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jueves, 30 de enero de 2014

CABEZA BERMEJA


Después de habernos prometido er Viti subir a Cabeza Bermeja, cualquiera recula. Personalmente, mi cabeza y mis piernas decían de ir al pilón de la canaleja a coger agua, ¿Por qué no las haría caso? – tiempo al tiempo.

En la alameda tres clases de ciclistas reunidos, y sin decir nombres, había:

-          Los que abandonan antes

-          Los que abandonan después

-          Los blanditos

-          Los bulldozer

Empezamos el buen día con la caminata dirección la vecina pequeña Talavera y allá junto al camposanto nos esperan er Viti – anfitrión de esta ruta – y David Chele – que nos viene de p.m. para cuando las escopetas cantan en los cerros sus mortales cacareos de celo. Bien, pues nos encontramos con ellos, nada más y nada menos que el Abuelo, Largo-te, el Presi, Texinas – a cuya cachorrita desde aquí envío un gran beso, recuerda querida amiga, que la palabra de un lagarterano siempre se veraz, por tanto, el famoso castillo ya sabes de donde es – y como no el presente.

Por acortar, subimos desde la ciudad de la cerámica dirección la portiña, desde aquí a Pepino, ni tan siquiera habían calentado las cadenas de nuestras bicis y ya se produce el primer abandono, ¡antes incluso que el desodorante!

Seguimos que el tiempo apremia; buscamos la forma más rápida de poder llegar, y seguimos camino de san Román, el camino es ya de sobra conocido, pero esta vez tenía un importante valor añadido, los hoyos se habían convertido en grandes espejos, la arena era más pegajosa que la puches que preparaba mi abuela en semana santa, y los arroyos tenían más corriente que la M-40 en hora punta.

Al fin y tras ir poco a poco desgastando nuestros motores, San Román. Segundo abandono, igual, sin nombres, esta vez el desodorante también se había ido. Esto empieza a complicarse, las dudas y el planteamiento de la ruta comienzan a ronronear en mi perola.

El paso del pueblo es rápido, buscando el camino que directo no llevará a la Hinojosa.  Bonitos sube-bajas, más arroyos repletos, corrientes peligrosas, puches y más puches, y … o no la trialera, el primero – pies al suelo, el segundo – pies al suelo, el tercero – pies al suelo, el cuarto – pies al suelo, y el quinto y último – como siempre – cuerpo entero al suelo.

Agrupamos y seguimos ¡SUBIENDO!, las piernas (al menos las mías) ya se resentían, ¡y no hemos llegado a lo duro! – otra vez mis pensamientos, que esta vez ya me dicen que abandone … uff.

Atravesamos el pueblo por la calle de las peñas, y comienzan las subidas … os puedo comentar poco de la subida, excepto que los duros porcentajes, las rampas parecían las del dragón khan, las pulsaciones a 2000 y las piernas sufriendo, entre tanto los bulldozers con las radios encendidas sintonizando los 40 principales subiendo y bajando y volviendo a subir limpiando los cortafuegos, yo zigzagueando por el camino, ¡señor bendito!

Al fin, y tras sufrir mi particular ascensión al monte calvario, digo a Cabeza Bermeja, que resultó ser – los castaños – conseguimos coronar.

Fuerte y nueva bajada la que nos condujo siguiendo la estela de er Viti, por el nuevo camino dirección Marrupe, ¡qué velocidad!; seguimos ya renqueando sin fuerzas dirección Cervera, cruzamos de nuevo un anchuroso y caudaloso arroyo a prueba de expertos, donde esta vez el abuelo puso sus botas a prueba y se lavó los callos de los cascabillos.

En Cervera, ya con los músculos super-castigados, con más tensión que las subestaciones de Iberdrola bajamos a Pepino buscando el oasis que refresque nuestras gargantas, ya hace rato que la más pequeña rampa, supera con mucho el porcentaje que admite sin duda el cuerpo.

Bajamos dirección Talavera y desde aquí por el camino viejo de Lagartera junto a Chopi, buscamos un nuevo camino que de nuevo nos enseñarán er Viti y David, llegando de esta manera a Talaverilla.

Desde aquí y hasta el pueblo, muy a pesar mío y contrario a nuestros principios por la asfaltada carretera llegamos a nuestro punto de destino, nada más y nada menos que con 80 super-kilómetros en nuestro cuenta.

Aprovecho el privilegio que me ofrece el poder escribir estas líneas para agradecer a mis compañeros, eso, que son compañeros, y que esta vez demostraron conmigo la paciencia infinita que son capaces de tener …  ¡GRACIAS!

Compañeros, ruta repetible, intentaremos que las condiciones sean más optimas, aunque el momento propicio que nos ofrece el campo es casi irrepetible.

Os espero en esta y muchas más, no sin recordaros una vez más … AL ATAQUE!!!  

lunes, 13 de enero de 2014

REPETIMOS RUTA


Pues sí, una vez más y sirviéndonos de las nuevas tecnologías –que para eso están – decidimos tras varias conversaciones y a varias bandas, durante toda la semana, repetir la ruta de la semana pasada, eso sí, de nuevo, y atendiendo de nuevo a uno de nuestros objetivos, seguiremos investigando nuevos senderos.

Tempranito en la alameda, cargamos nuestras burras en las furgos con la misma intención que la semana pasada, nos iremos hasta la Villafranca de la Puente del Arzobispo y desde allí partiremos. Dicho y hecho.

Después de haber descardado las monturas de la transportadoras, cruzamos por encima el más largo de los ríos peninsulares, por el puente que da nombre a esta población, esta vez siendo los afortunados ciclistas que al hacerlo no pagan su peaje al contrario que antaño, tributaban dicho paso al conocido D. Pedro Tenorio.

Ya por la otra margen, y metidos de lleno en la vecina provincia extremeña – Cáceres – siguiendo los hitos del CAMINO NATURAL DEL TAJO, comienza el explosivo calentamiento, y es que al igual que la semana pasada, el ritmo es fuerte y la ascensión más durilla que llevadera.

Comenzamos a trasladarnos entre senderos, llegando a uno de los pequeños afluentes, el río Pedroso que cruzaremos por un pequeño puente – no será esta la única vez que le crucemos en nuestra ruta – ya en este punto los porcentajes empiezan a suavizar.

Entramos en zonas de grandes extensiones, dehesas interminables, pilones abrevaderos, ganados – vacas, caballos – cercas, puertas, silos, abandonadas instalaciones eléctricas e incluso grandes y bonitos caseríos.

Ya a estas alturas vemos la silueta de la sierra ancha muy conocida por casi todos nosotros en su parte alta – el cerro de la Estrella – y a pocos centenares de metros Villar del Pedroso, esta vez ya conocido nuestro. Pasamos el arroyo, esta vez montados, y andamos por sus plazas y calles con total soltura, esta vez la comitiva era mucho mayor. Allá junto a la iglesia se juntaron nada más y nada menos que once – sí once – intrépidos ciclistas y con muchas ganas de aventura, en un plis, presentaciones, pues el maravilloso día, y la compañía fueron imprescindibles para el total disfrute. Observamos la arquitectura popular, los vestigios del pasado – muy presente – fotos y seguimos.

Seguimos por anchurosos caminos, cruzamos por un paso superior el arroyo morcillo, llegamos a un cruce de caminos, totalmente sombrío cubierto por centenarias encinas y cambiamos de dirección.

Ya buscando el este en la brújula de nuestro conocido y amigo chintófano, dirigimos nuestros pasos hacía nuestra conocidísima Estrella.

Entre los rápidos zigs zags del camino, subiendo el volumen de las bielas de nuestras bicis, nos dirigimos de nuevo a cruzar el Pedroso, justo en la confluencia de la desembocadura del pequeño arroyo Navalgallo que aumentará – en este tiempo – sin duda el cauce del principal.

El cruce fue uno de los puntos más atractivos y divertidos de la ruta, unos montados, otros andando, otros salpicando y otros protestando, pero se cruzó.

A partir de aquí entramos de nuevo en tierras ya muy conocidas nuestras. Aún así buscamos nuevos senderos, todos ellos muy cercanos a la urbe donde haríamos nuestro descanso y cercanos también como no, a la milenaria historia que tenemos a nuestros pies, pues sin darnos cuenta anduvimos en los albores del dolmen de la aldehuela cuyos constructores dejaron hace tantos años dejaron para nuestro disfrute en forma de perenne huella.

Ya en la Estrella decidimos hacer nuestro parón para reponer las gastadas fuerzas. Frutas, frutos secos, agua y demás, ¡casi casi comemos queso! ¿queso? – en mi sacristía esto no entra, os lo garantizo – e incluso la última fría rosca de churros al más puro estilo sartenilla.

Nos ponemos de nuevo en marcha, y por la angosta calle conseguimos descubrir el marcado camino que la brújula digital nos cantaba.

Cruzamos un río más, el anguilucha, por su bonito puente – si, allí nos estaba esperando. Rompimos la tranquilidad del rebaño de cabras que pastaba junto al camino, y buscamos el cordel que tan duro se ha hecho en otras ocasiones, esta vez nos condujo hasta la vecina Navalmoralejo a un buen y divertido ritmo, rompiendo con fuerza sus charcos, serpenteando por sus herbáceos senderos ¡qué maravilla! y … EL CUCO – CU CU.

De aquí a La Puente – con rapidez, casi casi, como el viento, ¡qué disfrute! ¡qué maravilla de ruta! Y super acompañados, ¡qué pelotón! ¡qué compañerismo!.

Allá en la orilla norte, junto al famoso puente, hicimos nuestro punto de reunión, punto en el que nos encontramos – El elegante y fuerte Largo-te, con la gran elegante nueva 29”, estaba con su no menos elegante hermano Cuerpo, con su hermana elegante verderona; estaba el fuerte Viti – admirable – con su compañero y paisano David <bienvenido> - estaba como no el incombustible abuelo <sobran las palabras>, los Sodoma y Gomorra hermanos Phineas y Ferb, estaba Benito, con su saber estar, y Pakito con su aguantar, estaba el Meji-Jones – bienvenidos todos.

Espero el disfrute de la ruta y el gusto por ella, sea proporcional al gusto que teníamos er Viti El Largo y yo por enseñárosla.

Nos veremos en esta y otras más, siempre trataremos de mejorar e innovar, y ya que hemos arrancado ¡no abandonéis!, recordad lo que os repito una vez más … AL ATAQUE!!!

 

Nuestros compañeros CUERSPILBERG y EL ABUELO, sacrificando su tiempo parte del disfrute a nuestro favor, nos dejan estas maravillosas producciones:

 

CUERSPILBERG …







 

EL ABUELO …

miércoles, 8 de enero de 2014

AÑO NUEVO – RUTA NUEVA


Frío estaba el ambiente, aunque la mañana era excepcional. Tras haber pospuesto la cita semanal al domingo por la suma de factores que hicieron propicio el evento, nos presentamos en la alameda, tan solo, Largo-te, er Viti y yo. El abuelo se va a jugar al pabel, ayer salió contra viento y marea para hacerse una solitaria …; Phineas y Ferb siguen calentitos al braserito y haciendo meritos para los Reyes Magos; Po-Cholo me ha dicho en confesiones privadas que el tiempo el tiene acobardao; Pakito esta lactando – y es cierto, lo hace el (menudas buceras traía el otro día); Meji-Jones no se atreve de momento con la merienda; Cuerpo falla por el tema de las bajas y los rebajes de sueldo; el Presi – quesi; en fin más de lo mismo, espero no dure esto mucho …

Al ser tan solo tres micos fritos, decidimos coger la Castellana e ir a investigar para futuras ocasiones.

¡En marcha pues!, lo malo es que voy yo con mis pensamientos, hoy se han unido dos 29” contra una mediocre 26” y esto me va a dar en las costillas – veremos a ver como salvamos el día.

La salida ya montada queda fijada pues, en la orilla norte del longo Teixo junto a la villa del barro, cuyo núcleo urbano goza de ser la urbe con mayor densidad de población de España – o al menos eso fue en otros tiempos.

La idea, y con la ayuda una vez más del chintófano, es seguir la ruta natural del río Tajo, que justo hasta ese punto ya conocemos. Salimos por tanto del famoso puente propiedad de D. Pedro Tenorio, y por su margen izquierda según avanza el río comienza nuestra andadura.

Suaves pero exigentes pendientes harán que nuestras piernas entren en calor con brevedad, por caminos que enseguida nos conducirán a senderos entre encinas, tomillos, otros matojos y con aspecto berrocalescos.   

Senderitos con duras ascensiones, increíbles bajadas, puertas de paso, ganados – vacas de campo con sus terneritos, yubacanes de los del presi – cursos de arroyos repletos por las últimas lluvias caídas tan solo atravesados por pequeños puentes, dehesas del más puro estilo mediterráneo, paisajes totalmente tranquilos, ni tan siquiera invadidos por el menor rastro humano, precioso, esta vez me toca describirlo, pues la cámara de CUERSPILBERG no nos acompañó.

Tras cruzar varias puertas de finca, y siguiendo además de las instrucciones del chintófano, los hitos del camino natural, después de haber recorrido tan solo 12 km – que parecieron ya 40 – llegamos al siguiente pueblo ubicado el ya en otra provincia – si, la vecina y cercana cacereña.

La entrada se ve sorprendida por un caudaloso arroyo, que nos permitirá su cruce tan solo saltando de piedra en piedra pues no conocemos su profundidad. Tan solo er Viti se atrevió a llevar su bici rodando (sin montar) para comprobarlo, y la gran circunferencia de su 29” casi fue engullida en uno de los baches que tendrá el camino en su época seca.

Pues bien, viendo la nueva urbe cuyo nombre corresponde a Villar de Pedroso (no sabemos si es que Pedro jugaba al villar encima de un oso, o que Pedro jugaba al villar con un oso, o que cierto es que tiene cercano un río llamado Pedroso, o que la Iglesia que visitamos en honor a San Pedro ya da nombre a la villa); la vista exterior del pueblo es magnífica, ubicada la población entre las sierras de gredos y Altamira – tan solo hay que levantar un poco la vista para ver el vecino y conocidísimo nuestro cerro de la Estrella; decidimos dar una vuelta interior y conocer la nueva adquisición en nuestro haber; visitamos la primera de las plazas, la del tío de las alpargatas con mas genio que una oveja sin cogote, que nos llevará a la iglesia, con su bonito artesonado de madera vieja y las impresionantes campanas. Avistamos la torre del ayuntamiento, la visitamos, descubrimos las casas consistoriales, una casa rural, y los paneles informativos de visita al pueblo. Nos vemos sorprendidos por varios paisanos, todos ellos vara en mano – por si las moscas – aunque bastante hospitalarios ellos.

Decidimos seguir, con pena, nosotros y el cielo que empezaba a lagrimear; con el intenso olor a porcino, vacuno y demás especies domesticadas y en la periferia del pueblo, hablamos con más gente que nos indicarán el camino a seguir, y seguimos observando las calerescas construcciones. El siguiente pueblo, ya conocido nuestro – el Cuco –; y allí fuimos, casi sin despeinarnos por la asfaltada carreterita.

Poco vimos, y poco nos entretuvimos, la gente expectante estaba en misa escuchando atónita las explicaciones de señor cura. Nosotros como no venía el Abuelo, para entrar a olismear, preferimos seguir nuestro camino, esta vez ya conocido.

Sube – bajas, en dirección contraria a la habitual, entre hormigonadas pistas y cuestas con regueros y ya a una interesante marcha, llegamos de nuevo al imponente puente de nuestra circular ruta, no sin antes asomarnos a sus orillas, y disfrutar de sus paseos viendo pasar el gran caudal del largo rio.

Ruta esta para repetir, aunque la verdad, tras haber llovido estos días, está el campo y los arroyo de envidia, no obstante lo haremos.

¡Hasta la próxima compañeros! Acaba de comenzar 2014 relajado pero sin perder ritmo, os recuerdo para las próximas por si se os ha olvidado …

AL ATAQUE!!!

Os dejo un video que grabó el hermano de CUERSPILBERG siguiendo la tradición familiar:

miércoles, 1 de enero de 2014

LA INOCENTE CORCHUELA


Si la semana pasada la cama era la que me sujetaba fuertemente impidiendo mi salida por más que lo intenté, esta semana no era menos, se ha pasado toda pero toda la noche lloviendo, además con ganas y con un aire de narices, más factores a tener en cuenta, me ha dicho Benito que no sale (el único que me espera), y además de todo eso, si considero que ha estado – como he dicho – toda la noche lloviendo, y yo que soy un especialista en no pasar día sin ir al suelo, la verdad, mojado no me apetece llegar a casa … asomo la nariz por la ventana a eso de las 7:15 a.m. ¿qué hago? – pa más INRI, si no salgo ya si que me ponen estos a caer de un burro del tó, y pa más motes está el asunto, que ya arrastro un sinfín casi sin comerlo ni beberlo.

Al fin 8:30 a.m. en la alameda, y tras haber recibido la bendición  de Joaqui, llego y poca gente era la que había pero … CR-2, Largo-te, Cuerpo y Torres que ya viene calentito desde Talavera a lomos de su emerita … en fin ya en el corte, no hay marcha atrás, ir habrá que ir.

Esta vez es el pequeño de los Rincones el que pone el rutómetro en marcha ajustando el hito de punto más lejano allá en la Corchuela <eso es casi mi tierra – algo caerá>.

Subimos la dura cuesta del cana que calentará las piernas de los fríos Alberchanos y buscamos Gamonal, Gamonal – Velada y como siempre entre tontunas y encinas nos vamos adentrando en el monte.

Lo peor del día, el enemigo number one – puto aire – la ida fue bastante dura y lenta, eso sí, los caminos estaban de vicio, la esponjosa tierra y los canalitos de agua que circulaban por las rodadas de los vehículos  hacían la andadura de nuestras burras una autentica delicia.

Pateamos el cordel buscando nuestro punto límite, entre charcos que atravesaban de lado a lado los anchurosos poco rodados caminos, hasta el momento que ¡chof! ¡hombre al agua! ¡increíble, esta vez no he sido yo!, tan largo y grande  fue lo que allí se cayó que el charco quedó completamente vacío, parecía el desierto de tabernas como si no hubiera caído una gota ya hace días. Después de recoger los utensilios mojados y escurrir los calcetines decidimos seguir nuestra marcha.

El terreno estaba cada vez más pesado y los charcos daba miedo pasar, nadie se atrevía a pasar el primero, con uno de los integrantes mojados ya teníamos bastante.

Cruzamos el Torralbeño carreterín y seguimos dirección hacía la puesta del sol; ya se empezaban a ver restos de civilización, parcelitas con su casas de campo, cercas, ganados …

Empalmamos con el adoquinado carreterín que ya daba muestras de la cercanía de nuestro destino, y a grandes marchas – las largas piernas de quienes pudieron soportarlo – llegamos a nuestro destino.

Break, fotos, chistes y vida contemplativa …

Al la voz de art, nos subimos de nuevo en nuestras burras y guiados por el ansioso Rincón, que con tantas ganas nos llevó y enseño esta nueva ruta alcanzamos tierras Torralbeñas – que no Oropesanas, para el gusto de algunos – paralelos a la A-5 y ya empujados a grandes marchas por el incomodo aire que en contra había jugado toda la mañana, alcanzamos el acceso asfaltado a Alcañizo.

El cruce del pueblo os lo podéis imaginar – un pis pas – como no venía Gerardo, no hubo dudas ni problemas.

Ya esto era nuestra tierra, y entre suspiros y llantos por el duro rompepiernas paralelo a la vía, llegamos a la vecina Calera, ya de aquí al pueblo pues eso, la ruta quedó terminada.

El día al final resultó de lo mejor, fue la última salida del año, ¡pero ojo!, del año, nos quedan muchos km por recorrer y muchos caminos por investigar y completar. Despedimos con está rápida ruta 2013 y preparamos nuevas aventuras para 2014 no sin recordaros una vez más …

AL ATAQUE!!!

 

Los divertidos videos de nuestro compañero CUERSPILBERG: