EL MINIONDAS

¡Qué bonita la mañanita de abril!

¿Qué bonita?

Amanece un buen día, tiene pinta de buena temperatura y soleado, típico de la estación en la que nos encontramos.

En el punto de salida, buena gente, aunque siguen faltando muchos. Viene el abuelo, el largo-te, el presi, Pakito y sus botas “nuevas” (te vas a enterar), el amigo de Benyi (que hoy no ha ido a ver restaurantes “te acompañamos en el sentimiento”), los hermanos Rincón, y el liante de Meji.

La pregunta de siempre,

·         ¿dónde vamos?,

-          qué chistoso el Meji,

·         que yo conozco un sitio “El Miniondas” (Microondas para los entendidos en electrónica).

·         Pues vamos, y

·         ¿porqué lo del miniondas?

·         No pasará de esta mañana para que lo averigüéis. (os vais a enterar de lo que el voltaje)

Bueno, subimos el canal camino de Gamonal y por donde las putis a Velada, cago en diez, el largo al suelo, si no es por la patas que tiene, no sé que hubiera sido de él (el editor también se cayó, pero de este no digo nada porque además de que soy yo, es que cuando amanezco en el suelo no soy capaz de levantarme en toa la ruta), seguimos, las mayas de largo nuevas y rotas (menos mal que a su madre en el costurero le quedan todavía rodilleras de naranjito ’82 y con un poco de hilo elástico que lo venden en las tiendas de repuestos de vehículos, bastará).

Comienza la subida a los yubacanes por una alternativa que nos busca Meji, más bonita y tendida (todo hay que decirlo – que bonitos los llanos desde esta perspectiva). Entramos en Mejorada hablando de timbres,  escuchando atentamente la voz de la experiencia de nuestro admirado presi  y mientras el pardillo sigue el itinerario de los coches (muy prudente el niño) llega Miguel procedente del pueblo y por la Atalaya en 50 minutos (anda ya! <en los 40>) y dice que se vuelve porque tiene que ir al médico (anda ya!).

Seguimos camino de Segurilla (por supuesto vendiendo pimientos) y al pasar al lado del gato protegido por el coche (sí, es así) llegamos a la plaza buscando el camino de regreso bajando la Portiña (que bien, hoy vamos a llegar a casa temprano), pero el chistoso de Meji-llón nos mete por un camino y todos detrás (menos el presi que mu’viejo, y mu’perro <qué ca..ón > y que tenia prisas decía, pero que perro! anda que no sabe el diablo). Cruzando arroyos (a pata), comiendo sositos, saltando alambradas y con la música de fondo –sinuminu entre comillas – llegamos al miniondas. Muy bonito “todo hay que decirlo” pero es directamente proporcional a la dureza, y más que a la dureza, al mal estado del camino, que entre piedras, regueros, patinazos, vamos que yo no era capaz de levantarme del suelo, y como yo todos.

Hacemos el bocata, compartiendo higos, chocolate (casi 100%), panteras rosas (del otro lechuzo que se las quita a los niños) agua corrompida de su hermano  y un largo etc, porque a pesar de la cuesta y la dureza del terreno conservamos intactas las aguaeras y los suciportes llenos de pimientos.

Comienza lo que en proyecto hubiera sido el camino de vuelta, pero Meji (qué cachondo!) dice que conoce otro sitio que está muy bien (si ya os decía al principio que vaya un liante), por una vereda que si la ven las cabras se dan la vuelta nos lleva hasta Pepino y una vez allí dice el largo-te “que poco queda pa San Román” muy bonito todo … arroyos, cañadas, encinas, robles … y hasta una culebra que se parecía a yo que sé dijo el abuelo.

Vuelta por las urbanizaciones buscando el canal y largo – pesado trayecto hasta el pueblo trabajando como un auténtico grupo a relevos. Puntilla en el puente de la vía dada por el largo-te y sus patas.

Y con esta larga ruta hasta el sábado que viene que veremos las estrellas y nos comeremos el jamón, el lomo y el queso (pa’quien le quiera <que huele mu mal>).

Saludos.

http://www.youtube.com/watch?v=K0dSvRYtUY0

http://www.youtube.com/watch?v=Koj4DA-ouLM