Este
año parezco la señora de la limpieza – ojo, sin menospreciar a nadie – y es que
resulta que cuando parece que el blog se agiliza, después casi sin darnos
cuenta, viene el parón y otra vez hay que volver a la carga para desempolvar.
Bueno, voy a ver si soy capaz de que esta sea la definitiva.
La
semana transcurre lenta contemplando como el tiempo pasa entre cortes, repuestos,
hierros, vacas, coca-colas, lijas, camiones, palos, aluminios, plásticos,
pinturas, tráfico y un sinfín de actividades que hacemos los integrantes de
este Club.
Ya
el miércoles empiezan los primeros tanteos para el fin de semana. El domingo
hay super-ruta en Navalcán, para la cual, unos por obligaciones festivas, y
otros por insuficiencia en preparación, no vamos a poder asistir; sí tendremos
representación, y además de la buena, porque irán nada más y nada menos que –
¡er Viti y Alberto Pedraza! – <a otros nos hubiera gustado>, bueno, ya se
hará.
Nosotros,
por otra parte, salimos el Saturday, y ya hacía días que estaba decidido qué
ruta hacer. El –guasa- como de
costumbre, no paraba, que si salgo, que si no salgo, al final se hace un
pequeño grupito de 6 personas y media; estábamos nada más y nada menos que:
Largo-te – con el chintófano – el Abuelo – con la máquina de los retratos –,
Cuerpo – con la máquina de los cortos –, Po-Cholo, Meji-Jones, y un humilde
servidor; ¡coño se me olvidaba el medio!, Pakito con la negra cuerva –hay que
joderse, ¡qué piña más limpia tiene!.
Pues
nada, salimos como de costumbre desde la Alameda, tras escuchar el sabio
discurso de D. Joaqui y sus prisas por adelantar el reloj … ¡Adelante!
Junto
a la churre-sarte pasamos dirección, la gran plaza Mayor, hogar de las
interminables castañas y sesiones de peluquería vividas en las últimas San
Migueleñas, y desde aquí al cordel para ir hasta la vecina Calerana población.
Hace
un poquito de frío, tiempo para quitar las telas de araña al entre-tiempo equipo,
pero caluroso aun para los térmicos … ¡algunos se van a asar!
Pasamos
bajo el acueducto y por la parte baja del pueblo, entre olivas, junto al pilón
de la piscina y desde aquí por la gran pista que nos llevará hasta Tórtolas. No
sin antes disfrutar, pero a base de bien, de los esponjosos caminos que ligeras
llevan nuestras monturas, entre encinas abarrotadas de bellotas y grandes
granjas porcinas; a poco … la culona, con la pakita expresión ¡vaya vuelta que
hemos dado para llegar aquí! … palabras, gracias a Dios hay viento.
Avanzamos
por la vía, y adentro en la arqueña finca, un rebaño de ungulados nos sorprende
en los terraplenes, y que nos acompañaran al menos durante un largo kilómetro
intentando salir de nuestra trazada. Impresionante la fauna, en el momento en
el que nos hayamos, como impresionante la flora, gracias a las últimas lluvias
caídas.
Entramos
en el puente Amador seis y medio y salimos tan solo seis, la lógica explicación
atiende tan solo al porcentaje en el que va a tornar la ruta. Bye, bye.
Empieza
lo gordo … salimos del puente Amador y subimos la ya conocida cuesta, cuestas y
mas cuestas, senderos, ya conocidos, en una dirección o en otra, fuertes,
explosivas, y a poco, el ya conocido arroyo de las broncas de Benito,
Corralrubio y antigua carretera de Aldeanueva.
Subimos
por ella, tranquilos, buen piso buena adherencia, pero al llegar a la parte
alta, las bicis se desbocan cogen fuerza superando en ocasiones la cuarentena
cifra, justo hasta el momento de abandono, cogiendo una nueva vereda, por la
que ha debido correr el agua casi como un arroyo, dejando piedras y regueros al
descubierto, incluso destalonando alguna de nuestras ruedas, pero nada, a
seguir, al menos hasta que lleguemos de nuevo a la vía, demos aire a las ruedas
y Jones aproveche para proveer sus bolsillos de bellotas ¡amargas!.
Seguimos
por el desvío que en esta ocasión, en sentido contrario nos bajará junto a la
casa de campo y nos subirá en fuerte pendiente coronada como un cohete por
Largo-te, seguido del resto y que junto al campo del día de los santos nos
llevará hasta la estación, que esta vez sin parada, verá pasar el convoy
dirección – las pilas de la fuente blanca – donde pararán nuestras burras, para
hacer el ya esperado break.
Tontunas
varias y fotos, además de roer lo preparado para el estreno de la mesa, reparaciones
de última hora, incluso ¡con pérdida de la huella dactilar!, se jodió el DNI.
Vamos, abreviando, que Pakito lo mismo llega a casa dentro de un par de horas y
nosotros aun estamos aquí. Este es capaz de haber pinchado la bike y como no
sabe na más que pintar, habrá llamado a la Roge pa que le recoja … todo esto,
son suposiciones mías, que suenan a película de ciencia ficción inventada. Por
eso, lo justo en este justo instante, es seguir.
Tras
disfrutar del las viandas dispuestas para el merecido break – que duras son las
vueltas – contemplando como retozaba el yondi
en el cercano cercado, arrancamos de nuevo, por el camino hasta el momento
desconocido, despidiéndonos de las pilas, pero con tan solo un hasta luego …
Tomamos
la dirección del la cuesta del tomate, cierto es, es donde está el tomate de la
ruta, y tras insuflar de nuevo a la guerrera de Cuerpo junto a los baños de
Montemayor, digo, el aquopolis barbarroyo, junto a los espontáneos seteros,
hacemos por subir la fuerte y difícil magra.
Se
resiste, nos tira, lo intentamos, ¡la coronamos!, pero esto de momento no toca
a fin; avanzamos por los duros sube-bajas, fuertes rampas de bajada, como
fuertes son sus velocidades, fuertes rampas de subidas, baja la velocidad,
¡pero no las ganas! esto hay que ejecutarlo, terminarlo, pero ¡por todo lo
alto!. Apretamos nuestras bielas, crujen las piñas buscando más cadencia,
subimos, coronamos, bajamos fuerte por un amplio camino, y de nuevo Aldeanueva
– increíble el juego que da este pueblo, allá en medio de la raña –.
Pasamos
de nuevo por las pilas, esta vez si nos despedimos de ellas, entramos en la
vía, y volvemos a salir, esta vez para bajar a la canaleja, y subirla, y
dirigir fuerte nuestro ritmo, por el sube-baja a gran velocidad hasta el
puente, de nuevo, – el Amador –.
Poco
hay ya que contar, el resto fue todo vía, cierto es que el regreso y por esta
arteria os podéis imaginar cómo fue. En ocasiones fuerte, en ocasiones menos
fuerte, luchando contra el enemigo de los ciclistas – el viento –.
Fue
cuestión de tiempo, llegar de nuevo a nuestro querido pueblo, donde nos
esperaban unas revitalizantes gordas acompañadas de suculentas energéticas
tapas.
Esto
tiene buena pinta, los caminos están geniales, y el tiempo parece que se deja,
la semana que viene, alguno más por favor, disfrutaremos todos juntos, incluso
el ½ que tiene pensado hacer 10 km. más.
Os
dejo el guapi reportaje que nos hizo el Abuelo ¡gracias!, también los
super-vídeos de Cuerpo ¡qué maravilla! ¡gracias!, estas palabras quedarán en
nada cuando veamos vuestras maravillosas imágenes.
- Reportaje de fotos:
- Publicación de vídeos:
Me
despido hasta la próxima, que será en breve, nos sin recordaros una vez más …
AL
ATAQUE!!!