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domingo, 11 de diciembre de 2011

LAS HERENCIAS EN OTOÑO

Mala cara presentaba el día, que con lo que nos iba aconteciendo en los anteriores no sabemos cómo saldría. Ya amanecían ellos envueltos en niebla, y la verdad es que en este no se esperaba menos, al menos eso creo que pensaban todos los que se quedaron en la cama.
Reunidos todos (pocos) en la Alameda (cuatro y el abuelo de paisano que con tomavistas en mano va a pasear el pueblo, esperando con ansia la hora de ir al picaero <del guarro de la pichona “mal pensaos”>), pensamos donde ir, y como no estamos muy de acuerdo en la ruta, de momento decidimos ir poniendo las burras en marcha.  
Comenzamos en contra un poco de las voluntades de todos pensando en ir a la culona, ya que el día no es para andar por carretera. Ya avanzando por la inevitable ruta decidimos ir a Las Herencias (es cuando el experto presi toca a retirada <si es que es mu cuco>); dice el Largo-te <que esta que no hay quién le aguante>, que la única condición que pone es: volver por el mismo sitio, es decir, ir hasta Las Herencias, y desde allí en vez de seguir a Talavera, volver hacia atrás; a regañadientes, y por no ser el gafe acepto pero pensando, que hoy la tocata con los que he quedado (Largo-te y Campanilla) va a ser minina.
En fin bajamos el Arco hasta la carretera, y bajando el Mortirolo, decido ir hasta la puerta de Cantúrias por no hacer lo mismo ida que vuelta. Subimos hasta donde está la casa de cafés a 3 € y nos vamos dirigiendo ya por los sube-baja al pueblo; en nuestro camino vemos cazadores a los que hay que llamar la atención advirtiéndoles de nuestra presencia, punto este a tener en cuenta a la hora (gracias a Dios <que atendió a mis plegarias>) de elegir no volver por el mismo camino. Las bajadas fueron un pelín peligrosas, ya que los porcentajes de inclinación y los rolling stones mojados lo hacían así verdaderamente.
Pasado esto el paisaje comienza a cambiar y la bajada hasta el pueblo entre charcos, regueros comienza ya a sé más rápida lo que hace que el momento tenga ya algo más de emoción. La entrada al pueblo por las desiertas calles, dado lo temprano que es y el frio que hace nos lleva directa a la otra orilla de nuestro pueblo, donde esta vez curiosamente no hay ni pescaores. Hacemos nuestro habitual repertorio almuerzo, entre barritas, frutas e higos, y algo más … y tocan a regreso.
Por el camino de las graveras y charlando llegamos a Talavera, alcanzamos la otra orilla esta vez por el puente de hierro que nos conduce directo al carril-bici y desde aquí al cordel donde el de las patas largas seguido por el campanilla pone (según ellos) un buen ritmo, y yo detrás arrastrao mordiendo tija. Dejamos al campa en Talaverilla y continuamos un poquito más tranquilos hasta el pueblo.
Al fin la ruta terminó, anduvimos por parajes ya conquistados pero con ambientes renovados, vistas increíbles dado a lo especial del día, espero veros pronto, cada vez a más y recordad una vez más …
AL ATAQUE!!!

1 comentario:

  1. Hola a todos y cuando digo a todos es a todos... Como siempre el editor es el único que no falla, no falla colgando la crónica ni falla en ruta (como va en bici) de Viti no digo na, ya sabéis como esta "fuerte, fuerte". Para los que no salieron el otro día os perdisteis una buena ruta, buena temperatura, nada de lluvia y caminos perfectos. Habrá que repetir pero volviendo por el mismo sitio o haciendo el recorrido al revés, que también tiene que ser guapo. Un saludo y ¡¡FELICES FIESTAS!!

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