Amanecía un nuevo día en el sitio
de quedada … aunque esta vez el sitio de quedada nos lleva un poco a la
confusión.
En el sitio de siempre y más
madrugador que nadie estaba Torres esperando, Torres 10, como un auténtico gran
reserva, y que con el aire al más puro estilo mariquita viene desde Talavera
para meter km en la piernas. Allí también estaban los Rincones, Po-Cholo, el
Presi, Largote, Benito y yo; el abuelo sale de pijillo y dice que se va al
pabel … sin comentarios.
Salimos camino de Talavera que
nos están esperando atufándose de chupitos Movi-Line y Meji-Jones, en los tres
olivos … vaya mezcla, había oído hablar de aceitunas con anchoa, ¿pero
aceitunas con mejillones?, pa gustos los colores.
Por la calle Talavera junto al
taller del Sartenilla buscamos el zoco de nuestra población para salir como
siempre en busca del pesado cordel, más aun, con aire, mucho aire.
Después de mucho penar tratando
de llegar a tiempo, pasamos junto al primer buche de la jornada, que levanta el
labio, empalma y nos silba por el olor a puta que llevamos impolutos por la
mañana, <si quieres metes las narices cuando vengamos de vuelta>, y al
fin conseguimos llegar a nuestra primera quedada. Los tocayos un poco mojaos
estaban en el sitio acordado. Sin más preámbulos decidimos seguir, el día va a ser
largo.
Subimos a la Portiña, a Pepino, primer
abandono, gri gri, y por la cuesta del cura a Cervera, esta antes que ninguna
servirá para que las piernas que no hayan entrado en calor, lo vayan haciendo
¡qué ya es hora!.
Bajamos rápido hasta el arroyo
que ya no tiene ni nivel, y de aquí al cordel que nos llevará directos a
Marrupe. Paramos a coger agua, y a saludar al segundo buche de la jornada, este
ya ni se arrima, se conoce que el olor ya no es el mismo.
Seguimos que la ruta es larga, y
por las hormigonadas pistas con fuertes sube-bajas conseguimos llegar a
Hinojosa, justo punto de inicio del plato gordo del día.
Comienza la ascensión, y cada uno
a su ritmo … suben los fuertes – el más Largo y el más chico ¡qué cabrón!-,
fuerte; suben los menos fuertes, menos fuerte, pero todos todos suben … todos
tuvimos la ocasión una vez más de adelantar a la comitiva procesional que
acompañaba a la motorizada Virgen ¡y a las vírgenes! y no tan vírgenes que la
acompañaban, ¡ojo! también subía algún macho perdiz, ni hecho a posta.
Llegamos arriba y con el tío de
la tara, que nos lo barremos to pa casa, subimos el tramo final al menos para
coger un poco de cobertura.
Punto más alto, poco tiempo para
fotos y contemplar las lejanas vistas de la capital con las siluetas de los 4
grandes edificios que la delatan … aire espeluznante y frío intenso, si los antiguos
pobladores hubieran luchado contra nosotros, en ese momento hubieran perdido,
¡teníamos los pezones como flechas! ¡qué despilfarro de munición!
Hacemos un rápido break
acompañado de aguas menores, lentas ellas “en busca del eslabón perdido” … y
¡espabilando que el aire viene cortando!
Todos a las monturas, y hacia
abajo, esta vez un poco más rápido … el Meji pone un rápido ritmo, que en
diversas ocasiones nos hace tocar las hiervas laterales de las pistas e incluso
casi colocarnos en el espejo retrovisor interior de uno de los coches que subía
a modo de ambientador. En fin, en un pis pas de nuevo en Hinojosa.
La vuelta la preparamos por otro
sitio, la idea es volver por San Román, pero esta vez yo el editor meto la pata
hasta la raya del pelo … fue un pequeño escape que a más de uno pasó factura e
hizo daño ¡sorry!.
Retomamos obedeciendo una vez más
al chintófano, y por la difícil bajada jurásica llegamos a San Román.
Con las
piernas temblorosas nos encaminamos de nuevo hacia Pepino.
Ya los kilómetros pesaban, y
mucho, evitamos el ya duro en esta ocasión paso de la Portiña y por la granja
de los caballos llegamos hasta el camino asfaltado del canal que a poco nos
dejará en Talavera, punto donde Meji-Jones, Cuerpo y Torres nos abandonan a
nuestra suerte, para dejarnos llegar solos al pueblo.
Pues eso hicimos, bien mandados
somos, por la carretera esta vez evitando un poco el traqueteo del cordel para
no castigar nuestras ya sufridas piernas, fijamos nuestro itinerario de regreso,
esta vez ¡asfáltica!.
A buen muy buen paso viendo las
circunstancias llegamos victoriosos al pueblo, con 100 duros kilómetros y la
conquista realizada.
Buen entrenamiento previo a la
gran venidera meta. Guadalupe 2014 en su ya IV Edición, está más que nunca a la
vuelta de la esquina.
Nos vemos compañer@s en esta y
muchas más, no sin recordaros una vez más … AL ATAQUE!!!
Os dejo el trabajo de
Cuerspilberg; ¡gracias amigo!
