Si la semana pasada hacía frío,
esta no se queda atrás; encima decidimos salir más temprano – que la semana
pasada, menos de lo habitual – ¡eran nada
más y nada menos que las 9 de la mañana! ¡qué madrugón!. Igual que el ambiente,
están los ánimos, basta con asomarse a leer estas líneas … ¡y eso es sin frío!,
te asomas el sábado a la ventana con un pié en el sobre y … lo entiendo.
Aún así, había algún valiente. El
“guasap” no para entre semana – ese si
está caliente – que si voy, que si no voy, que si adonde, que si que voy, que
al final no voy. Solo cuatro a las nueve, unos fallan por asuntos familiares,
otros por laborales y otros … ¡vaya tela con el ejército de Pancho Villa!. Y a
esto, en la alameda y a -2º Celsius, el perenne Abuelo (con este no hay quien
pueda), ½ presi, el mediano pequeño de los Largos, y yo.
Poco tardamos en decidir la ruta
a seguir, a el abuelo le apetecía esa ruta, el mediano de los Largos la tenía
prevista para esta semana – a solas – y ½ presi – ½ ruta – por decir algo.
Salimos por el zoco – Larguillo siempre
se sale por el zoco y se regresa por el zoco, es la vida del pueblo y punto de
firma – y aunque mucho fastidie, subimos por la carretera hasta Gamonal.
Desde Gamonal, evitando
complicaciones – que viene el abuelo – vamos dirección Velada por veredas ya
conocidas, aunque un pelín reformadas, las han hecho limpieza de cutis y las
han puesto orinal para desaguar todas en los mismos sitios. Seguimos sin entrar
en Velada, cerca de los mesones y buscando los llanos.
Sorprendentemente nos metemos en
los llanos, y donde pensábamos lio y faena, hay disfrute sin complicación, ha
llovido un poquito y la arena se ha compactado, encima a estas horas la helada
no se ha quitado y se rueda de vicio, nuestras ruedas parecen estar comiendo
bocabits. Encontramos tan solo una zona complicada, super-embarrada, pero
¡quién dijo miedo!.
Seguimos dirección Sotillo, ya
con el habitual abandono … gri gri, por la Leonesa Oriental cañada paralelos a
la blanca sierra de gredos al norte y a los montes de Toledo al sur. El camino
transcurre limpio y anchuroso entre la original casi setentona medida entre
mojones “VP”, cercanos al Guayerbas y entre ganados de grandes astas ¡qué
imponen! vaya si imponen; pero el tiempo, tan inversamente proporcional en
cuanto a cambios en el entorno, como directamente
proporcional a cambios en tecnologías, nos hacen ver a ¡pastores en quard! – lo
flipas – lo que si es cierto es que por mucho que corran las cabezas, ellos no
se cansan nada, ahora, ¡cómo dejan el campo!, bueno, nosotros a callar, que
tampoco podemos molestar – bajo multa de 200.000 € - ¡qué fuerte! http://www.eldiario.es/clm/euros-multa-minima-moleste-cazadores_0_347865288.html

Suave y larga pendiente pasando
por el campo de los que nos esperan hasta la eternidad y llegamos a Sotillo. Hacemos
break junto a la tablilla, intentando buscar cultura y nuevas rutas. Fotos,
comentarios, poco más y adelante.
Salimos por donde es costumbre ya
en esta ruta – entramos por la puerta de cuartos, y salimos por la corredera –
Salida junto al parque, y además de ver unas máquinas mueve-tierras, observamos
señalización de corte-camino. Es que … ni lo pensamos, pa’lante, el camino le
han ensanchado, han adecentado el piso, le han ensanchado, pero … ni cortes, ni
señales de ello.
Subimos la pendiente, coronamos y
bajamos dejando a la izquierda el camino de Marrupe con fuerte bajada y pasada
del caudaloso arroyo, donde nos enjuagamos las zapatillas.
Seguimos subiendo dirección Cervera,
y de aquí por la fuerte bajada de los curas, hasta Pepino. Desde Pepino, por la
portiña tratando de no complicar mucho más la cosa – no eran horas – llegamos a
Talavera y por el cordel hasta el pueblo.
El cordel esta ¡asqueroso!, qué
decir. Ya se ve la grúa que está montando el nuevo puente del Tajo – tendremos que
hacer fotos ¿no? – aunque a este paso, haremos fotos sin muñecos. Y sigo, que aun
a estas horas en las zonas sombrías, seguían los caminos helados.
Llegamos al pueblo con unos
kilometritos en las piernas, al fin conseguimos calentarlas, y los músculos se
siguen resintiendo por el frío.
No hay mucho más que contar, la
tablilla de Sotillo nos dio nuevas ideas para este nuevo año. Espero podamos
disfrutarlas juntos, tal y como veníamos haciendo hasta ahora.
Despido está redacción, esperando
la próxima y recordándoos una vez más …
AL
ATAQUE!!!