AH DEL CASTILLO!!!
Parece que poco a poco el personal se va animando, unos solos, otros en
compañía (mejor) la del destacamento va cogiendo forma para rutas venideras. A mediados
de semana se va moviendo el – guasa – y poco a poco, despejando incógnitas y
viendo posibilidades vamos concretando la fin de semana salida. Os cuento,
veréis …
Más
temprano que últimamente estábamos en la alameda, sitio de costumbre; después del
matutino rapapolvos de Joaqui – siempre es
tarde – teníamos la cuatro ruedas preparada y calentita dispuesta a cargar
las bikes y los biker’s y trasladarlos al sitio de inicio de ruta.
En
marcha pues por la autonómica - que según Joaquinón está llena de hierba
– nos dirigíamos al bello casco de la antigua e importante villa de Puente, donde
nos esperaba el impresionante puente.
Siguiendo
las indicaciones del Abuelo – sooooo que
no he dicho quienes íbamos; estábamos nada más y nada menos que el Abuelo,
Joaquinón, er Viti, Largo-te, Benito & I – pues eso, siguiendo las
indicaciones del Abuelo … vamos a estacionar la DKV a la orilla del largo Tajo
a la vera del impresionante Puente del Arzobispo D. Pedro Tenorio y que nos
vigila con sus arcos colmados de terréanos nidos de aviones; admiramos la obra –
como siempre – y advertimos el bajo
caudal que porta en el momento el río, dejando al descubierto el original cauce
con innumerables grandes piedras que a buen seguro servirían en otros tiempos a
las lavanderas que afanosas, solearían las coladas tras el paso por las
pastillas de jabones de sosa para el blanqueo de sus prendas. También conozco
el relato de una paisana, que hablaba del cruce de las milicias en los
conflictos recientes que han marcado la historia de nuestro querido país, pero
eso si es harina de otro costal; Y hablando de harinas … por el paseo junto a
la orilla del río, y tras haber cruzado el puente por uno de sus arcos, junto
al señor que con su cicuta amarillo asaba castañas, en el medio bidón agujereado
de chapa, calentando los ánimos de los valientes que se acercaban a disfrutar
de la tranquilidad que a esta hora ofrece el río, nos acercamos a ver el
molino, que con tan bajo nivel nos deja ver todos sus sillares, todos sus
canales y que deja al descubierto el importante azud que cruza el río en todo
su gran ancho, para alimentar las gargantas que fuertes movían las
impresionantes bien conservadas piedras
de moler; hace frío, niebla y debemos continuar, al menos para calentar, aunque
creo que hoy nos sorprenderemos si cabe más.
Cruzamos
el río, esta vez por encima del puente, dispuesto justo para ello. Nos encontramos
en la otra orilla, en otra comunidad, en otra provincia ¡Comienza la conquista!
– cacereños, con todo nuestro cariño, sin
acritud – ; por la otra orilla vamos, largo rato junto a ella, por la
cacereña provincia, disfrutando del paisaje, contemplando desde – lo alto – el gran canal que el paso del
tiempo y la cantidad de hm3 se han encargado de tallar. Contemplando
desde otro punto de vista las construcciones realizadas por habitantes
anteriores, que afanosos aprovechaban las corrientes del gran río para sacar
producto de ellas.
Paisajes
nuevos, terreno nuevo, tan cerca, desconocido. Al fin llegamos a la
desembocadura del Pedroso, que colabora en engrandecer si cabe, aun más el
impresionante Tajo.
Gran
cañón con hermosas y vertiginosas vistas, grandes riscos, y de nuevo un molino
a nuestros pies, ensordecedora corriente bajando por los dificultosos y
milenarios canales tallados por las fuertes corrientes … otro día os contaré la
historia que los paisanos cuentan del cañón. Nosotros debemos seguir.
En
nuestro afán por descubrir, por innovar, exprimiendo a fondo nuestro gen – el gen del Club – el gen de la investigación,
y siguiendo por senderos donde apenas cabía la estrecha rueda de nuestras
bicicletas, encontramos un precioso y bien conservado puente que sesga el
Pedroso y nos facilitará el paso a la nueva conquista.
Fuerte
terraplén, casi indomable, pero se rindió a nuestros pies, y nos dejó avanzar
para conquistar la desconocida – para nosotros
– fortaleza. En la otra orilla del río, casi tocándolo con la mano desde la
Toledana provincia, se encuentra el castillo de Castros, llegamos, vimos,
vencimos!!!.
Ah
del Castillo!!!, los ciclistas a lomos de sus monturas, como D. Alonso Quijano
encima de Rocinante, entran por la puerta grande en la antigua morada de
antiguos habitantes, defensores de esos muros que deseosos nos reciben tratando
de contarnos su larga historia.
Como
toda historia que se precie, tiene su principio y su fin … nosotros debemos
continuar ¡volveremos! y lo haremos con más compañeros, con ansias de
conquistas, con ganas de disfrutar de los bonitos paisajes que desde el punto
se pueden observar.
Retomamos
nuestra andadura, no hemos llegado a la decena en nuestros cuentas y tenemos
para rato. Antes de salir de la finca donde ubicado se encuentra el castillo,
tuvimos una fugaz entrevista con el ganadero de los bóvidos que allí pastan, de
la corta conversación sacamos en claro, que necesita herramientas y repuestos,
para lo cual tenemos gente de sobra cualificada en nuestra formación, haremos
lo posible por dar servicio a la persona que al menos no nos regañó. Pero cucha tu, que volveremos, ya verás.
Escuchando
atentamente las indicaciones del chintofano,
nos integramos en el camino natural del Tajo, discurriendo por tierras
conocidas.
Cercados,
alambradas, cañadas, senderos, cruces de nuevo sobre el Pedroso, fotos y más
fotos, ganados – vacas y caballos – yuba yuba
…
Bajadas
– cuidadín er Viti!!! –, gran rebaño de vacas a la carrera, ¡o cruzamos o
cruzan!, cruzamos estrujando a fondo nuestras bielas, y nos adentramos en el
sendero que nos llevará a cruzar la carretera ¿la carretera? ¿dónde está la
carretera? … gri gri.
Cruzamos
como podemos, más bien, por donde podemos, largo y anchuroso camino junto a
antiguos y abandonados edificios, y en el cercano horizonte … Villar del Pedroso.
Obligada
parada al cruzar la carretera, ansiosas vacas deseosas de sus verdes bocados en
el prado, andan con su fiel vaquero en pos de la formación … aprovechamos su
lentitud para hacer nuestro break – incluso
sobró tiempo – para escuchar las advertencias del cruce del arroyo en la
entrada de la población.
Dicho
y hecho, proporcional era la cercanía al pueblo con la cantidad de MIERDA que
había en el camino, nos apresuramos en pasar las puches y cruzar el arroyo por
el agua – seudo-agua – ya quisieran
esa oscuridad muchos chocolates en las churrerías.
Al
fin el pueblo, ni medio minuto paramos junto a la iglesia, suficiente para un
par de fotos y para que Joaqui se limpiara los pies en el seto.
Continuamos
con tan solo una paradita, para reparar una tontería. Esta vez el camino está
perjudicado, lo han hormigonado casi en su totalidad … aún así avanzamos, poco a poco nos vamos adentrando en los
encinares mediterráneos, y poco a poco los kilómetros van pasando, con
algún que otro percance …
Confluencia
– desembocadura – del arroyo
Navalgallo en el Pedroso, a toda velocidad pasamos su cauce con tan solo el
percance del agua que sube por encima de alguna de nuestras botas. Subimos y
nos hallamos en la cañada.
Esta
vez La Estrella y sus afines deberán esperar la vuelta de la formación para
otra ocasión. El entretenimiento a primera hora de la mañana hace que la vuelta
aconseje recortes.
Por
la cañada, a buen ritmo, disfrutando de los senderos que en ella se forman,
regatos, regueros, barros, encinas, ¡ciervos!, ¡zorros! … mejor verlo. A poco
Navalmoralejo – el Cuco Abuelo – tan pronto
llegamos, tan pronto pasamos.
Seguimos
por los de sobra conocidos senderos, hormigonados, sinuosos, rápidos, a buen
ritmo, buenas bajadas, duras subidas, y en el horizonte ya atisbamos Puente.
Pasamos
junto a las entradas-salidas que nos conducirían
al dolmen de Azután que aun a lomos de nuestras bikes no hemos conquistado …
llegará su momento.
Pocos
fueron los minutos que a fuerte ritmo nos separaron de la población, que en un
abrir y cerrar de ojos alcanzamos.
De
nuevo en la orilla N del puente, y antes de su cruce, observamos la increíble subida
que ha sufrido el curso del río – por la
suelta de agua de la presa de Azután suponemos – y que de nuevo a cubierto
lo que esta mañana se dejaba ver.
Llegamos
a nuestra meta. Nos cambiamos, colocamos nuestras monturas y de regreso a
nuestro querido pueblo, paramos a refrescar nuestros gaznates con unas frescas
gordas.
De
nuevo, ruta para repetir; puede ser en breve ¡ojo! … que febrero está a la
vuelta de la esquina y hay muchos con muchas promesas que cumplir.
Espero
por tanto, veros en esta y en muchas más, ¡ánimo!.
Me
despido hasta la próxima, no sin recordaros una vez más …
AL
ATAQUE!!!
Os dejo el trabajo del Abuelo, que si duda representa con claridad lo que vivimos ... Gracias.
https://goo.gl/photos/CnWiKBYXMwFK9pHUA
Os dejo el trabajo del Abuelo, que si duda representa con claridad lo que vivimos ... Gracias.
https://goo.gl/photos/CnWiKBYXMwFK9pHUA
Otra buena ruta de investigación la que hicimos el sábado, como nos gusta difrutar dando pedales y conocer mundo, poco a poco vamos examinando todos los riconcitos espectaculares que tenemos aquí al lado. Buena mañana la que pasamos, con algun sobresalto..... Buena excursion, disfrutamos de nuestro deporte,de la naturaleza y de la compañía.
ResponderEliminarAgradecer a Cesar su aportación, últimamente es la GCO la que nos traslada a todos y todas (bicis) a los puntos de partida ¡¡GRACIAS!!
Un saludo ¡¡Vamos Maquinas!! Y venga chavales que los caminos nos esperan.
Buena ruta, buena compañía y buena crónica, por cierto cronista no se te ha olvidado nada ????......ummmm
ResponderEliminarEncantado de volver al grupo de nuevo, lo del senderismo no lo veo pero vale jejeje,
Venga que hay que ir poniéndose en marcha.
No olvidéis vitaminaros y supermineralizaros.
Buena ruta, buena compañía y buena crónica, por cierto cronista no se te ha olvidado nada ????......ummmm
ResponderEliminarEncantado de volver al grupo de nuevo, lo del senderismo no lo veo pero vale jejeje,
Venga que hay que ir poniéndose en marcha.
No olvidéis vitaminaros y supermineralizaros.