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lunes, 3 de septiembre de 2012

TALACANTÚ

Amigos después de haber recibido por parte del abuelo la siguiente observación “¡que se dedique a escribir! – ¡a dar a las teclas!, que es para lo que vale” me dispongo a preparar esta nueva crónica, aunque también invadido un poco por opiniones contradictorias, ya que el tío “carnal” de Benito dice que nuestra página es una m....a, cosa que a veces y viendo sobre todo los comentarios al respecto de estas crónicas (párrafos divertidos cargados de broma y simpatía – el que no lo vea así mejor que no lea) seriamente su edición me planteo. En fin una vez más comienzo.
Tras las conversaciones habidas con el amigo Meji-llon los días anteriores y viendo lo que se nos avecina decidimos plantear para el día de hoy algo duro, aunque un poco más corto, pero que sin duda nos pondrá las pilas ...
·         ¿hacemos la Talajara corta? me decía,
·         pues vale, contestaba yo, y una vez expuesto a algún compañero más era la idea a primera hora.
Pero he aquí la contradicción, y es que sale el abuelo de casa, tasamente comparte patio con la alameda, y con la inspiración todavía reciente y en dequedito del parato “que alantos” que transmite archivos recibidos por e-mail en cualquier sitio, va y dice ...
·         joder, si la vais a hacer en pocos días, ¿porqué no vamos a la Fresneda y nos ponemos a tono con otra ruta?;
Como en este Club todo es mirar en positivo, pues a la Fresneda, pa’que vamos a andar discutiendo.
Esta vez no éramos muchos, tan solo estaban los super-López (el presi con la bici recién lavada y reclamando ayuda por parte de la gandinga y Pakito con el barniz en los tobillos reciente), los incansables Rincones, el duro abuelo, el maestro Chispi, el más Largo de los Largos, Meji-llón con calzoncillos nuevos, Benito “las mato callando” y yo, que voy a cambiar la bici por las letras aunque tenga que pulirlo un poquito más.
Salimos por el asfaltado camino de la vega, el abuelo adelanta a un tractor, y hasta que no llegamos a Tórtolas no volvimos a verle el pelo, y paró porque se aburría cuando hablaba y no le contestaba nadie, sino ¡ni el polvo le vemos de lejos en toa la ruta!.
Desviamos nuestro camino dejando la culona y por el arco accedemos al Mortirolo pero boca-bajo, y por el recién repasado camino a orilla del Tajo subimos a la pista que nos conducirá a Belvis, lugar donde el presi (quesi) y su pequeño pupilo empiezan a amenazar con las suyas.
·         El presi (quesi) – el cuentakms, ya pasa de 50 y se pone nervioso, y yo con él ¡más!
·         Pakito – que con el barniz reciente en los tobillos no se atreve con la merienda, “pues lo vas a flipar, porque como el culo ya lo tienes acostumbrado, cagarte no va a ser tarea difícil”.
Subimos la inacabable cuesta, ¡qué cuesta! entre chistes, secadores y lavavajillas y encaminamos el picoteo para descender a la Fresneda, no sin parar antes en el paraje cercano al pequeño y empequeñecido embalse que abastece de agua potable a los pueblos que tenemos bajo nuestros pies.
Break, toma de oxigeno (por silos que nos hace falta), más chistes, e incluso candados ... si el morral de Meji hubiera conseguido su objetivo esta semana hubiera tenido que ir a la semana del tresillo en el Corte Inglés.
Pasamos la Fresneda, observando mil ideas de negocio que a pie de calle se nos ponen, y con ese puntito de humor nos enfrentamos a la sin duda cuesta más costosa de la ruta, corta pero muy muy intensa, similar en porcentaje a lo que les queda el lunes por subir a los profesionales en el Cuitu Negru (ya sabeis a lo que suena esto ... bastan explicaciones). Una vez alcanzado el objetivo, va y nos dice el mayor de los Rincones que si subimos al risco Ñañas, ¡pero y este tío!, con las piernas llenas del fuego que nos ha propinado semejante subida, y el pensando en subir más ... ¡no sé qué hago contigo! ... ¡te voy a trillar! (subiremos desde luego que subiremos)
Enfrentamos el duro camino que nos espera no solo se limitará a pasar factura a nuestras ya cansadas piernas, sino a las cervicales del pequeño de los rincones, al búllate del amigo Benito que se a puesto los calzoncillos de cuello alto, e incluso a los riñones de más de uno que no iban a quedar ni para guisao.
La llegada a la parte más alta del cerro más negro de Talavera, se cogió con tanta ansia que ya la opción se tornó en el asfalto que tan altas velocidades nos hizo alcanzar.
Llegada y paso por la ciudad de la cerámica con repostaje de agua incorporado (aunque fuera en aspersor) y por la carretera a las afueras de quinquilandia salimos hacia nuestro pueblo, donde nos espera una delegación rumayei con total disposición ... a la convidación de las más y esperadas gordas con el haber de casi los 3 dígitos en los marcadores de nuestros cuentakms.
Dura aventura la que pasamos y esperamos al igual que esta otras más, no sin recordaros una vez más ...
AL ATAQUE!!!

2 comentarios:

  1. Que pasa majos, si si aprovechar hacer rutas largas y exigentes estos dias que yo no podre salir que luego sufro mucho y os aprovechais de ello, cabrones. Nos creais que es porque tenga miedo, eh sino porque ando muy atareado con otros menesteres.
    Yo sin embargo he cambiado de la bici a pedales por motor, es mas comodo y menos sufrido por lo menos eso me parecio el sabado cuando nos cruzamos en el camino hacia nuestro pueblo, raro me parecia que decidierais ir por el asfalto, jejeje.
    Bueno chicos nos veremos pronto que hay ganas de juntarse y pedalear un rato.

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  2. Hola chavales!! Aun me duele la espalda, que hartura de kilómetros, me gusto más cuando había barro que el otro día con tanta piedra, pero no todos los días se puede comer el bocadillo en la presa del Gévalo, esta ruta hay que prepararla y tratar de hacerla más corta, de todos modos nos vendrán bien los km para el Talajara que está a la vuelta de la esquina.
    El grupo como siempre de cine “como aprietan” da gusto montar con vosotros, un saludo y ¡¡VAMOS MAQUINAS!!

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