda solucionar. A poco
y Segurilla. También a poco y como los perdigones cuando sienten peligro …
Mejorada.
Fuerte bajada hasta Gamonal, lo
pesos pesados con sus dobles bajan adelantando a las liebres, no hay bajada que
se resista, no hay reguera fácilmente saltada, ni obstáculo que no pueda ser
esquivado, a velocidad de vértigo.
Por la G-50 nos dirigimos ya a
buscar el carreterín del pueblo, y en la salida, Torrehierro a vista de casi
tocar con la mano, nos abandonan er Viti y Torres – un placer compañeros, como
siempre – seguimos adelante, y ya cogemos la asfaltada pista, y una vez pasado
el palmeral, hacemos de nuevo desvío – abandono del abuelo, bye – pero no para
baja por la ermita, lo complicamos más, y es que después de llegar casi limpios
a este punto ¡coño, que van a decir nuestras esposas que hoy hemos estado de
bares! – hay que ensuciar, si o si – pues dicho y hecho.
Bajamos a tumba playas, o tambarrayas
o ¡qué se! – que soy de fuera. Ensuciamos las bicis, y por villa Eugenia con un
pequeño apretón – nada a tener en cuenta – cruzamos la vía del tren y llegamos
victoriosos al pueblo.
Lo dicho, relajada, estirar
piernas y matar el gusanillo ¿quién da más?
SI VAS A LA ESTRELLA – NO PARES
EN ELLA
Es cierto que el dicho dice así,
y en algún refranero andará escrito. Tras hacer las averiguaciones pertinentes
en el SIGPAC el marino soy, uniendo puntos e intersecciones – que te parece
Joaquinón – vamos a buscar si cabe nuevas aventuras, abriendo caminos y nuevas
posibilidades para lo que en un futuro no muy lejano, podamos repetir, si es
posible muchos más, porque …
En el lugar de quedada habitual,
tan solo estaban los intrépidos exploradores, Benito – bufando – Largo-te,
Tadeo and I.
La idea está clara y la Castellana
más que dispuesta – como siempre, o como de costumbre - ¡ande las llevas!.
En marcha pues; en buga llegamos
a la Estrella – si vas a la Estrella, no pares en ella – y eso hicimos, después
de la Benito tumbada, salimos dirección Fuentes ¡por camino! ¡guau! – cuantas posibilidades
abre este nuevo sendero. Y llegamos, llegamos al pueblo, pero no nos
entretenemos, nos queda mucha tela por cortar, ya veréis …
Adelante pues, y seguimos, por
anchos caminos, varas y varas de cañada, arropada por pasto, con tan solo una
hilerita en medio para nuestro paso. ¡Un perro! nos enseña los dientes, y
nosotros a él, y a su dueño … - que te
alumbro – pero seguimos, el paisaje ya ser torna monte jareño, encinas, jaras,
el calor impregna el ambiente del inconfundible olor de esta zona.
Desvíos, caminos y más caminos,
rompepiernas, subidas, fuertes bajadas, alguna portera y en breve pequeño
puente – superescondido – allá en el arroyo cubilar, hacemos una pequeña
parada, suficiente para hacer aguas menores – Pakito como me acuerdo de ti –
hacer alguna foto ¡sin manos!, y averiguar la profundidad el cauce en ese
punto, ¡visto!. Fuerte pendiente la que nos saca del cauce, repentina,
explosiva, y ya en tierras Campillanas, antes tan siquiera de avistar el
pueblo, hacemos de nuevo desvío para bajar a la culona – sin alternativa – pero
buena, con tal de no pisar asfalto. Fuerte bajada, con impresionante vista del
puente de las huertas, y entrada triunfal en la vertebra archiconocida.
Los kilómetros pasan, de nuevo
como sus estaciones, Pizarrita, La Cervilla, y La Mina de Sta. Quiteria,
conocidas para algunos, sorprendentes para otros, y de nuevo olor a espuma de
mar.
Boquiabiertos quedaron los que
allí estaban y en las ciénagas nos vieron entrar, esta vez la paz, el silencio,
la tranquilidad de tan solo cuatro silenciosos intrépidos hizo que el disfrute
fuera máximo. Ambas vertebras pasadas, ambas sin incidentes, ambas con tranquilidad,
la fauna del lugar se vio sorprendida por la tranquilidad, rota ella por tan
solo el traqueteo de los piñas al dejar de dar pedales. En lo más alto del
viaducto de la loba, vimos una puerca con al menos 8 jabatos, andando por la
sombra, subiendo sierra arriba, nuestro silencio nos dejó disfrutar del
impresionante momento.
Pequeño break, ¡y en marcha!, la
tostá que nos queda es minina. Salimos de la vía, y subimos el puerto, por
donde suben los campeones, cada uno a su ritmo, cada uno con sus pensamientos,
cada uno perfectamente acoplado a su máquina, cada uno estrujando rítmicamente las
bielas, que tanto cuesta empujar para transmitir la justa potencia a la rueda
que a punto de patinar está … ¡y se sube!, una vez más, uno más, de los
grandes.
Estamos en Puerto, estamos de
mercadillo, pero no nos podemos entretener, hay que llegar al punto de partida –
destino y el ritmo no puede bajar, más bien lo que hizo fue subir; atractivo
camino, con arroyos, sube bajas, pinares, desvíos y …
Repetiremos esta ruta, merece la
pena, esperamos tener más fortuna.
Un abrazo compañero.
SI NO SALE NADIE, NOS VAMOS A LAS
BARRANCAS
Nadie contesta al – guasap - ¿qué
hacemos?, pues ¡seguir investigando!, otra nueva ruta, otro nuevo paisaje, y
que sin duda repetiremos para el disfrute de todos.
Era de mañana, en la alameda la
Castellana de nuevo preparada. La afluencia es más de la esperada, acuden al
sitio, er Viti, el Abuelo, Po-Cholo, Charlie, Largo-te and I. Bueno, añadiremos
la Z-15 abuelesca.
Burras arriba, y a Carpio, de
Tajo.
Carpio, burras abajo, unos
montando ruedas, otros bajando bicis, Charlie comprobando la presión de los
frenos, ¡la madre que lo parió!
Andando, digo montando. Bajamos hasta
el anchuroso canal de Castrejón, y vamos rodando junto a él.
Ancho, repito ancho canal, camino
fácil de ciclar, poco más y pensamos que estamos en la vía, er Viti, le da por
innovar, alguno le sigue detrás, y avanzamos hasta llegar a las compuertas que
sujetan el agua del Tajo en el embalse de Castrejón, justo punto donde nace el
canal.
Aquí sin más, tenemos que coger
un pequeño tramo de zona asfaltada, y mira que lo intentamos, pero fue
imposible, cruzamos por las casas del Alcubillete, y nos desviamos para cruzar
por un escondido puente, pero que está en el camino natural del Tajo,
perfectamente señalizado – ya caeras, y desde Toletum – para meternos en
caminos de arenales, caminos con peraltes, un par de cruces, alguna cuesta –
que cuesta – y al borde de las barrancas.
Impresionante paisaje marciano,
cañón cortado con cuchillo de sierra, vistas formidables, mejor ir, mejor
¡repetir!, y repetiremos con todos vosotros compañeros.
Poco fue el tiempo que pudimos
estar allí, fuimos saltando de mirador en mirador, pero en breves pausas, el
sofocante calor caía sobre nuestras espaldas a temperaturas rozando la
cuarentena.
Salimos pues, y cruzamos la
carretera, sin peligro, la carretera de la Puebla, y llegamos a Burujón, que
con esta y otra, será la segunda, aunque no para Charlie, que vende plásticos por
doquier, conocido él en toda la provincia, que hasta el agua el fían en los
establecimientos de ultramarinos. En el zoco, y rodeados de bares, hacemos
nuestro break, mientras Charlie, sigue dando a la sin hueso.
Terminado el momento, salimos del
pueblo, callejeando, por amplios caminos, parecidos a los nuestros, pero con
subidas, con bajadas, mucho canto, y maquinaria en el campo propia de esta
fecha, algún – tonto quard – en a la sombra de una coscoja hacemos piña para
pasar junto a Escalonilla.
Cruzamos la carretera, dejando
paso a los preferentes puntitos verdes, no vaya a ser. Fuerte bajada hasta el
arroyo del Valle, con alguno que otro reguero ¡peligroso!, y de nuevo subida.
Siguen cayendo los kilómetros y
al pasar de los mismo, llegamos a un nuevo pueblo – La Mata, pero no la mata
callando, no. El abuelo nos explica …
-
Tenemos pepino
-
Tenemos cebolla
-
¿Y tomate?
-
Tomate no, pero tenemos La Mata … ¡ande las
llevas!
Pues nada, pasamos el pueblo,
pero no si ver, no sin dejarnos ver, un cochecito superdecorado ¡aúpa Atleti!,
nos dirige por la población – son buena gente – nos lleva a la salida y
seguimos, el calor no da tregua, nuestras jorobas están a punto de la sequia,
ya no hay hielo que haya aguantado semejante temporal, todo ello ha pasado por
el proceso de licuefacción.
Pero seguimos, y a buen ritmo,
Largo-se te encarga de estrujar las bielas, tanto que hasta llaneando ¡se pone
de pie!, ¡aven sos! agachar la cabeza y morder tija como me ha enseñado mi
maestro para no perder rebufo, ¡qué barbaridad! y con la caló, y con la sudó,
¡que nos hace sudar!
Rápida bajada, y en breve,
estamos en el punto de partida, Carpio, de Tajo, no os olvidéis, el mismo que
el nuestro, pero aguas arriba.
Desmontaje de ruedas y caballos a
los coches.
Buena ruta para repetir, no muy
exigente, y paisajes para disfrutar, una nueva abierta para que con más
compañeros podamos ir de nuevo a conquistar, en ella nos veremos.
Y
seguimos … ¡qué no decaiga!
SI COMPROMISOS TENEMOS,
ALTERNATIVAS BUSCAMOS
A
priori, el sábado se antojaba comprometido, buscaremos alternativa por tando, y
aunque la ejecución de esta ha sido ya en el mes de los San Fermines, la idea
de hacerla es anterior.
Llegamos
de trabajar el viernes, y parece ya que estamos madrugando, un pequeño mordisco
a algo perdido en el frigorífico de casa, agua al bidón, candil en el casco y a
la alameda.
¿A
esta hora?, ¿dónde vais? – preguntaban las gentes que disfrutaban del atardecer
en el parque, o tomando una gorda en el quiosco.
22:00
horas, fotos, y en marcha.
Si
perplejos quedaban los visitantes del quiosco – parque, los sentados en la
travesía por donde discurría el inicio de la ruta, o los que refrescaban sus
gaznates en las terrazas de la plaza no eran para la ocasión, mucho menos.
Salimos
dirección la vecina población, en el inicio de la culona, venía el incorporado
Benito, y no queríamos complicaciones para que pudiéramos disfrutar todos, ¡ah!
¿Qué no he dicho quienes eran las nocturnas rapaces?, pues Benito como acabo de
decir, Joaquinon, Movistar – esta vez no Cuerspilberg – , Meji-Jones, Largo-te,
¿Torres? – pues si Torres – and I.
Con
los focos delanteros en marcha, con algún que otro foco trasero también, ¡joder
Jones, que nos deslumbras!, como me acierte a caer, voy a sacar el BIC y lo vas a flipar … mutis.
Avanzamos,
sin mucho que comentar, la paz del momento, la soledad de las infraestructuras
colocadas allí para otro fin, la buena temperatura de la noche, y el silencio
entrecortado por alguna de nuestras cortas conversaciones o el ritmo de nuestra
respiración, no hizo disfrutar como en pocas veces se puede.
La
noche caía, oscurecía, el estrellado cielo nos guiaba, por el SE asomaba
vergonzosa la llena luna, por el NO avanzaban las siluetas de Júpiter y Venus
junto a la conjunción de Leo, hicimos ademán de salirnos de la vía próximos a
Aldeanueva, pero el estado físico de nuestro magullado compañero, nos hizo
pensar que era mejor continuar sin soltar la vertebra.
Bajo
el caliente, digo caluroso aplauso de unas féminas, llegamos a la estación, y
junto a sus vagones pasamos, ¡y seguimos!, hasta el desvío sin cambio de
sentido para llegar a nuestro punto break. Las pilas de la fuente blanca. Parada,
compartimos viandas, hacemos fotos, escuchamos a las careadoras ranas, y …
¡seguimos!
Entramos
en Aldeanueva, y salimos de Aldanueva, por los vagones, vemos de nuevo a las
calientes, digo calurosas fans que esta vez nos dan la despedida, pasamos el túnel
y comienza el espectáculo.
¿Quién
dice que de noche no se pueda correr?, yo lo comprobé.
¿Quién
dice que por esa vía ya no pasa el tren?, no, pasa el AVE, con sus máquinas,
perfectamente iluminadas, y sus vagones, a rueda, con la cabeza agachada,
iluminados, hasta los gazapos se quedaban boquiabiertos, ¡qué velocidad llevaba
el tren!, tanto fue así, que en menos de una hora y ¡de noche! llegamos al
pueblo, pisando algún que otro bache, ¡se mascaba la tragedia!, solo se oía el
resoplar, el murmullo de alguna agitada respiración, y el sube baja de las
transmisiones de nuestras monturas.
¿Quién
dijo que de noche no se pueda correr? ¿Quién?
Llegamos
al pueblo, nos esperaban nuestras “Largas” fans, pasamos el zoco entre aplausos
y voces de los ya pasaditos de rosca terraceros, y nos dirigimos a nuestro
punto de partida – llegada para refrescar nuestros sedientos y polvorientos gargueros.
Una
más, distinta, fresca, especial.
En
breve esta y muchas más, el verano está dando mucho de si, y seguirá,
seguiremos con nuevas incorporaciones a nuestro cuaderno de bitácora, y también
como año a año, repetiremos la nocturna en vaivén desde Pizarrita, con tod@s
nuestr@s acompañant@s.
Os
esperamos en estas y muchas más, el mes de julio acaba de arrancar; me despido
¡por fin! no sin recordaros una vez más …
AL
ATAQUE!!!
Os dejo el trabajo de varios de mis compañeros, para que disfrutéis:
Cuatro en uno... Que huevos tiene el señor editor, parecia que el blog estaba abandonado pero otra vez resurge de manos de su creador. Gracias por las crónicas de estos ultimos fines de semana.
ResponderEliminarComo muy bien se describe en la crónica hemos hecho de todo estrenos, investigación, mas investigación, nocturna, ya veis que no paramos y seguimos buscando alternativas para cuando haga menos calor. La ruta de la estrella es una pasada tiene mucho nuevo y muy guapo, la de las barrancas un poco monótona pero espectacular habrá que buscar otra alternativa mas entretenida y estamos en ello, y la nocturna aparte de la del día uno de agosto habrá q hacer alguna más por nuestra cuenta. Ya sabéis que seguimos investigando y otras rutas están al caer !!PREPARAROS!! Un saludo y ¡¡Vamos Máquinas!!