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miércoles, 14 de noviembre de 2018

NUESTRO PARTICULAR MONGRAGÜE


En este periodo hemos tenido más salidas, ya veréis.

Amenazaba agua y con dos de esos que cuelgan desafiamos al tiempo y salimos; estábamos los hermanos Rincón, el Abuelo y yo, salimos y dimos una vuelta – nunca mejor dicho – parecía la vuelta a la manzana, por los montes, entre Gamonal, Mejorada, Segurilla, Marrupe, Cervera ¿quedan más pueblos?, Pepino, Talavera, regresamos al pueblo sin habernos caído ni gota de agua; fuimos a enseñar al mayor de los Rincones el jacuzzi privado de Largo-te, esta vez sin incidencia y así transcurrió la nublada mañana.

Es cierto ¿eh? que conste …


 

Otro fin de semana, ¡nueva salida! ¿dónde vamos?, ¡qué cuco el Abuelo!, anduvimos lentos el resto … si hubiera vía a Navalcán – pensativo quedaba –

En la alameda – sitio de costumbre – un saturday más, los hermanos Rincón, el Abuelo, Largo-te y el presente … resuelto pues el tema de dónde ir.

Por el cordel dirección a la vecina Calera, pasamos por la plaza y tomamos la calle que nos lleva a cuatro caminos, y de aquí dirección a la vía, pero esta vez a la de verdad, o mejor dicho a la que medianamente funciona – eso es harina de otro costal, lo dejaremos por hoy – cruzamos el férreo camino para dirigirnos a la A-5, pasando eso sí junto al perenne vértice geodésico que ya vistas nos da a la casa de postas, en la que en otros tiempos repostaban aquellos antiguos vehículos y hacían descanso sus trotados ocupantes.

Buscamos esta vez adentrarnos en la dehesa lo antes posible, salvamos el importante cruce de caminos que antiguamente tanto trasiego tuvo y que con gran respeto admiramos, para continuar paralelos a la A-5 que sirve como justa división entre el rastrojero paisaje que traemos y nos hará de puerta principal para empezar a pisar – rodar – por las sombras de las imponentes centenarias encinas que nos acompañarán hoy durante casi toda la ruta … nuestro particular Monfragüe.

Dicho pues, el campo nos alegra la vista, poco a poco, fin de semana a fin de semana, se va dejando ver y nos va sorprendiendo, su agradecido comportamiento ya verderea gracias a las lluvias caídas los últimos días.

Avanzamos para ir viendo ya paisajes conocidos, llegando a golpe de pedal junto al Dehesón del Encinar y ver disfrutar una centena piara de guarros, todos ellos preparados ya para su particular San Martín, alelaos nos quedábamos ver esa cantidad de jamones corriendo de aquí para allá … pero hay que seguir.

Justo al llegar a las casas de la mencionada finca propiedad actual de la JCCM, observamos una señal – hasta ahora desapercibida – que indica a Parrillas, un par de miradas bastó, como de costumbre.

Al cruzar la primera puerta vimos un pozo con un arco, y junto a él, una trampa para linces – decían los entendidos – que la dispusieron para el efecto, que en borrajas quedó por el exceso de lubricación, unas fotos y adelante.

Cruzamos varios vallados, anduvimos por caminos y a poco llegamos al embalse de Navalcan, ya aquí siguiendo el criterio de el Abuelo nos podíamos haber dado la vuelta, pero el camino segía, y fue lo que hicimos, seguir, eso si no sin antes disfrutar de la vista que dejaban las bandadas de grullas que fieles a su anual cita, por allí andaban purulando. 

Tenemos que seguir, hemos decidido hacer el break en otro sitio … casi sin darnos cuenta llegamos de nuevo a otra cañada y después de disfrutar de una buena bajada llegamos a Parrillas.

Poco nos entretuvimos en el parrillano pueblo, el cruce fue visto y no visto, lo que queríamos era llegar por el adoquinado camino lo antes posible a la ermita de la población para hacer nuestro break, que fue justo lo que hicimos.

Disfrutamos una vez más de nuestros bonys, tigretones y panteras rosas – sin publicidad –

Después de unas fotos en la fuente de nuestro particular fotógrafo toca partir, aun nos queda camino, y las encinas de nuestro particular Monfragüe nos están esperando.

De nuevo y tras cruzar la carretera, entramos en la cañada para muy en breve dejarla y empezar a serpentear por los sinuosos caminos que en el monte adehesado de nuevo nos meterán.

Cruzamos puertas, anduvimos por las orillas de los aun secos regatos, ¡alambradas electrificadas!, ¿será necesario? … esto no puede ser bueno, tantas puertas al campo. Cruzamos el seco Guadyerbas – una vez más – hasta nos encontramos con un simpático cilista que iba con sus perros, solo que no nos dijo ná … auste.

Poco a poco vamos avanzando para en breve ir dejando las encinas atrás y ver ya casi tocando con la mano Velada, eso sí no sin antes pasar la lanzadera inamovible de S. Berecolodo ¡bendito!, que una vez más nos tensó los cuádriceps … Largo-te subía como un cohete, el Abuelo Sputnik le seguía muy de cerca, yo lo intenté como el challenger, pero todos sabemos cómo terminó antes de tocar cima … en fin, ni de cerca.

Llegamos al núcleo velaino y por to el medio pasamos vendiendo pimientos, suerte tuvimos aprovechando el día de mercadillo que terminó con nuestras existencias. Pasamos el pueblo para llegar en breve a la vecina Gamonal, donde nos esperaba – a algunos – un sinuoso y divertido sendero que rápido nos llevó a ya las hormigonadas calles que directas conducían a la plaza …

Lo demás … carretera y manta, para en breve entrar triunfitos en nuestro pueblo tras haber disfrutado de un gran día de ruta, deporte, bici y compañerismo.

Hay mucho más que contar, y como siempre tantas versiones y opiniones como integrantes tiene la ruta, el caso es que una vez más pasamos un buen rato, y seguro que de estos vienen muchos más … es por ello que me despido hasta la próxima, no sin recordaros una vez más …

AL ATAQUE!!!





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