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martes, 20 de noviembre de 2018

CARRASCALEJO, ALLÁ EN LA VECINA CÁCERES


Anduvimos en los previos días pensando si habría excursión o todo quedaría de nuevo en nuestra zona, oye, que no tiene desperdicio, pero parece que apetecía …. al final lo que salió fue un batiburrillo, también se puede llamar súper-ruta o incluso antiguamente alguno lo llamaba – encerrona – aquí os cuento como nació una nueva ruta, veréis..

Esta vez el tiempo nos tiene a todos a cuadros, ojo, no a nosotros, a todos los españoles; el viernes cuando estábamos preparando la ruta – hablando de posibilidades – estaba lloviendo, auguraba buen día para el sábado, y el domingo en teoría de nuevo se rompía el cielo.

Así fue, tanto es,  que alguno salió hasta de corto – aunque él fuera el más Largo –, bueno, se me olvidaba, en la alameda, como de costumbre estábamos, nada más y nada menos que el Abuelo – sacando fotos a los otoñales colores –, los hermanos Rincón, Largo-te – como ya había dicho – & I; también estuvo Joaqui, que fue el que nos chivó que algún que otro integrante había decidido hacer más temprana la guerra por su cuenta.

Salimos dirección Calera, y no está muy claro que es lo que vamos a hacer, unos quieren ir a Ciudad de Vascos, y otros dicen que con ir al Cuco va a ser suficiente, el caso es que según van cayendo los kms. por la cañada, algún iluminao va y suelta … podíamos ir a Carrascalejo, ¿y para qué vamos a atascar? ¡todos a Carrascalejo!

Avanzamos por la cañada, el tránsito por la misma es difícil y pesado, hay importantes charcos difíciles de vadear – sin mancharte claro está – y en ocasiones no son de agua, a poco en el horizonte alcanzamos a ver Alcolea, la misma que atravesamos para que tras una apetitosa cuesta-abajo y tras pasar un antiguo puente sobre la cañada, nos deje en la periferia de Puente del Arzobispo, que sin entretenernos también cruzamos por su plaza, ¡en obras! …

Bajamos por la calle de los soportales que directa nos llevará al puente que da nombre a la bonita villa situada en plena cañada, al cruzar el mismo, que sesga como un jamonero chuchillo el más largo de los peninsulares ríos, en el pequeño pico que adentra la provincia cacereña nos hacemos unas instantáneas junto al perenne peregrino que indica el camino a seguir a la magnífica villa monacal de Guadalupe.

Continuamos, que si tenemos intención de llegar al objetivo, no podemos andar entreteniéndonos mucho … junto a la carretera, discurre el señalizado camino durante unos poquitos kilómetros hasta que coronamos y saltamos la carretera; el camino ya pinta otro color, ya es de los que se deja … se deja andar, correr y disfrutar. Sinuoso, sube-bajas, metidos entre encinas y coscojas, con aromas a tomillo y romero en esos inmensos milenarios berrocales; y tras recorrer y disfrutar los mismos, entramos, esta vez por distinto sitio en la cacereña población de Villar del Pedroso … ¿os habéis dado cuenta de que hemos cambiado de provincia? ¿de que hemos cambiado de comunidad? … magnífico Club, corriendo por esos andurriales, caminos sin barreras, caminos sin aduanas, disfrutando de nuestro deporte, de nuestra afición, de nuestras bicis, de nuestros compañeros, de la naturaleza, repito, sin barreras.

Salimos de la población buscando de nuevo las antiguas pistas que a vecinos unían, unos con otros, pueblos con pueblos, caminos de trueque, caminos de intercambio, que habrán visto estos caminos … ahora nos ven a nosotros, disfrutando y respetando, los caminos y el entorno; y en nuestras pupilas ya la silueta por nuestra izquierda del solitario cerro de La Estrella, y al fondo dirección S, las Villuercas y entre ellas la mordida del paso Arrebatacapas.

Encinas centenarias junto al camino, ganados pastando, chozos refugio de antiguos moradores y tareas de labranza, nos encaminaran ya muy en breve al punto fijado … Carrascalejo, ya con nuestros marcadores marcando los 50 … no quiero pensar en qué se va a convertir esto, pintar pinta bien, de momento … break, y de lo más variado, porque hasta refresco-fresco tuvimos, e incluso en una fuente instalamos un improvisado lavadero de bicicletas.

Breve fue el tema, pues aun nos queda el camino de regreso, salimos del pueblo y paramos a ver de nuevo a mi burrita en el cercado cercano al colegio; sin soltar el camino ya nos dirigimos al siguiente punto en el camino. De momento nos dedicamos a avanzar, que no es poco.

Terrenos nuevos, terrenos desconocidos de nuevo subidas, de nuevo bajadas, encinas, más chozos, grandes encinares, sinuosos caminos, charcos, barros … ¡se puede pedir más! terminamos llegando al ya conocido paraje donde desemboca el arroyo Navalgallo en el Pedroso y que a su vez sirve como límite provincial que de nuevo nos adentrará en las tierras Toledanas, de vuelta a nuestra tierra.

Por el anchuroso camino llegamos a la ya conocida Estrella, no sin antes hacer parada en el paraje del bonito puente del Anguilucha junto al pozo y las pilas de lavar tan utilizadas en otros tiempos. Esta vez ya si La Estrella.

En este punto surgen posibilidades para la vuelta … las dejamos abiertas para próximas aventuras, ya que la cordura y la hora que tenemos hace que tomemos la ruta que más directa y rápidamente nos traerá de nuevo a casa.

Cambiamos encinares por olivares, olivares que engrasarán nuestras bicicletas para llegar suave y sin ruidos al pueblo, que cuando lleguemos la gente estará echada la siesta.

Bajamos fuerte hasta el Uso por el asfaltado carreterín que luego de subida nos llevará hasta Aldeanueva de Barbarroya, donde haciendo un gran esfuerzo nos llevará por la vía de nuevo – viento en contra – hasta la vecina Calera y de esta hasta el pueblo.

En nuestras piernas casi los 100 tocamos y con un porcentaje considerable, digno de los más profesionales ciclistas integrantes de grandes pelotones.

Aventuras como esta … 100 tenemos preparadas, animaros para hacerlas junto a nosotros, pues es seguro que podremos repetirlas.

Me despido como siempre hasta la próxima, no sin recordaros una vez más … AL ATAQUE!!!


 







miércoles, 14 de noviembre de 2018

NUESTRO PARTICULAR MONGRAGÜE


En este periodo hemos tenido más salidas, ya veréis.

Amenazaba agua y con dos de esos que cuelgan desafiamos al tiempo y salimos; estábamos los hermanos Rincón, el Abuelo y yo, salimos y dimos una vuelta – nunca mejor dicho – parecía la vuelta a la manzana, por los montes, entre Gamonal, Mejorada, Segurilla, Marrupe, Cervera ¿quedan más pueblos?, Pepino, Talavera, regresamos al pueblo sin habernos caído ni gota de agua; fuimos a enseñar al mayor de los Rincones el jacuzzi privado de Largo-te, esta vez sin incidencia y así transcurrió la nublada mañana.

Es cierto ¿eh? que conste …


 

Otro fin de semana, ¡nueva salida! ¿dónde vamos?, ¡qué cuco el Abuelo!, anduvimos lentos el resto … si hubiera vía a Navalcán – pensativo quedaba –

En la alameda – sitio de costumbre – un saturday más, los hermanos Rincón, el Abuelo, Largo-te y el presente … resuelto pues el tema de dónde ir.

Por el cordel dirección a la vecina Calera, pasamos por la plaza y tomamos la calle que nos lleva a cuatro caminos, y de aquí dirección a la vía, pero esta vez a la de verdad, o mejor dicho a la que medianamente funciona – eso es harina de otro costal, lo dejaremos por hoy – cruzamos el férreo camino para dirigirnos a la A-5, pasando eso sí junto al perenne vértice geodésico que ya vistas nos da a la casa de postas, en la que en otros tiempos repostaban aquellos antiguos vehículos y hacían descanso sus trotados ocupantes.

Buscamos esta vez adentrarnos en la dehesa lo antes posible, salvamos el importante cruce de caminos que antiguamente tanto trasiego tuvo y que con gran respeto admiramos, para continuar paralelos a la A-5 que sirve como justa división entre el rastrojero paisaje que traemos y nos hará de puerta principal para empezar a pisar – rodar – por las sombras de las imponentes centenarias encinas que nos acompañarán hoy durante casi toda la ruta … nuestro particular Monfragüe.

Dicho pues, el campo nos alegra la vista, poco a poco, fin de semana a fin de semana, se va dejando ver y nos va sorprendiendo, su agradecido comportamiento ya verderea gracias a las lluvias caídas los últimos días.

Avanzamos para ir viendo ya paisajes conocidos, llegando a golpe de pedal junto al Dehesón del Encinar y ver disfrutar una centena piara de guarros, todos ellos preparados ya para su particular San Martín, alelaos nos quedábamos ver esa cantidad de jamones corriendo de aquí para allá … pero hay que seguir.

Justo al llegar a las casas de la mencionada finca propiedad actual de la JCCM, observamos una señal – hasta ahora desapercibida – que indica a Parrillas, un par de miradas bastó, como de costumbre.

Al cruzar la primera puerta vimos un pozo con un arco, y junto a él, una trampa para linces – decían los entendidos – que la dispusieron para el efecto, que en borrajas quedó por el exceso de lubricación, unas fotos y adelante.

Cruzamos varios vallados, anduvimos por caminos y a poco llegamos al embalse de Navalcan, ya aquí siguiendo el criterio de el Abuelo nos podíamos haber dado la vuelta, pero el camino segía, y fue lo que hicimos, seguir, eso si no sin antes disfrutar de la vista que dejaban las bandadas de grullas que fieles a su anual cita, por allí andaban purulando. 

Tenemos que seguir, hemos decidido hacer el break en otro sitio … casi sin darnos cuenta llegamos de nuevo a otra cañada y después de disfrutar de una buena bajada llegamos a Parrillas.

Poco nos entretuvimos en el parrillano pueblo, el cruce fue visto y no visto, lo que queríamos era llegar por el adoquinado camino lo antes posible a la ermita de la población para hacer nuestro break, que fue justo lo que hicimos.

Disfrutamos una vez más de nuestros bonys, tigretones y panteras rosas – sin publicidad –

Después de unas fotos en la fuente de nuestro particular fotógrafo toca partir, aun nos queda camino, y las encinas de nuestro particular Monfragüe nos están esperando.

De nuevo y tras cruzar la carretera, entramos en la cañada para muy en breve dejarla y empezar a serpentear por los sinuosos caminos que en el monte adehesado de nuevo nos meterán.

Cruzamos puertas, anduvimos por las orillas de los aun secos regatos, ¡alambradas electrificadas!, ¿será necesario? … esto no puede ser bueno, tantas puertas al campo. Cruzamos el seco Guadyerbas – una vez más – hasta nos encontramos con un simpático cilista que iba con sus perros, solo que no nos dijo ná … auste.

Poco a poco vamos avanzando para en breve ir dejando las encinas atrás y ver ya casi tocando con la mano Velada, eso sí no sin antes pasar la lanzadera inamovible de S. Berecolodo ¡bendito!, que una vez más nos tensó los cuádriceps … Largo-te subía como un cohete, el Abuelo Sputnik le seguía muy de cerca, yo lo intenté como el challenger, pero todos sabemos cómo terminó antes de tocar cima … en fin, ni de cerca.

Llegamos al núcleo velaino y por to el medio pasamos vendiendo pimientos, suerte tuvimos aprovechando el día de mercadillo que terminó con nuestras existencias. Pasamos el pueblo para llegar en breve a la vecina Gamonal, donde nos esperaba – a algunos – un sinuoso y divertido sendero que rápido nos llevó a ya las hormigonadas calles que directas conducían a la plaza …

Lo demás … carretera y manta, para en breve entrar triunfitos en nuestro pueblo tras haber disfrutado de un gran día de ruta, deporte, bici y compañerismo.

Hay mucho más que contar, y como siempre tantas versiones y opiniones como integrantes tiene la ruta, el caso es que una vez más pasamos un buen rato, y seguro que de estos vienen muchos más … es por ello que me despido hasta la próxima, no sin recordaros una vez más …

AL ATAQUE!!!





domingo, 14 de octubre de 2018

LA NAVA DE RICOMALILLO


No está claro lo que vamos a hacer esta mañana, lo que está claro es que falta bastante gente, somos pocos, pero bien avenidos. Ahora decidiremos. Os cuento.

Estábamos de nuevo donde siempre … en la alameda, no tenemos claro dónde ir, aunque conociendo al Abuelo … una de dos, o nos lleva al pantano de Navalcan o nos lleva a la vía, vamos, que si la vía llevara al pantano de Navalcan, no haríamos otra cosa.

Se me olvida, y no es de olvidar, porque si salimos pocos, al menos saber quiénes somos … ya veis al menos que estaba el Abuelo, y es que este si antes no perdonaba una salida, ahora que tiene potra nueva, lo perdona aún menos; también estaba er Viti, que viene desde Talavera la pequeña – aquí al lado – para acompañarnos en tan especial ocasión – salida semanal – estaba Largo-te, y el que escribe para ustedes … yo.

En fin, salida por el cordel camino de la vecina Calera  … ya hace fresquete, el machote de er Viti sale casi en calzoncillos – y está constipado – otros en manga larga, otros con camiseta debajo, otros con manguitos … ¡uniformidad!, antes de llegar a los “praos” encontramos junto al desagüe un amago de incendio que se ha cargado un montón de cañas … si esto llega a ser junto a cierta nave de Talaverilla, ya hubiera sabido yo quién es el culpable.

En breve cogemos la vía, aquí poco que contar, todo es andar y andar, trotar y trotar, y el culo con dolores sin parar … hasta el viaducto, parece mentira que nos tengamos que alegrar de que lleguen cuestas, pero con tal de salir de la dolorosa vía, se hace lo que sea.

Empezamos a subir hasta que llegamos por esos bonitos parajes a Aldeanueva, de esta por los más bonitos aun si cabe hasta la Nava, advierto a navegantes, la cuesta sigue estando, el camino está un poco deteriorado debido a las fuertes lluvias caídas … varios son los senderos que salen a nuestros pies en otras direcciones, pero a er Viti en esta ocasión le pueden más las fuerzas – que dice que anda escaso – a su ya conocido afán aventurero … lo dejaremos para futuras.

En breve entramos en la Nava, esta vez no vamos a la rica Posada, nos dirigimos a la plaza – con un poco de suerte vamos camino de la Solana (pensaba yo) – pero nada, mi gozo en un pozo al final nos quedamos en la plaza, que por otra parte es bonita, pero además disfrutamos de la buena compañía y de la sabiduría de un paisano que con poco superaba ya los 75 … también disfrutamos de las viandas reponedoras que en nuestros bolsillos llevamos para tal fin.

Después de unas ricas frutas, y una agradable charla, llega el momento de la partida – de vuelta – no sin antes acercarnos a un pilón a rellenar nuestros bidones de agua, que aunque sea cuesta abajo, me da la impresión de que nos va a hacer falta, que quedan muchos kms. hasta que lleguemos a Alberche.

Salimos discutiendo del pueblo, el Abuelo – como no – quiere hacer la vuelta completa por la vía ¡de eso nada! ¡no jodas! ¡todo el camino por la vía! ¡vaya tortura! le contestamos el resto al unísono … arruga la tocha y se dispone a hacer lo que manda el pelotón – reducido pero pelotón –

Empezamos subiendo la cuesta de las cabras, er Viti se mosquea porque hay una cuesta, el Abuelo se mosquea más porque dice que se lo ha advertido, a mí me quitan todas las fuerzas por reírme de la cómica situación que allí se está gestando, y a todo esto Largo-te ha subido como un cohete y le hemos perdido hasta la pista.

La bajada … la bajada es mía, uff, ¡que disfrute! si subimos a 5 km/h bajamos a 50 km/h ¿cómo es posible esta desproporcionalidad?, más bien, es posible, en tanto en cuanto la inclinación del camino positiva o negativa, el peso del ciclista y su bicicleta, la velocidad del viento, la limpieza del camino … bueno, vamos a dejar las matemáticas para otro momento. Fuerte bajada, tipo cohete, en una lateral cuneta Largo-te grabando un vídeo y sujetando a un cuatro ruedas para que no lie alguna zacatua.

Tras la bajada, viene el falso llano, que ahora pica un pelín hacia abajo, dejándonos caer hacemos de nuevo grupo, y en cierta ocasión mirando hacia atrás … ¡madre mía! viene la locomotora del A.V.E. a 300 km/h, mínimo, los delanteros intentamos adaptar por el carril de aceleración la velocidad a la vía a la que nos vamos a incorporar, menos mal que iban las ventanillas cerradas cuando nos adelantó ¡increíble! ¿cómo es posible que una bicicleta alcance esa velocidad?, ojo, ¡por caminos!



Mientras el camino era bueno, todo iba bien, pero entramos en la parte divertida, la velocidad era vertiginosa, brincos, baches, piedras, ramas, todo ello a velocidad de escándalo, de la que divierte, hasta que llegamos al puente de las cadenas e hicimos de nuevo piña.

A poco, de nuevo Aldeanueva, en este punto hay bifurcación, unos tomaron la ansiada vía, y otros bajaron hasta el viaducto por la no menos divertida cuesta-abajo … en breve de nuevo vía y de nuevo piña.

Poco más que contar, excepto que llegamos felizmente al pueblo, que nos hermanamos si cabe aún más compartiendo unas gordas como Dios manda juntos y contando las anécdotas de la buena ruta que acabábamos de disfrutar.

Supongo que en breve más y mejor, y como no, sin parar de divertirnos; si queréis seguir pasando estas buenas jornadas no dudéis en agregaros … me despido compañeros, no sin recordaros una vez más …

AL ATAQUE!!!

 








miércoles, 26 de septiembre de 2018

LOS ENEBROS – CASI DOMINGO DE RAMOS


Antes de meterme en faena con esta publicación, os comento el pedazo de ruta de la que disfruté ya por segunda vez en tierras extremeñas … buena ruta, increíbles paisajes, buena gente … bueno, bueno, bueno …


 

Estamos ya en los últimos coletazos del verano, ya en esta semana entraremos en la nueva estación, y seguiremos montando en bici, seguiremos disfrutando de este querido deporte que tanto nos gusta, en los paisajes que nos ofrece el otoño … veremos de nuevo esos encantadores ocres, veremos a los árboles de nuevo desnudarse llorando poco a poco sus hojas … bueno, eso, lo veremos, y con un poco de ánimo posiblemente aquí lo expliquemos; ahora toca esta …

¿Decimos Domingo de Ramos?, es posible que alguno penséis – este está tonto - ¡pues no!, estrenamos nuevos componentes en el equipo, estrenamos bicicletas, y estrenamos calcetines. Pues eso, llegamos a la habitual alameda, y nos encontramos a ¡er Viti!, guau, bienvenido, ¡pero si trae bike nueva! guau, también está el Abuelo ¡con bike nueva! guau, bienvenido al mundo 29”, madre mía, cuanto estreno, por donde vive el Presi asoma la gaita Largo-te, y desde la urba viene Texis … la congregación poco a poco va aumentando, ya va mereciendo la pena, con un poco de suerte se va animando alguno más.

Salimos por donde siempre, dirección – la plaza – ya está montada la carpa, se percibe el aroma a fiestas ¡viva San Miguel!; dudamos, que si aquí, que si allá … al final vamos dirección Gamonal.

Subimos la dura cuesta del canal – dura – y en breve Gamonal – después de la pirula que le hace un camión al Largo en el puente de la A-5 – confirmado, no podemos andar por alquitrán, respeto al débil = 0 – pocas pedaladas y Gamonal … ya tenemos claro dónde ir, es por ello que vamos a subir por la cuesta del malojo para llegar lo antes posible a Mejorada.

Estamos todos más o menos igualados, en cuanto a burras – grupo 29” – pero la potencia de la doble destaca sobre las otras, empieza a estrujar las bielas con esas palancas que Dios le ha dado, y en pocos metros ya nos pierde de vista, tanto es así que tras coronar al piecito de la atalaya, se coloca como un fotógrafo profesional – dando tiempo a la postura, a la posición del sol, al juego de sombras … le da tiempo de todo – luego vamos llegando el resto y salimos en las fotos con los rostros de sufrimiento mientras el ya ha bajado de pulsaciones a nivel – recién levantado –

Avanzamos, cada uno como puede para llegar en breve a Mejorada, que rápido la pasamos, y luego Segurilla – rápido – que también en breve pasamos; por su ermita camino de la cruz, pisando las tartas del concurso de repostería que han dejado en el camino las vacas del pueblo – ya se ha escapaó – bueno, ya las limpiaremos.

Tomamos dirección Cervera, por la zona de la Menejil, donde nos separamos, los más aventureros tomamos el sinuoso senderito de la derecha, el resto sigue de frente, para intentar juntarnos un poco más adelante.

No es cierto, bajamos a toda velocidad, unos en busca de otros, pasamos el seco cauce del Marrupejo y estrujando las bielas conseguimos hacer grupo justo antes de entrar en Marrupe, donde haremos break junto al triste pilón que apenas recibe un pequeño chorrito de agua.

Brevedad en el break, que aún queda; cruzamos el pueblo para encaminarnos a la zona de los enebros ¡esta vez en sentido contrario! … ¡a volar!

Poco después, y tras cruzarnos con unos sufridores que hasta andando iban – estos son peores que nosotros – llegamos al punto limpio de San Román, aunque más que punto limpio, parece … bueno, cualquier cosa menos eso.

Avanzamos de nuevo, cruzando la zona del arroyo – con agua – la zona de la encina del grallo, los estrechos pasos canadienses, para llegar como balas – que se lo digan a la de la gorra – a Pepino.

Hacemos parada junto al supermercado igual que el de Manuel el Largo, para tomarnos unas frescas manyorcas, obsequio del bote que guardaba a buen recaudo Largo-te.

Salimos de Pepino allá por donde aran los bueyes, para encaminarnos a las canteras que darán paso a los toboganes de la Portiña, que una vez más a toda velocidad se dejan disfrutar.

Seguimos ajando por la orilla del charco, por su muro de retención, y de nuevo buscando el senderito para pasar de nuevo la A-5, esta vez por un paso subterráneo, coger agua en la depuradora y en breve a toda prisa llegar a Talavera.

Por el cordel fuimos hasta Talaverilla, donde dejamos a er Viti un poco tiesto – creo – no sin antes dejar a una avispa que le picara en el velorto e hiciera que anduviéramos buscando los cristales de sus lupas por la cuneta del camino. Bueno compañero, hasta la próxima … aunque no cuentes con nosotros el finde que viene – creo – yo quiero hacer el talajara – me parto –

Se terminaron las contemplaciones, la llegada al pueblo creo que fue en fórmula uno, no estaba, no ví a Alonso por ningún sitio, pero la velocidad fue … ¡madre mía!

El Abuelo paró a ver el campeonato de frontón, y nosotros fuimos a refrescar nuestros polvorientos gaznates.

Chicos, una más, nuevas incorporaciones, creo que no deberías dejar pasar la oportunidad, ¡uniros a nosotros!, debemos hacer estas y otras más.

Me despido una vez más, no sin recordaros como siempre …

AL ATAQUE!!!

 







https://youtu.be/zpoOUQ5BUaA 
 
 

jueves, 13 de septiembre de 2018

EL VERANO VA PASANDO


Vamos dando paso a paso, mejor dicho pedalada a pedalada y casi sin darnos cuenta, nos hemos cargado el verano; hemos hecho, rutas diurnas, rutas nocturnas, hemos subido, bajado; se incorporan nuevos amigos y vuelven al redil viejos conocidos; os cuento … Que si las ocho que si las ocho y media …  - ¿a qué hora salimos?  - pues a las ocho y cuarto, ni pa tí ni pa mí.

SOTILLO

Repetimos de nuevo esta ruta, a la que se une Cuerpo y nos acompaña ¡fuerte! Juan “el Catalán”. Ruta para retomar contacto sin aplicar mucha dureza, pasamos por el campo de Golf, donde hacemos un apetecible break y por la fresca fuente que además de repostaje sirve de ducha. La fuerte vuelta llena de liebres subiendo el nivel por encima de los treinta hace que un patinaje se convierta en dura caída y abandono para recuperación durante varias jornadas … aquí os dejo constancia de la misma.



 

NOCTURNA

Hacemos una nocturna más, y en esta se incorpora a filas – solo para la ocasión – el Peluquero ¡sin luces! –no jodas – también viene “el Catalán” y de nuevo hay una nueva caída, y es que de noche – como dicen nuestros mayores – todos los gatos son pardos – esto me lleva a sacar alguna conclusión … ¿hay algún gafe en el grupo?.

Subimos a disfrutar de las increíbles vistas de la Atalaya Segurillana, conquistada por un Alberchano botellonero, y bajamos fuertes a Cervera. De Cervera a Pepino, nos cruzamos en un paso de cebra con una piara de jabalíes que atónitos nos dejan … llegamos frescos al pueblo a terminar la noche con un merecido y reconfortante break, luego ducha y a desinfectar.


 

CAZALEGAS

En esta ocasión, tan solo somos tres los mosqueteros que salimos, el incombustible Abuelo, el campeón del mundo que se ha metido en nuestro grupo & I.

Vamos a Cazalegas, pasando por Pepino, saludando a todo el mundo, y por el encinar de San Román.

Llegamos al pueblo y en el mirador junto al bohemio Mark Knopfler “café en mano” disfrutamos de nuestro merecido break conversando temas tan variopintos como el pelaje de los perros y la casa de mi abuela … nada que ver.

Fuertes nos dirigimos a los Alcores comandados por el fuerte campeón, siguiendo sufridores su rueda, para en breve llegar a Talavera y … ¡sufrir un atropello”, con caída incorporada – creo que en serio, nos lo vamos a tener que hacer mirar, nos deben haber hecho magia negra.

Llegamos al pueblo y nos tomamos unas frescas gordas a ver si estas son capaces de quitarnos el susto.


 

TALAJARA CORTO  

A modo de ensayo y propuesto por mis compañeros salimos buscando hacer el Talajara corto, con nuestro habitual toque; esta vez salgo con dos de los grandes de nuestro Club … que encima son los grandes, porque en la foto junto a ellos parezco el muñeco que se cuelga de los retrovisores de los coches … en fin, tendré que apretar los dientes. Y dicen que lo hacen por mí, madre mía la que me dieron pa el cuerpo.

Tras pasar los contados uno a uno, los siete picos llegamos al Membrillo donde localizamos la tienda de las manyorcas e hicimos break como Dios manda, a fin de cuentas, es como nos gusta, eso sí, sin dejar de lado nuestras frutas y varios.

Llegamos al pueblo … ¡coño esta vez sin caída!, y hacemos la llegada de gordas de nuevo, esta vez no íbamos asustados, pero … por si acaso.


 

PEPINO-CERVERA

Programada actividad había – según mis preparadores – pero gracias a Dios, se nos han unido varios integrantes de los últimamente “no habituales” y vamos a intentar hacer algo acorde con su forma física, lo que se trata es de pensar en que vuelvan.

Pues tantos como El Abuelo, Largo-te, Cuerpo, Texinas, Charlie, & I ¡magnifica formación!; salimos por el cordel sin saber muy bien dónde ir, y para sorpresa de la mayoría de los integrantes contra viento y marea vamos por las parcelas del S buscando el camino de los barros junto al río.

Por la mini central eléctrica llegamos a Talavera y cruzando parte de la Cañada de la Sierra vamos buscando los periféricos caminos que nos sacaran de la gran urbe.

Camino de la Portiña ¡cuidado con las caídas! – algunos llevamos en la sangre hacer la cabra y en cuanto vemos el sendero ¡a por él! – vamos buscando rápido las graveras para en breve y por los estropeados caminos hormigonados – exceso de dinero – llegar a Pepino, donde aprovechando el monumento homenaje a las raíces agricultoras y ganaderas de los que mayormente formamos este increíble grupo, obligamos una parada para hacernos fotos junto a esos férreos ganados allí representados.

Subimos duros y tensos a Cervera, lo que hace días fue una rápida y disfrutable bajada, hoy es dura y templada, dicha magra calentará nuestras piernas para subir asfaltados buscando Segurilla, y gracias de nuevo a mis plegarias hacemos intersección tras pasar los depósitos y buscar un disfrutable sendero que a voces nos estaba llamando.

Como Charlie no quiere subir a la Atalaya, pasamos rápidos Segurilla y vamos a los soportales de la iglesia de Mejorada a cumplir con nuestro habitual break.

Hablamos, conversamos y aportamos ideas, quizá sean pocos los km hechos hasta el momento, algunos quieres bajar a las fiestas de Gamonal, pero ¿no es poco? … decidimos bajar por “los caballos “ a Velada … ¡guau!

Avanzamos por tanto por el camino, tira un poquito con pendiente positiva, hasta que en el llano que hace junto al portón de la mencionada finca, el camino se convierte en una apetitosa bajada …

¡A volar!, por el camino superando los 60 km/h, sintiendo el húmedo y agradable viento en nuestros rostros ¡guau!; bajábamos y un viejo integrante de las primeras formaciones del Club subía andando, el saludo quedó en poco más de un gesto por la increíble velocidad que alcanzaron nuestras veloces bike’s … llegamos a las ermitas e hicimos agua menores.

Ya en Velada y buscando la antigua autopista de ganados, esa famosa Cañada Real Leonesa, vamos fuertes y sinuosos por los senderos que marcan los transitables lugares de la misma buscando la casa de postas junto al conocido 134.

Cruzamos la actual A-5 (autopista sobre autovía) y abandonamos esta, para junto al vértice geodésico calerano buscar la vecina población.

La vuelta desde la misma hasta nuestro pueblo fue dura hasta para los que no suelen faltar, el solano viento soplaba fuerte, tanto que no sirvió cerrar ventanas, tanto que tensó nuestros ya castigados músculos y que nos llevó hasta el asfalto junto a mis yinitas y que de relajación sirvió para llegar en breve al pueblo, donde una vez más fuimos a refrescar nuestros sedientos gaznates – tradición que no se pierde – para hacer el fin de ruta.

Compañeros, me consta que hay salidas de puestas en forma, no dejéis de practicar este magnífico deporte e incorporaros en breve a la formación para repetir esta y otras muchas que tenemos en la carpeta de “pendientes”; me despido sin olvidarme de repetiros una vez más …

AL ATAQUE!!!

     







jueves, 2 de agosto de 2018

SIN TON NI SON …


Si nuestro grupo de salida es recogido, esta vez si cabe, lo es aún más; resulta que los Rincones han quedado con unos amigos en subir a la sierra, harán una ruta por la zona de la plataforma, con lo cual, esto pinta a poca gente … no obstante nosotros – los que quedamos – saldremos ¿cómo no? … ahora veréis …

Que si las ocho que si las ocho y media …  - ¿a qué hora salimos?  - pues a las ocho y cuarto, ni pa tí ni pa mí.

En la alameda por tanto, Largo-te, el Abuelo y el presente, ¡joder, que reducidas van quedando las presentaciones!, pero bueno, de momento no faltan.

Vamos hacia allá, vamos hacia acá, subimos a, bajamos de … venga anda, vamos a arrancar que aquí sentados al fresco y observando los aspersores no hacemos kilómetros.

Salimos por tanto camino de Calera, y antes de llegar … ¡aven sos! ¿qué te pasa Abuelito? – miramos extrañados Largo-te y yo – me ha dejado Leja unas guindas lavadas y frescas encima de la mesa y se me han olvidado … eso es lo que tiene la contemplación, te sales de casa a contemplar los aspersores, a ver como monta en bici Eulalio, Jacinto, G.C. … y luego te quedas las cerezas en la mesa ¡y lavadas! y ¡frescas! … tanto culo, tanta teta, esto no puede ser, así no te centras, pa colmo te echas nívea de chocolate y te quemas como una tira de panceta en la parrilla de la nave, ¡no jodas!

En fin, llegamos y pasamos Calera, esta vez parece que corre prisa dejar atrás el vecino pueblo, y lo hacemos por la travesía, que aunque somos contrarios – como todos sabéis – al alquitrán, queremos que cunda la mañana.

Vamos dirección Alcañizo ¡qué velocidad! – estos son los de la media de 23 – dije yo, madre mía la que me espera. Bordeamos Alcañizo por la AL-50 y nos encaminamos siguiendo la señalización a Torrico; en algún momento nos bailamos y cruce y llegamos a una puerta que nos obliga a rectificar, pero ¿quién dijo miedo? … venga, adelante.

Por la finca de El Sapo vamos entonando el camino para llegar al ya conocido camino de Guadalupe que une Oropesa con Puente y que nos acercará al desvío de Valdepalacios.

Pasamos por la portera – esta vez cerrada con un candado – y nos adentramos en el monte entre grandes y centenarias encinas … creo que … nos bailamos otro cruce – madre mía que engendro de ruta va a salir hoy – en fin, todo el campo es orégano, y en breve tras cruzar varios pozos con chalet adosado, en el cercano horizonte alcanzamos a ver Torrico, aunque esta vez no vamos a pisar su hormigonadas calles.

Directamente nos encaminamos por la dehesa a buscar los cercanos caminos de mi pueblo, que a toda velocidad, casi sin exprimir el jugo que dan nuestras bielas, nos presentamos por el S en pocos minutos como el que no quiere la cosa – que yo la quería – y llegamos a la conocida corredera de los toros, donde disfrutamos de un rico break aunque ¡aven sos! sin guindas, frescas y lavadas … bueno, ya se las comerá pies grandes, porque vamos no he visto cosa igual, que llega a las 7 de la mañana de juerga y se come lo que tiene preparado su madre para toda la familia en un pis pas, casi sin esforzarse y tirando de los coscurros del pan de ayer.

Disfrutamos por tanto de merecido break, observando – que yo ya lo tengo mu visto – la plaza, la torre, la … la … la … - al final nos llevamos otra vez Eurovisión –

Venga vamos, que tenemos que llegar a casa, vamos a intentar no en revesarlo mucho … ji ji

Vamos al vecino pueblo – coño se me ha olvidado el nombre – el Abuelo quiere que no haga cabriolas ¡no jodas macho! – en lo único que destaco un poco, un poco – en fin … seguimos y en breve por el conejal entramos en el vecino pueblo; igual que entramos, salimos – y que pasemos por la plaza dicen … auuuuuste – venga a cuesta blanca, por las eternas parcelas, que dice el Abuelo que no ha pasado, y es que de noche – en otras ocasiones – todos los gatos son pardos; cruzamos la vía y en breve por El Cortijo – Torralba …

… tan pronto se entra, como se sale, y de nuevo nos dirigimos la ya conocido encinar, para por los rápidos sube-baja llegar al camino que nos conducirá de nuevo a Calera, hace mucho que no pasamos por aquí y hay ya ganas de repetir …

Tanto hacía que no pasábamos, que nos bailamos otro cruce, y tras dar varios cientos de pedaladas más llegamos a las antiguas viviendas del moro que en breve nos sacarán al cruce junto a los cabestros de Florito.

Ya poco queda por saber, la vuelta fue por los caminos de la A-5 hasta el pueblo, donde calurosos echamos unas gordas en fríos vasos de barro, y comentamos las futuras jugadas para en breve ir preparando.

Buena ruta, buena compañía, se sigue echando de menos más gente que nombrar en las presentaciones, no obstante, espero ir provocando envidias – sanas – que os hagan volver al redil; me despido esperando respuesta, no sin recordaros una vez más …

AL ATAQUE!!!

 


martes, 31 de julio de 2018

PUERTAS AL CAMPO!!!


Durante esta semana has sido los Rincones quienes han puesto las condiciones de salida para el fin de semana que está a punto de caer. Al final y tras llegar a consenso, hacemos un nuevo plan a última hora por la poca afluencia de personal y para que la otra ruta sea motivo de disfrute para todo aquel que en esta ocasión no ha podido asistir.

¿Dónde vamos por tanto?, veréis veréis …

Amanecía de nuevo un día más en el ya conocido por todos sitio de quedada, nuestra habitual Alameda … ya estaba el Abuelo por aquí haciendo fotos, de todo, hasta los chorros de los aspersores al amanecer.

Empiezan a llegar los integrantes de lo que va a ser una gran ruta … un ¡gran día!. Estábamos por tanto: los ya mencionados hermanos Rincones, eran unos … ¡coño que me voy por los cerros de Úbeda!, - ya quisiera yo, estar por allí ahora – en fin Phineas y Ferb, el Abuelo y el presente …

Salimos dirección la vecina Calera, el mayor de los Rincones quieres subir el mecachón al revés, y la forma es … pues la que es. Pasamos Calera y por las fincas traseras del pueblo avanzamos dirección Tórtolas, hablamos de todo, incluso de política intentando arreglar el desaguisado panorama que nos rodea … llegamos a la conclusión de que – zapatero a tus zapatos, nosotros a montar en bici que es lo que nos gusta.

Tras pasar por los caseríos de Tórtolas, esperamos en la cuneta de la vía para observar con precaución a ver si pasa algún tren … ¡y nos incorporamos!

Por esta, la ya famosa culona, nos dirigimos hasta la finca de “el arco” donde vamos a abandonar el trazado ferroviario para meternos en el verdadero berenjenal del día.

Bajamos a la carretera para cruzar el río por el único sitio que nos permite este punto, y tras coronar la parte más alta de este lado del mortirolo, nos metemos en el camino de las parcelas sur río Tajo para en breve andurrear ya por las tierras de Canturias. Esta vez no hacemos alto, que ya hace tiempo que no anda janquillo por estos lugares – parece ser que se atrevió con toda la leña de encina de esta zona – para seguir por el camino hasta que llegamos de nuevo al hito – bunker guerra – y hace un nuevo alto para observar de nuevo nuestra bélica historia reciente … bueno, aprovechamos para montar nuestra película, nuestras ametralladores y varias historias más.

Debemos continuar, estamos en plena época estival y ya vamos rondando las horas en las que Lorenzo cae del cielo dando puñetazos; además, nos quedan un par de cuestas finas que nos van a poner un buen puntito en las piernas y no nos podemos descuidar.

Dicho y hecho pues, seguimos adelante y cuando llegamos a la bifurcación donde tomamos el camino Las Herencias – Belvis de la Jara, nos damos cuenta de que ¡lo han cortado! ¡lo han alambrado!, ¿nos hemos vuelto locos? ¿quién pone puertas al campo? ¿Quién corta los caminos? … madre mía esto va a terminar siendo misión imposible … - es por ello que no podía dejar de escribir este insignificante relato –

Seguimos la ruta, ya con caras largas, para colmo, el camino empieza a estar poco andado, las zarzas empiezan a invadir y a reclamar al igual que los parceleros el camino público.

A poco empezamos a avistar Las Herencias, pero de nuevo nos complicamos la vida – que es lo que nos gusta – y tomamos la trocha que directa nos encamina a los primeros trazos de la subida del Cerro de la Mesa – el mayor de los Rincones no ha subido por esta parte y le apetece - ¡al por ella!

La subida es un tanto complicada, además de los regueros de costumbre y de su media pendiente, el camino ha sido invadido por las florecientes hiervas primaverales, y que ahora se han convertido en un molesto alto pasto e incomodos pinchos que bien se hacen notar.

En breve coronamos y … ¡de nuevo sorpresa! ¡otro camino cortado!, en lo más alto del cerro, donde pasábamos ya a la otra vertiente, han colocado un nuevo alambrado, con un “prohibido el paso finca privada” – eso ahora está de moda – y un “zona vigilada” – también se ha puesto de moda – y ¡con cámaras! … Santo Tomás parió por un deo …

Una vez todos juntos de nuevo en la parte alta vamos barajando opciones, el pequeño de los Rincones, saca su vena aventurera y nos busca un sendero, que vamos a hacer si, o si, bajo su responsabilidad … dicho y hecho.

Subimos a pie el escarpado sendero hasta tomar cota y poder de nuevo cabalgar sobre nuestros ciclos, las vistas son impresionantes, vemos toda la vega del Tajo, incluido nuestro pueblo, pasando por la vega del Guadyerbas, la del Tietar y toda la falda sur de Gredos … maravilloso, pero seguimos, bajando fuerte y temeroso hasta Santa Paula que directos nos llevará a la seca orilla del arroyo de los Frailes.

Cruzamos este debajo de la N-502 y por encima de la antigua N-502 para encaminarnos a una larga rampa que a buen ritmo nos llevará hasta la zona de “lio carteles” en las inmediaciones del Mecachon.

El Abuelo hace oídos sordos a nuestras demandas, continua dando pedales sin parar a comer el bocadillo, ¡aquello que no nos lo merecemos!, con lo agustito que estaba a la sombra de la encina que cubre los famosos carteles y el airecito que corre. Hacemos los ya tensos sube-bajas de la zona para afrontar la última fuerte – esta vez cuesta abajo – a gran velocidad. En breve, abajo, ya en la vega, ya en el regadío de la zona de Manzanas, toda la vega del Tajo, esta vez ya en nuestra mano.

Por el hormigonado camino de las graveras hacemos nuestra aproximación a Talavera, no sin que antes un bobo pero BOBO con un coche a toda velocidad – este ha confundido el camino con una autopista, menudo jilipoyas – pasa a nuestro lado y por un descuido el pequeño de los Rincones toca suelo, gracias a Dios, es solo un aviso, tocado pero no hundido.

Llegamos a Talavera y cruzamos el Tajo por el más viejo de los puentes, y por el carril bici, haciendo parada en la fuente frente a los institutos, donde cogemos agua para nuestros secos bidones, llegamos al camino que une Talavera con nuestro pueblo … bueno, y llega más allá.

A buen ritmo llegamos a nuestro pueblo, todos juntos, todos en pelotón como Dios manda, no como en aquellos tiempos en los que G.C. se adelantaba para entrar siempre el primero en todos los pueblos y dar con ello ciertas sensaciones.

Vamos de nuevo a una terracita a tomarnos una fresca que directa entra como un sablazo en nuestras piernas, recomponiendo los azúcares perdidos.

Compañeros, unas más, no faltéis, nos están poniendo puertas en el campo, puertas en los caminos, y esta breve lectura no servirá de nada si no seguimos pasando por ellos, si no nos ven trotarlos, no podemos dejarlos de lado, son el legado de cientos de años andados por ellos, no podemos abandonarlos, os espero por tanto, en esta y muchas más, no sin recordaros una vez más … AL ATAQUE!!!

 


 




https://youtu.be/4jgpaqZ03ZM

miércoles, 18 de julio de 2018

VIII NOCTURNA CLUB CICLISTA ALBERCHE


En esta ocasión, varios fueron los puntos de información para la ruta que teníamos preparada, estaba el socorrido “guasap” el “cara libro” que traspasaba las fronteras de nuestro habitual y reducido entorno y ardía en – me gustas – y otro tipo de mensajes escritos, ya ves, te voy a contar lo que allí sucedió …

 

Tras haber pasado varias jornadas de preparación, vehículos, permisos, avituallamientos, colaboradores, etc … ¡llegó el día!

A las 12 de la mañana, estábamos l@s voluntarios@s colaboradores en la plaza del pueblo, esperando a los participantes de la ruta corta, tan implicados como siempre, ¡incluso cumpliendo años, estamos!.

Empieza a llegar la gente, con sus bike’s y con su importante kg de comida solidario. Los participantes van cargando, van colaborando, van firmando, últimas inscripciones, ultimas colaboraciones, aclaraciones e instrucciones ¡Todo claro! … bueno, hace calor, vamos a refrescar los gaznates, que nos lo merecemos.

Pequeña siesta viendo el TOUR a medio ojo y seguimos con más preparaciones, no sin antes tomar un cafecito para terminar de abrir el ojo, o en algún caso un cacaolat, de chocolate, ¡esto da positivo!

Preparamos el fresquito avituallamiento y cada mochuelo a su olivo, hay que estar bien vestido y perfectamente maquillado para la ocasión, que lo merece; nada más y nada menos que la ¡VIII edición!

18:45 h. y tod@s en la Alameda – nuestro sitio de costumbre, pero a deshoras – los ciclistas preparados, las colaboradoras trabajando, la maquinaria ¡en marcha! … miradas cómplices, 19:00 h. ¡pistoletazo de salida!, se terminaron los nervios ¡a disfrutar!

Salimos como siempre por la plaza del pueblo dirección la vecina Calera, y entramos en la ya famosa culona, nada más y nada menos que medio centenar de ciclistas … Alberchan@s, Caleran@s, Talaverillan@s, Larherencian@s, Venter@s … - no sé si se queda alguien en el tintero, perdonad mi mala cabeza – la máquina avanza a todo vapor, los vagones la siguen, pasamos la estación de Silos …

-          ¿única estación?  

-          Sí, pero solo en el trayecto de ida

los vagones siguen por la vía … ingenuos, no hay color.

Comienza el aperitivo de duras magras, hasta que llegamos a Aldeanueva, el camino se deja andar y disfrutar, con los sube-bajas, llegamos al puente de las cadenas – hasta que pasen los amigos de lo ajeno – y se reagrupa el pelotón.

Seguimos subiendo y la tarde va cayendo, la temperatura se va haciendo más asequible, el sombrío camino se deja conquistar por las polvorientas ruedas que a toda mecha van pasando, unas detrás de otras en perfecta formación.

Una última magra y ya vemos en lo alto el “Mogorro” que nos anuncia la llegada a La Nava, donde nos esperan las desinteresadas colaboradoras con ese preciado líquido ¡fresquito! que llenará nuestros bidones y desatascará el barrillo de nuestras gargantas.

Tras el repostaje y las decisiones tomadas con tan solo una mirada y un guiño de ojo, decidimos tomar la ruta sencilla y menos dura ya que la hora no es propicia para andar haciendo la cabra por el bonito monte – que a fin de cuentas es lo que nos gusta a todos –

Bajamos pues a la vía de nuevo a toda velocidad, gracias a la orografía del terreno cogemos en breve de nuevo el tren, esta vez en la estación de La Nava – Fuentes, bonito territorio cantando ya por soleares a jara pura y dura.

Tras el paso de la larga, fresca y húmeda vertebra cuyo fin salva en puente el semi-seco Uso, ya solo queda, poner el botón “control de velocidad” y a buen ritmo y tras salvar varios túneles y puentes llegar a Pizarrita, esta vez antes que el autobús y el camión, lo que hará el repostaje más fácil y la espera menos tensa.

De nuevo nuestras colaboradoras, con ganas y con sonrisa nos atienden como a niños, obsequiándonos con agua, coca-cola, y fresquito melón componiendo todo ello un break de lo más apetitoso y reconfortante, que nos subirán el ánimo y las fuerzas para la vuelta.

Llega el autobús y el camión cargado de biker’s y bike’s ansiosos por pedalear, se recoge todo, de nuevo instrucciones, y pistoletazo de salida, ¡luces, cámara, acción!

22:00 h. Picamos billete en la solitaria estación de Pizarrita, atravesamos túneles, ríos, arroyos, puentes, estaciones, apeaderos, muelles de carga, viviendas de ferroviarios, todo ello de noche y perfectamente controlado, picando billete con los atareados revisores, a un par de km’s para no romper el silencio de la noche, los vehículos de apoyo – furgón y camión –

Llegamos a Aldeanueva, tras pasar la Nava-Fuentes y Pilas, nos unimos de nuevo, ya el grupo roza los 80 biker’s con sus iluminadas monturas.

Tras la reunión, el tren de nuevo en marcha, pasando por los pivot’s y aspersores de riego que también refrescan a los silenciosos ciclistas, este tren no hace humo, este tren no hace ruido, no hay vehículo más ambiental, no hay vehículo menos contaminante, ¡energía renovable! no hay posibilidad de más disfrute … pasamos Silos.

En breve estación de Calera, es aquí donde hemos de apearnos, pero ¡ojo! la ruta no termina aquí, debemos llegar al final, debemos terminar en el punto donde nos esperan.

Continuamos por tanto por el cordel hasta que nos aproximamos a las afueras de nuestro pueblo, pasamos por la escandalosa fiesta ibicenca para juntar de nuevo al pelotón en el camino general y llegar todos unidos al pueblo.

Entrada calurosa en el pueblo ¿ande está mi Pakito? – decía una de las vecinas entusiasmadas y emocionada al ver semejante pelotón – aplausos al llegar a la ¡gran plaza!, pasamos bajo el arco de meta, los atónitos ojos de los que disfrutaban del fresco en las terrazas y que por sorpresa se encontraron con el importante evento, los aplausos y el calor de nuestros familiares, vecinos, y llegados de otros pueblos animando a sus familiares … ¡guau!

El final de ruta llegó si – apenas – percances … maravilloso, la plaza llena de ciclistas, llena de bicicletas, perfecta postal. Vamos de nuevo a refrescarnos y comer algo para reponer las fuerzas perdidas.

Espero veros de nuevo a tod@s en nuestra siguiente edición, que ya rozará la decena. Deseo lo pasarais al menos, tan bien como nosotros.

 

MOMENTO AGRADECIMIENTOS.

Solo me queda decir como siempre, ¡GRACIAS!

Gracias a las instituciones y personas que nos han ayudado:

Ayuntamiento de Alberche por colaborar un año más con los medios materiales, personales, instalaciones …

Agradezco a mis compañer@s del Club Ciclista Alberche, su paciencia, colaboración y saber estar.

Por supuesto, a las acompañantes colaboradoras, que nos esperan con su mejor sonrisa con ese rico avituallamiento, preparado para los sudorosos ciclistas.

A los conductores de los vehículos que pacientemente vienen detrás del pelotón, y a sus acompañantes.

Agradecer a las familias la espera, la plaza tiene otro color viendo sus sonrisas.

Como no, gracias a vosotros participantes, gracias por entender las carencias de un grupo de amigos que trata de organizar un evento sin la profesionalidad de otras organizaciones, pero si con idéntico o superior entusiasmo. Gracias por colaborar con vuestro granito de arena.

El año que bien, por supuesto, más y mejor,

Os esperamos, no sin recordaros una vez más …

AL ATAQUE!!!