LAS AVENTURAS DE CAMPANILLA

Quién quiera que lea este título, puede pensar en que esto en vez de un club ciclista son los dibujos de Peter Pan, ¡pero no! ¡es un club ciclista! Y todos somos integrantes y estamos orgullosos de él, excepto Pakito que se quiere cambiar (ya no viste ni como nosotros) <a ver que dice la Roge cuando se entere a cual se quiere apuntar>. Al grano, comienza la aventura, esta vez más temprano 8:30 am (aunque si es por el padre de los más largos, aún así vamos tarde). Estamos nada más y nada menos que 10 en el sitio de siempre, está el Chispi (ya está bien), el Campanilla o deberíamos decir …, bueno sigo que me despisto, el Abuelo, Phineas y Ferb, Largo-te, Pakito y el Presi, y también  

que le va cogiendo el gustillo a esto de montar en bici (al final deja la pesca), tenemos decidido CASI, donde ir. El caso, es que cuando llegamos a nuestro vecino Gamonal Viti toma la iniciativa y decide sorprendernos … aquí el nuevo de los Lagos en la primera cuesta da el estreno a los pedales nuevos (con esos trancos no sé ni cómo aciertan a enganchar). Por veredas nuevas al noreste de Gamonal, entre encinas (como jabalíes) y piedras, alcanzamos la cuesta de los caballos, donde nos encontramos a un caminante-integrante de nuestro club … clarla y nos vamos. Seguimos campo a través (sin dejar de sorprendernos) y llegamos al campo de aviación. Aquí toman la iniciativa el Largo-te y el Abuelo y nos llevan por la trialera de las colmenas (muy entretenida) … a partir de aquí, nada fue conocido, sin mover casi el radio de acción, pasamos por nuevos caminos, transitamos nuevas trialeras, sendas, saltamos alambradas, incluso nos encontramos un parcelero que hocino en mano amenazaba lo que en principio parecía una invasión extranjera, tratando de conquistar y abrir nuevas sendas donde solo las lindes hablan de la propiedad de aquellos perdidos territorios.

Llegamos a carretera, y tocan retirada, se retira “quesi” digo el Presi, muy acompañadito de su sobrinito que con la boca chica nos invita a pasar por su casa a tomar unas cervecitas ¡pero temprano, eh! ¡a ver si os vais a comer el arroz!. Con dolor en nuestro corazón por la despedida y por haber perdido el bidón de uno de los hermanos Rincón, decidimos tomar un  nuevo camino cuya ascensión nos llevará al punto break. Paramos en el emblemático punto “observatorio astronómico”, aunque bien parece, uno médico (debe haber muchos reconocimientos nocturnos – estaba lleno de flas, no había donde poner los pies “claro que el problema es para los hermanos Largo-te”), sacamos los aperitivos y disfrutamos de la vista, la que nos ofrece la pantera rosa que le ha cepillao Fabio a uno de sus niños (ya te vale chaval, quitar el desayuno a las criaturas), seguimos hablando y hablando <aunque era Viti el que hablaba y los demás escuchábamos “atentamente”>. Fin de break y partida hacia Segurilla, bajamos por la trialera de la Portiña y de aquí a Talavera, y Viti sin dejar de sorprendernos nos lleva por donde yosua dando un  rodeo a quinquilandia y nos encaminamos a Talaverilla donde nos deja, no sin antes darnos las instrucciones para que el recorrido no lleve una vez más por los latifundios de Villa Eugenia y cerca de Tumbatrallas a parar al pueblo.

¡Ruta fantástica! Estoy seguro que no dejó indiferente a nadie, y una más para repetir… bueno amigos, espero veros pronto y recordad un vez más

AL ATAQUE!!!