CASTILLAZO 2ª parte

En cierta ocasión sentí decir a algún crítico cineasta que segundas partes nunca fueron buenas, ¡que jodio! Ya me hubiera gustado a mí verle en este berenjenal.

Después de cómo siempre días de contactos, preparatorias e incluso advertencias, queda la hora fijada ¡ojo la buena! ¡ojo la del día en cuestión! ¡ojo, que cambian la hora!, pues todavía algún despistao, encima que cambian la hora, cambia el tiempo, y es que los coches que había aparcados junto a la eterna e inamovible Alameda, tenían ya el blanquito mañanero que aún siendo de este tiempo no echábamos de menos. La furgoneta de Castellana en orden, bicicletas arriba, hora ¡ya justa!, temperatura rondando el 0, y aquí falta gente; llamadas, mensajes, nervios …

-          me cago dice Movi-Line

-          tranquilo, no es necesario decir tacos

-          no, no, si es que me cago pero ¡de verdad!

Fabio viene de maxote, sin ropa de abrigo y en tanga, no trae ni la braga, vamos a recoger al Campanilla a Talavera la chica que se ha dormido aun así no pasa nada, nos han llamado los anfitriones que alguno de los de aquel bando también se ha dormido, se conoce que los relojes que no son automáticos no lo son ni en el bazar Canarias, ni en el ultramarinos de Navahermosa.

A la puerta de huracán y con la ventisca que allí corre en honor a la disco marcha allí ubicada, agrupación, aguas menores, y en marcha … por la archiconocida circunvalación de los hermanos Rincón, hace el pequeño de los hermanos en su VW limitado a 140 el zipi – zape y se coloca como Lorenzo en primera posición, incluso habiendo entrado en boxes (estuvimos inflando las ruedas … ¡A PULMÓN!) y llegada al punto de partida-fin de ruta LOS ALARES.

Tras la bajada de los vehículos y a muy bajas temperaturas, presentaciones, aquello era un pelotón, ahora bien, no me digáis que repita ni un solo nombre, lo siento, no me acuerdo.

Arrancamos, y antes de darnos cuenta nos dan la primera sorpresita en to los dientes, resulta que esto no va a ser como la otra vez; el camino asfaltado con sube-bajas flojos que nos permitían calentar piernas la vez anterior (encima no viene el abuelo que nos cuente alguno de sus chistes para que el calentamiento no sea necesario), se convierte en camino de tierra, y desde el principio con rompe piernas que harán que el sumatorio total de la factura sea gorda. Desde luego, ni que decir tiene que el atractivo de la ruta fue sumando en orden ascendente, pues como siempre decimos todo es proporcional. Después de las últimas lluvias caídas, el campo comienza a tomar el verdecito tan atractivo de esta bonita estación y las cunetas y arroyos empiezan poco a poco a llenar sus lechos ya del ansiada agua que tanto tiempo llevan sin ver.

Llegamos al Enjambre y confundiéndonos casi sin llamar la atención con el paisanaje tan ejemplar del lugar hacemos nuestro primer break, con ideas nuevas de negocio (a punto estuvimos de abrir un bar).

Seguimos, y por el asfaltado camino que conduce a Sevilla la chica, nos vamos acercando a la bifurcación que hará el comienzo de la dura ascensión al CASTILLAZO. Anecdótico fue el cruce con unos asesinos de la fauna que nada les gustó que subiéramos a tan bonito pico, culpándonos a ¡nosotros! del espanto de las bestias, ¡serán asesinos!, ¡serán criminales!, si las bestias son ellos; nosotros que vamos con nuestras únicas armas ¡las bicicletas! que pasamos totalmente inadvertidos y respetuosos con las faunas y floras de los entornos por los que vamos … yo creo que se dieron cuenta de que si se hubieran bajado de los coches con todos los que éramos, podían haber bajado por el atajo, y además sin mirar atrás … ni puto caso dijo Jesús, que pa cojones los suyos ¡tirad pa’riba! Decía ¡ni puto caso!, y eso hicimos, cada uno a su ritmito pa’riba y todos en la cumbre con los pezones como flechas, fotos y a correr pa’bajo que aquí no hay quién pare.

Bajamos buscando Piedraescrita con su inagotable fuente de riquísima agua. Seguimos la subida en busca del pinar que por los últimos sube bajas nos conducirán desde la altitud siempre superior a los 1000 mt. al fin de la ruta en una vertiginosa bajada a los 740 mt. pero ¡visto y no visto!.

El nivel de nuestros anfitriones hacen que nuestras motos parezcan vespinillos. He de decir que con Jesús tenemos a un perenne Luis Moya (cantarutas) que se la sabe de pe a pa, incluso te dice el desarrollo que tienes que poner … ¡la hostia chaval! ¡gracias!. ¡Gracias! Por vuestra paciencia, pero también tengo que decir en honor a mis compañeros, que eso es lo que somos ¡compañeros!, que es un lujo compartir rutas con ellos, y que nuestro nivel pese a quien le pese, es de sobra aceptable.

No pensaba hacer crónica de esta increíble ruta, pues al principio parecía la repetición de lo que en su día fue, que aunque en principio seguro que sería más dura que lo que en días anteriores había visto sentado tranquilamente en mi despacho con los co..nes calentitos bajo el radiador, siguiendo con el ratón de mi ordenador los mapas del SINPAGELMARINOSOY (como dice el abuelo) … pero nuestros anfitriones que en la vez anterior ya nos sorprendieron, quisieron también en esta sorprendernos, y lo hicieron, y advertidos estamos para la próxima, senderos nuevos quedan por ver incluso repitiendo esta misma ruta, y sin pisar nada de asfalto … menudo reto, ¡ya veremos!, nunca decimos que NO a nada …

Después de unas gordas en buena compañía, y del disfrute de carnes engordadas en aquellos parajes … tocaron a retirada, que todavía es largo el camino por recorrer.

GRACIAS UNA VEZ MAS AMIGOS … NOS VEREMOS espero pronto, a los míos les recuerdo …

AL ATAQUE!!!