Mejorada y Segurilla en procesión …

  

Mala noche la que pasamos, truenos, relámpagos y mucha mucha agua.

Salimos como siempre los primeros del pueblo en nuestro punto de encuentro, y en principio y tras la mala noche que hemos pasado (temporal) no amenaza lluvia <aunque todo se ve muy negro>.

Dice Meji-llón que porque no vamos a no sé donde <Sotillo> que él sabe ir, aunque la última vez (que también era la primera – pura coincidencia) se perdió.

¡En marcha!, salimos dirección Gamonal y tras pasar el sitio de las putis cogemos el sendero de las caídas (parece que le hemos cogido gustillo), y justo al coronar y tras haber escuchado varios tambores lejanos (truenos como si se fuera a romper el cielo), en efecto va y se rompe. ¡Qué tormenta!, ¡Qué aguacero!, y en Gamonal <todavía>. Debajo de un chaparro, y seguro que mojándonos más que si estuviéramos al aire, decidimos si ir a tomar chupitos o seguir con la ruta. A la voz de todos (Meji – Jandri – Gustavo – Oliver – Vicente y un  servidor) contra uno (Pakito – el gandul), salimos dirección de “vamos a por la ruta”.

Bajamos la vereda que nos lleva a Velada, y ya llevamos (acabamos de empezar) más agua en nuestros trajes que en los bidones de hidratación. Nos damos cuenta al bajar que el móvil de Meji-llón se esta mojando y Vicente le hace un hueco en su bolsa – móvil, pero ¡ojo! que aquí no caben los orejones, ya veremos cómo llegan al break.

Cruzamos Velada y los ánimos llegan <por primera vez> desde los mesones que a voces nos indican la dirección a seguir y nos dicen que somos los primeros (esta vez pasamos vendiendo botijos <veis que bien lo pronuncio cuando escribo> para disimular).

Empezamos la subida de los yubacanes y esta vez como nunca (de dura), el agua torrencial, y el viento en contra. Se produce un abandono – si yo he dicho que quería chupitos, me voy a por los chupitos, y es que Pakito no sabemos si aquí nos enseña sus genes López o los Blázquez, tendremos que preguntar a la sabia voz de su tío el presi para que nos indique la conducta seguida a quién pertenece.

Llegamos a Mejorada y el agua caía como si nos lo tiraran a calderazos, calderos y calderos de agua, botijas, cántaras, increíble, y la comitiva de la tercera edad esperando el escampe para ir a coger caracoles que nos saluda al paso.

Seguimos dirección Segurilla, y pasando por la calle del gato, espiritualmente nos dirigimos a la plaza para seguir fervor mente la procesión, aunque hemos llegado tarde, ya están recogiendo (hemos llegado tarde por culpa de la lluvia y de Pakito <defiéndete valiente que ya tienes internet, aunque en casa de tu suegra getón>).

Dice Vicente que porque no subimos a la Atalaya, - está bien vamos, nos hacemos la foto y nos comemos los  orejones que le queden a Meji.

Decidimos no seguir hacia adelante pues el día “viene feo”, y bajamos por el carreterín al pantano y por la orilla a pisar charcos y a hacer rotondas (el abuelo no se confunde nunca <te perdonamos, porque hasta cuando llueve llevas la cámara>).

Vicente una vez más nos sorprende con a priori un sendero duro, pero muy bonito, que nos llevará de regreso a Talavera y nos traerá por un sentado y rápido cordel hasta el pueblo.

A propósito, no solo dio la talla la Citroën, sino también el ruidoso tractor amarillo del Largo-te (espero se solucione tu problema).

Menciones al abuelo que siempre nos lleva, a Vicente admirable, a Meji que se lo come todo “con plato”, a Oliver que va como una moto, y al largo que llanea como un animal (claro que con esas bielas que parecen puntales de los que vende Chiribiqui, no hay quién pueda).

Espero veros en la próxima y …

AL ATAQUE!!!